Hay gente así, incapaz de dar un mal concierto. O igual es que hay gente que realmente saca algo bueno de la experiencia y las tablas y después no necesita más que el piloto automático para derrochar clase. Dominique sabe que el público de Madrid va a disfrutar de sus texturas más que de sus palabras, y encima del escenario se dedica a vivirlo con la conciencia de quien ha arrastrado a sus nuevos amigos hasta conseguir que le secunden en otra travesura. “La fossette” se congracia con “La matière”, para demostrar que cada concierto suyo es algo distinto. Hace años despreciaba “La mémoire neuve”, ahora ni palabra de “Tout sera comme avant” o de “L’horizon”. Dominique se trata a si mismo con perspectiva y nos presenta la versión de Dominique al que le gusta la new wave pero que está mediatizado por jugar con una caja de ritmos demasiado hip-hop. Es tranquilizador verlo mirándose al espejo con menos gravedad de la acostumbrada, reinventando a Olivier Mellano con su alumno, Thomas Poli (Montgomery), y la pegada absoluta y nerviosa de Sébastien Buffet, batería de Autour de Lucie; así que casi ni se echa de menos la majestuosidad que le llevó a regalarnos “Sur nos forces motrices.”
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.