Viernes 23
Arrancamos la segunda jornada del Download con el mismo calor pero con la noticia de que se podría entrar al recinto con botellas de agua, una medida que ya deberían haber adoptado el primer día pero corregida a tiempo por parte de la organización.
Triggerfinger Foto: Rubén G. Herrera
Los belgas Triggerfinger enfundados en sus llamativos trajes serían los primeros en hacernos mover la cabeza en el Stage 3 al ritmo de temazos como “First Taste” o “All This Dancin´Around” con su adictivo y vicioso hard rock muy en la onda de Queens Of The Stone Age. El Main Stage 2 fue el más castigado por el sol algo que influenció directamente en el esperado concierto de los suecos Opeth. Eso y las rachas de viento que provocaban un sonido intermitente, a no ser que estuvieras en las primeras filas, deslucieron un concierto que podría haber sido maravilloso gracias a canciones como “Sorceress”, “Ghost of Perdition” o ese gran final con una inmensa “Deliverance”.
Volviendo al Stage 3, Every Time I Die venían condicionados por la repentina marcha de su cantante Keith Buckley a los Estados Unidos, debido a problemas de salud con su hijo. En vez de cancelar las pocas fechas que les quedaban optaron por pedir ayuda a buenos amigos y afrontaron sus conciertos restantes con gente al micro como Ryan McKenney de Trap Them. En Madrid el elegido sería Liam Cormier de Cancer Bats y, sinceramente, después de lo visto no creo que pudieran encontrar un mejor sustituto. En apenas 40 minutos con su guitarrista Jordan Buckley en estado de enajenación permanente arrasaron con todo gracias a trallazos como “Roman Holiday” y un final de infarto con “No Son of Mine” y “We´rewolf” poniendo a saltar a todo el mundo como auténticos locos.
Mastodon Foto: Rubén G. Herrera
Después de haberlos visto varias veces, tenía bastante miedo de cómo podrían sonar Mastodon en el Main Stage 2, pero la verdad es que lo hicieron increíblemente bien, contundentes y compactos, incluso en el apartado vocal que siempre ha sido su punto débil en directo. Lo que no me gustó tanto fue el setlist escogido, demasiado centrado en “Emperor of Sand” (17): se entiende que quieran presentar en directo su último disco, pero al tocar sólo una hora podrían haber hecho una selección más variada... Acabar con la nueva “Steambreather” fue un poco frío: si la elegida hubiera sido “Blood and Thunder” la historia hubiera sido muy distinta.
Brujería Foto: Rubén G. Herrera
Se acercaba el final de la jornada y a eso de 1 de la mañana tocaba ver a Brujeria. Esta vez en sus filas venían sin el omnipresente Shane Embury (Napalm Death) y Jeff Walker (Carcass), pero la aplastante guitarra de Anton Reisenegger hizo que esto no fuera un problema. A pesar de la hora que era y el cansancio acumulado cuando sonaron temas como “Colas de rata” o “Marcha de odio” aquello se convertía en una auténtica fiesta con su mezcla de death metal y grindcore. El final, como no podía ser de otra manera, fue con Juan Brujo sacando su machete y “Matando güeros”. Aunque ya casi sin fuerzas no podíamos irnos sin ver a unos Cancer Bats reconvertidos en Bat Sabbath, el proyecto que tienen para dar rienda suelta a su amor incondicional por la banda más grande del heavy metal, Black Sabbath. Una hora de tributo a los dioses de Birmingham, repasando sus grandes clásicos “Children of the Grave”, “Electric Funeral” o “Paranoid” y cerrando con una “War Pigs” coreada por las gargantas de los que allí quedábamos quemando las pocas fuerzas que ya nos quedaban. Gonzalo Rodríguez
Bendita juventud y bendita la energía la de We Ride. Bajo un sol infernal que decidieron ignorar, los de Vigo nos regalaron una descarga sólida y frenética de hardcore heredero del sonido de bandas como Hatebreed, Integrity o, sobre todo, Walls Of Jericho. No es fácil mantener ese nivel de entrega y de desgaste físico bajo las condiciones de calor asfixiante que se vivieron durante su concierto, y el público se lo agradeció con creces. Para quitarse el sombrero.
Dawn of the Maya es una de las mejores bandas que han surgido en nuestro país en los últimos años, y su excelente ultimo disco “Colossus” no hace más que confirmarlo. Había expectación por presenciar en directo su particular moshcore de factura new school, intenso e histérico a partes iguales con puntuales arranques melódicos mediante el uso de teclados, y no defraudaron en absoluto. Mención especial para la apabullante demostración de destreza técnica de su batería: simplemente espectacular.
System Of A Down Foto: Mariano Regidor
System Of A Down eran los reyes indiscutibles de la noche del viernes y uno de los platos fuertes de la programación del festival (seguramente el concierto más masivo vivido en esta primera edición). Hacía mucho tiempo que Serj Tarkian y los suyos no visitaban España, y la tensión acumulada durante la espera antes del arranque del show por parte de los miles y miles de fans que se agolpaban frente al escenario principal se convirtió en auténtica histeria colectiva desde el primer segundo, con los acordes iniciales de “Soldier Side” dando paso a “Suite-Pee”. A partir de ahí, el delirio absoluto entre un público que en ningún momento dejó de saltar y desgañitarse coreando una colección de hits incontestable: “Radio/video”, “Deer Dance”, “Violent pornography”, “Mr. Jack”, “Toxicity” o la celebrada “B.Y.O.B.” fueron sonando una tras otra en una maravillosa muestra de conexión entre una banda comandada por un Serj Tarkian más histriónico que nunca y un público entregado que enloqueció por momentos (difícil no hacerlo cuando “Psycho” suena empalmada con “Chop Suey!”). No desentonaron ni siquiera las bajadas de ritmo a modo de balada de “Lonely Day” o “Lost in Hollywood” en un concierto que nos mostró a una banda en un estado de forma envidiable. Ojalá no tengan que pasar otros diez años para volver a disfrutarlos en directo. Ricky Lavado
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