Damien Jurado
ConciertosDamien Jurado

Damien Jurado

8 / 10
Daniel Arnal — 25-11-2008
Sala — Sidecar, Barcelona
Fotografía — Susana López

Noche fría de invierno, gris y lluviosa, calles desiertas y una ligera neblina flotando en el aire; sin duda el marco perfecto para un concierto de Damien Jurado, prolífico cantautor que habla de lo crudo de la vida de un modo tan delicado y hermoso que a uno le dan ganas de ser infeliz para siempre. La primera mitad del concierto sonó mucho más luminosa de lo esperado, la banda comenzó con un repertorio en el cual el protagonismo de las dos guitarras y el acompañamiento vocal femenino daban al conjunto un aire pop más marcado que el que puede apreciarse en sus discos, destacando “Caskets” y la bizarra “Gillian Was A Horse”. Luminoso u oscuro, daba lo mismo, sus letras agridulces y su voz que sonaba descarnada y cercana comenzaban a calar cada segundo un poco más. Más pronto de lo esperado llegó “Sheets”, con un Damien Jurado sólo a la guitarra y el público guardando silencio sepulcral por primera vez en toda la noche. Así fue como apareció definitivamente la magia y, desde entonces, el artista se desnudó emocionalmente alcanzando cotas de emoción antológicas, especialmente con “Coats Of Ice” y “Paper Kite”. Incluso el público menos entregado terminó por rendirse a la sutilidad casi imperceptible del de Seattle, capaz de cantar la soledad con un brillo en los ojos tan auténtico que deja la fibra a flor de piel. Jurado se retiró aplaudidísimo y regresó para regalar un bis retrospectivo en solitario, cerrando con “I Can’t Get Over You” y “Lose My Head” en comunión total con la sala. Un gran tipo, grande, y una gran noche de invierno, gris y lluviosa.

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