Esta noche el concierto parecía una aperitivo para el próximo Be prog my friend!, primero con los progresivos metaleros noruegos Leprous que encandilan al nuevo público del prog. con melodías resultonas y voces claras y con una influencia clarísima del pop más moderno. Hicieron un buen concierto y seguramente si en alguno de los temas Ihsahn de Emperor hubiese estado cantando aún hubiese funcionado mejor. BTNAM es un caso aparte, o te gustan o te aburren ya que pese a ser efectivos en directo su mezcla de metal extremo y progresivo no acaba de funcionar.
Por suerte lo de Devin Townsend es otra historia. Él es un genio y tanto en los discos como en sus shows lo demuestra. Empezó el show con “Rejoice” de su celebrado disco “Sky blue” con un sonido perfecto y cristalino que como pocas veces se oye en la sala Razzmatazz. De su último disco “Transcendence” cayeron “Stormbending” y “Failure” aunque se guardaría “Higher” para los bises con todo el público cantándola. Sonaron “Supercrush” y “Hyperdrive” ambos temas donde la voz de Anneke Van Giersbergen tiene una importancia vital en el disco y que en directo se echa a faltar, siendo este el único defecto del concierto ya que todos los temas estaba ejecutados perfectamente, y el público junto su mascota Ziltoid disfrutaba cada nota que el canadiense tocaba.
Hacia el final del concierto en “March of the poozers” o “Kingdom” fue cuando le salió la versión más heavy metal, preguntado al público si quería oir metal, sacó su guitarra más contundente con salida de humo incluido e hizo los riffs más rápidos de la noche. Todo el rato estuvo en conjunción con sus fans, hablando, haciéndose cómplice hasta el punto que en los bises hizo callar con sarcasmo a los fans que ocupaban las barras y charlaban más de lo debido sacando su guitarra acústica para tocar y cantar “Ih-ha!” en solitario. Estoy seguro de que pronto volveremos a disfrutar de Devin por aquí.
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