Anoche después del concierto, los DMA's se sentaron sobre el asfalto de Madrid, con sus gorras y esas pintas de guiri inglés. Esperaban con sus instrumentos recogidos a que llegara su tour manager con el furgón. Comentaban que estaban ansiosos por volver a casa (Australia), después de cuatro meses de gira. Y que ayer tocaron en Londres. Pese a ello, Madrid es su ciudad favorita. "Seguro que eso lo decís de todas las ciudades en las que habéis estado", puntuó alguien desde fuera. Pero ellos insistieron. Y luego compraron latas a un euro.
Esta misma cercanía la supieron crear también sobre el escenario. El reducido espacio de la sala Siroco facilitó la cercanía con el público, pero sin duda su personalidad relajada, fresca y despreocupada hicieron el resto. Con unas melodías apropiadas para cualquier día soleado de verano, de toque nostálgico pero llenas de luz, impactan a la primera escucha. Tienen ese punto garajero, de pop ruidoso que avanza rápido y sin complicaciones.
DMA's acuden a sus shows sin una setlist. Acaban de estrenar su EP debut, y esto hizo que el concierto pasara rápido. Tan solo seis temas y algún otro que se quedó fuera del disco. Los momentos destacados fueron "Laced" y "Delete", que todo el mundo cantó a una. Si no los habías escuchado antes, seguramente saliste convencido de haber presenciado algo bueno.
Pese a ser de los suburbios de Sydney, DMA's triunfan en Europa debido a un público sediento de brit pop noventero, que recuerda a la era Oasis o a The La's. Pusieron fin al concierto con "Play It Out". Y aquí no hubo bis. Será que eso a los ingleses no les va. Digo a los australianos...
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