Tras quince años del álbum “Devil came to me” (Subterfuge, 1997), la inercia actual dictaba que Dover volvería a los escenarios bajo sus sonidos primigenios de rock y grunge, abandonando las incursiones sonoras de electrónica y música discotequera que, en el 2006, dejaron con cara de susto a su legión de fans. Y así fue, en su gira aniversario en la que la banda madrileña se homenajea a si misma, le cierra la boca a las voces críticas dudosas de que fueran a sonar como antaño y una vez más cuelga el cartel de “sold out”.
En la sala granadina se congrega un público de lo más variopinto, pero con un denominador común, que vuelvan resonar en sus oídos los trallazos guitarreros de un disco que marcó un punto de inflexión en la música rock alternativa del panorama nacional. Y así, sin más, suben a la palestra las hermanas Llanos, Jesús Antúnez a la batería y el bajista Samuel Titos, para calmar las ansias de un respetable absolutamente entregado que no cesa de corear “gracias por volver”. Los primeros acordes de “Rain of Times”, desatan la locura colectiva de las primeras filas y se extiende a toda la sala a medida que van descargando pildorazos como “Pangea”, “Four Graves”, “La Monja Mellada”, “DJ”, “Flashback”, “Serenade”, “Far”, “Judas”, “Sick Girl”.
No se limitaron a repasar exclusivamente el “Devil came to me”, ya que sería injusto dejar a un lado los otros dos discos que marcaron una primera época en la banda, “Sister” y “Late at Night”
. La mayor de las Llanos marca los tiempos entre corte y corte, mira de reojo a su hermana Cristina para saber si ha retomado aire nuevo en sus pulmones. Entre tema y tema, una dicharachera Amparo rememora anécdotas de otras giras y los momentos de inspiración en la composición de las canciones, sin dejar de sonreír, transmitiendo a los allí presentes la emoción de volver a Granada, desde su última actuación en la Industrial Copera, allá por 1.999. La actitud relajada y de comodidad del grupo denota que han pasado unos cuantos conciertos desde que el pasado dieciocho de enero, iniciaran su gira, donde la tensión y los nervios seguramente estaban más presentes para demostrar que siguen en plena forma.
Después de casi hora y media, cierran el concierto con los hits apoteósicos “Devil Came To Me” y “Loli Jackson”. Tándem que surte el efecto deseado, dejar con ganas de más a unos asistentes que no han parado de demostrar absoluta devoción por el grupo, abandonando la nostalgia inicial de volver a presenciar simplemente un directo de Dover, para entregarse a una banda que sigue siendo capaz de imprimir la misma calidad y frescura que hace unos años. Pero no se sabe si este reencuentro con los escenarios es algo puntual, o es la excusa que necesitaba Dover para retomar sus orígenes musicales y volver a descargar su energía rockera con la que se dieron a conocer hace casi veinte años, en fin, ya veremos y así lo esperamos.
ya podíais poner todos los discos, y en orden...