Últimamente ando preguntándome de una forma periódica hacia dónde va el rock, que es lo que queda de auténtico y qué de pose y lo cierto es que al que escribe estas líneas le entra cierto desasosiego si analiza lo que ha visto recientemente por ahí.
Reencontrarte con un grupo como los Dictators NYC te hace de alguna forma perder todas esas dudas y volver a saborear la esencia del rock sudoroso, la mano en alto y el grito al cielo. Handsome Dick Manitoba y Ross “The boss” Friedman son el paradigma de la ya mal gastada frase de “los viejos rockeros nunca mueren” y lo cierto es que, en su caso, mantienen el pabellón más que alto.
Pero volviendo al concierto que nos atañe, el viernes en Bilbao vivimos 2 horas y pico de puro rock and roll. Creo que los Dictators no podrían haber tenido mejores teloneros que Los Chicos (foto inferior), que estuvieron simplemente brillantes. Con una puesta en escena sencilla pero efectiva, el grupo madrileño se comió el escenario, al público y a todo lo que tuvieron por delante. No es de extrañar que los presentes correspondiéramos a ese derroche de facultades con una entrega absoluta y la correspondiente ovación.
Así que cuando los neoyorquinos saltaron al escenario ya estábamos más que preparados para la traca final. "Master race rock" dio comienzo al show y con cortes de semejante calibre es imposible no brincar y bramar. La guitarra de Friedman cual raya de anfetamina sonora y una banda con Daniel Rey, Dean Rispler y JP “Thunderbolt” Patterson como secundarios de lujo hicieron el resto. "Who will save rock and roll?", "Pussy and Money (anyone?)", "Baby let’s twist", "Haircut and attitude", "New York New York" y un largo etcétera nos permitieron a los allí presentes disfrutar como pigmeos, con un Manitoba (foto inferior) pletórico sobre el escenario, aún a pesar de su espantoso gorro del Bronx.
Los bises, con "Two tub man" y una portentosa versión del "Kick out the Jam" de los MC5 fueron el colofón a un concierto que demuestra que todavía hay gente viviendo el rock con mayúsculas, algo que Manitoba se encargó de recordarnos en más de una ocasión durante la actuación. Y si, es cierto, el que tuvo retuvo y guardó para la ¿vejez?
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