Aunque parecía que el tiempo no acompañaría, la primera noche del DGTL en Barcelona ya nos indicaba que estábamos en un festival de carácter europeo, con estética industrial, contenedores que cerraban los escenarios, y estructuras de metal y luces a la altura de los grandes espectáculos. El ambiente, en cambio, sí que acompañó con energía a cada una de las actuaciones de los artistas participantes (desgraciadamente algunas actuaciones tuvieron que pararse a causa de la fuerte lluvia). Por ello resulto sencillo introducirse en el espíritu festival del recién llegado a Barcelona DGTL.
Cada uno de los dos escenarios grandes tenía una línea concreta. El Digital acogió las sesiones más alegres, como la del habitualmente más oscuro Agoria que nos sorprendió con un final más colorido de lo normal en sus sesiones. Quizás la causa fue que empezó a chispear e intentó animar al público. También destacaron los sets de Henrik Schwarz y Áme. Como era de esperar, Maceo Plex no defraudó con una sesión de pura energía.
En el otro escenario, el Stereo, que apostaba por la electrónica más techno y fría, destacaron sobre todo Joseph Capriati, Boddika y Ben Klock.
Bajo la placa solar del Fòrum había un tercer escenario que tuvo que cambiar su emplazamiento al día siguiente a causa de la lluvia, más fuerte y molesta. Por ahí pasaron entre muchos otros Kosmos, Pearson Sound, beGun o George Fitzgerald el primer día y, el segundo, Pau Roca, Breach o Tom Trago. De todos modos, los platos fuertes continuaban en los escenarios grandes. Worlaks ofreció un live con mucho agua de por medio y con sus característicos sonidos de orquesta, piano y cuerdas que nos llevaron a mirar a las nubes y dejarnos llevar.
También cumplieron Job Jobse, el directo de David August y un John Talabot que continúa moviendo mucha gente pese a que se le haya visto en distintos festivales habitualmente. Cerró Dixon, aunque tampoco podemos obviar las actuaciones de Marcel Diettmann, Ryan Elliot, Paco Osuna, Paul Rich y Adam Beyer, con electrónica más cañera para aguantar la gran lluvia que estuvo mojando durante mucho tiempo a los 20000 asistentes de esta primera edición del DGTL 2015 en nuestro país. Y no será la última.
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