Dale la vuelta al mundo, Robin Hood somos todos

Por cuarto año consecutivo el concierto DLVAM organizado por Intermón Oxfam se desarrolló según lo previsto en el programa aprovechando la campaña que tienen funcionando bajo el título “Objetivo Robin Hood”, que apuesta por recaudar a los especuladores financieros para paliar la pobreza mundial.
Los grupos participantes en esta edición se prepararon tres temas que en la mayoría de los casos se presentaban en formatos diferentes a los habituales. De esta forma vimos un par de bandas llamadas a ser grandes promesas como son los toledanos Mucho, grupo procedente de las cenizas de The Sunday Drivers, y los vascos Smile, que nos regalaron una versión de los Faces al término de su set. Ambos grupos se mostraron tal cual son en esencia, con sus guitarras eléctricas y en estado puro para que el público pudiese disfrutarlos sin trampa ni cartón. Tras ellos los simpáticos Hola A Todo El Mundo presentaron los nuevos temas de su reciente disco “Estela Castiza” luciendo amplias sonrisas y gorritos verdes de Robin Hood sobre sus cabezas. Second no se complicó demasiado en escena y aunque comenzaron suavecitos acabaron sacando pecho con su pop-rock en castellano que tanto encandila a sus jóvenes seguidoras. Si entre todos los grupos hubo uno que destacó sobremanera este fue Dover (sí, créanme que fue así). Cristina y Amparo ataviadas con vestidos cortos, tacones y diademas se marcaron en acústico un tema de la Creedence, su propia versión de “Loli Jackson” y el afamado “You’re the one that I want” de Grease. Un detallazo que las hermanas Llanos le obsequiaron a Intermón en particular gracias a la buena relación que mantienen. Con “Febrero” arrancó La Habitación Roja parapetados con guitarras acústicas y acompañados además por un pianista. Tal fue la entrega de su público que invitaron a subir a dos chicas de entre la masa para que les ayudasen con los coros. Quienes también optaron por una puesta en directo atípica fueron Cat People que llevando la percusión dividida en dos partes optaron por las acústicas y el piano para atacar “Sorry” y “Love battle” de una manera soberbia. Para acabar Supersubmarina acompañados de dos violinistas tocaron la fibra de los asistentes con piezas como “Niebla”, que propició más de un grito incontenible del tipo “métele caña, joder” provocando la risa generalizada y que a su vez demostró de una forma aproximada el grado de emoción que se fue acumulando en la sala actuación tras actuación.