Dinamita a punto de explotar
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Dinamita a punto de explotar

9 / 10
Álvaro Tejada — 19-04-2021
Fecha — 16 abril, 2021
Sala — Auditorio Conde Duque / Madrid
Fotografía — Jaime Erice Torrán

Cuatro meses después de su paso por el ciclo Madrid Brillante, Dora Postigo volvía a subirse a las tablas de un escenario madrileño para ofrecer, esta vez, una versión más acústica de su directo. “Es un experimento con un repertorio curioso”, nos contaba la propia Dora. Tocar en un recinto tan emblemático y tradicional como Conde Duque no es cualquier cosa para alguien que recientemente acaba de cumplir diecisiete años. La presencia de Dora en la programación del centro cultural ya nos dice que estamos ante una artista con una propuesta fuera de lo común para su edad. Con solo ocho temas fuera, deberíamos catalogar a Dora con la etiqueta de “emergente”, pero los que estuvimos en su concierto en Madrid pudimos comprobar que aquello estaba muy lejos de ser amateur.

Es bonito ver cómo un artista va creciendo y tomando forma conforme su carrera va desarrollándose paso a paso. Sin prisa ni presión, pero con el motor siempre encendido. Con una presencia escénica admirable mezclada con una naturalidad propia a su edad, Dora se enfrentaba a un auditorio lleno hasta la bandera para ofrecer un set de hora y veinte. Una tarea nada fácil que se sacudía de encima abriendo el show con una nana a capela, sentada frente a un teclado bajo un halo de luz azul. Silencio absoluto en la sala. Dora presentó en directo temas antiguos, un par de covers y otras canciones propias que aún están por salir, y esta era una de ellas.

A su alrededor la arropaba su banda, con quienes mantuvo conexión en todo momento: Juan Sebastián al piano, David Bao a la batería y Huma a la guitarra eléctrica. El show comenzó a adquirir magnitud con “Home”, su tema junto al productor Pional con el que nos regalaba una versión más acústica y extensa, pero igual de interesante. Y es que si pensábamos que el estilo musical de Dora se podía siquiera encasillar en la electrónica (y aun así no sería del todo cierto), su directo del otro día nos mostró un lado polifacético de la joven madrileña, coqueteando con el jazz, el R&B, el soul y el reggae de una manera prodigiosa. Muestra de ello es un tema inédito llamado, de momento, “Cafeína”, en el que Dora despliega un registro vocal que no habíamos escuchado antes por su parte.

Las influencias y el background musical de Dora son innegables y a la vista están no solo en su música sino también en su estética, por lo que una cover de “Desperado”, de Rihanna, no podía faltar en el setlist. “Stay” y “Quiéreme (aunque no es tu estilo”), su último single, sorprendían para bien en este formato más acústico, dando más presencia a la voz y proporcionándola de un envoltorio instrumental que sonaba vivo y fresco, muy propio para el auditorio donde transcurría la acción. Dora se paseaba cómoda y con desparpajo por el escenario, a veces para cantar con banda y a veces sola al piano. Y es precisamente esa actitud humilde, inocente y descarada la que hace que se sostengan firmes los pies de Dora en la tierra. Siendo consciente de su don innato y talento para la música, pero con cabeza.

Muy interesante fue la segunda parte del concierto. Desde los efectos vocales a lo Billie Eilish en un tema nuevo llamado “Sorry”, hasta la simpática “Hoy”, pasando por otra nueva canción titulada “Flores de Abril” (con la que vais a flipar), el bolero “Ojos de serpiente” y una experimental “Oxena”. Una sucesión de temas muy bien interpretados que demostraron la solidez y compenetración entre vocalista y banda, desnudando las canciones originales y llevándolas hasta la más pura artesanía instrumental.

Con la presentación de la banda y el agradecimiento al público previos a “Call Me Back” se intuía que el final del concierto estaba por llegar, pero Dora aún se guardaba un par de ases en la manga. En lugar de tomar la más que trillada decisión de cerrar el show con el tema más popular de su discografía, Dora fue hasta el final con el concepto “experimento” y clausuró la noche con dos canciones nuevas. Primero con un tema que, si bien aún no tiene título, se refieren a él como “el reggae” y en el que reina el descaro; y, después, con un bis que simbólicamente daba todo el sentido a la propuesta artística de Dora en general.

Este tema lo he hecho en mi cuarto, literalmente. No soy productora, pero lo he producido yo”, nos confesaba antes de darle al play a la base del ordenador. Una pequeña canción de origen electrónico en inglés ponía el punto final al concierto, con los ingredientes mínimos pero más que suficientes: ella misma, un micrófono y una base. Algo nos hacía pensar que ese momento que estábamos presenciando era precisamente lo que, en su día, fue el germen que hizo que Dora quisiera dedicarse a esto. Tan solo una niña en su habitación, experimentando con la música y no poniendo límites a su imaginación. Ahora, pocos años después y tras mucho esfuerzo y dedicación, lo que tenemos ante nosotros es un diamante en bruto, dinamita pura a punto de explotar. Solo es cuestión de tiempo.

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