En la variedad está el gusto
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En la variedad está el gusto

8 / 10
Redacción — 10-07-2023
Empresa — Cruïlla
Fecha — 08 julio, 2023
Sala — Parc del Fòrum, Barcelona
Fotografía — Montse Galeano

Tras la jornada del miércoles, dedicada a los sonidos urbanos y cuya crónica puedes leer a través de ese mismo link, el Cruïlla encauzaba su rumbo hacia los sonidos latinos el jueves para orillar en el pop, el rock y el indie de toda la vida en las dos jornadas restantes. Una táctica, la de dar mayor peso a un estilo en concreto en función del día, que puso a prueba las costuras del festival en especial la jornada del viernes. Puntos que estuvieron a punto de saltar con Viva Suecia y Franz Ferdinand y que reventaron literalmente en el concierto de Sidonie, en el más pequeño de los escenarios al aire libre del Fórum. Un aforo totalmente superado que resultó insoportable y que debe ser tenido en cuenta para evitar que suceda de nuevo en futuras ediciones.

Dicho esto, solo cabe congratularse del evidente éxito de la edición de este año que, según cifras facilitadas por la propia organización, ha contado con un total de 76 mil asistentes repartidos a lo largo de las cuatro jornadas del festival. Una cantidad que demuestra la consolidación total de un evento que, al contrario de lo que sucede en otros similares que se celebran en Barcelona, cuenta con un público en su mayoría local que le da un ambiente diferente, mucho más cálido y próximo, que también juega a favor de hacer del Cruïlla algo diferente. Un festival en el que puedes disfrutar por igual y sin complejos de la salsa de Rubén Blades, el pop picarón de Amaia, el indie épico de Viva Suecia o el punk-rock acelerado de la Costa Oeste de unos The Offspring que salieron a no tomar prisioneros desde el primer momento con una arrolladora “Come Out And Play” que daba la bienvenida a los rezagados que salían aturdidos todavía ante la excelente demostración de buena forma de los escoceses Franz Ferdinand.

Y es que, como leeréis al final de este resumen en las líneas que le dedicamos a cada uno de los artistas que pudimos disfrutar en el festival, hubo momentos para todo. Para sudar mucho en el Johnnie Walker con una Miss Bolivia que repetía espacio y éxito en el Festival, dejando una larga cola en el exterior de la carpa, deseosa por bailar con la cumbia electrónica de la argentina. Para botar como posesos en la demostración de fuerza de los madrileños Carolina Durante. Para bailar hasta desfallecer en el triunfal concierto de Bomba Estéreo. Para cantar a pleno pulmón con la consolidación en Barcelona que supuso el concierto de Viva Suecia, e incluso para reír a lágrima viva en el espacio de dedicado a la comedia que finalizó con la arenga-mitin de un Ignatius Farray estelar que reivindicó el humor como principal vacuna para el virus de lo políticamente correcto que asola en la izquierda.

Hubo pues de todo y muy bueno en el Cruïlla. Tan bueno como el espectacular tratado de sonido, actitud y canciones que supuso el concierto de los catalanes Cala Vento en el escenario Vueling. Actuación en la que construyeron una casa de madera en directo, que les acompañará en la escenografía de su próxima gira de salas, y en la que el propio dúo pidió que el público inscribiera sus dedicatorias en ella. Tan bueno como poder escuchar en directo las envolventes caricias de las notas de una “Svefn-g-englar” que sonó espectacular en la élfica garganta de Jónsi y sus Sigur Rós.

Sin embargo, también hubo como es lógico alguna decepción y hay que decirlo. Quizás la mayor fue comprobar que, pese al entusiasmo y energía que le quiso imprimir a su concierto, el asturiano Rodrigo Cuevas no logró hilvanar un set al que se le notó cierto fallo en el ensamblaje de los temas más nuevos como “Cómo Ye?” Y eso que el cantante no cesó en su empeño de implicar al público, bajando en excesivas ocasiones a cantar entre el respetable. Tampoco atinaron Alt-J en un concierto que no acabó de sonar de la forma envolvente que ellos tan bien dominan. Y Pau Vallvé no logró ese sonido nítido que se le ha de demandar a un directo. Algo parecido a lo que les sucedió a unos Antonia Font que parecían desubicados abriendo las actuaciones del escenario de mayor tamaño del festival, con un sonido que no estuvo a la altura de las circunstancias.

Pinceladas de diversos momentos del festival que pueden dar una idea de que incluso de las experiencias menos placenteras se pueden extraer conclusiones de cara al futuro. Y que las diferencias que pudieron haber en el pasado entre grupos locales e internacionales han pasado a mejor vida. Ahí están conciertos como el de Leiva o Sexy Zebras para demostrarlo.

Y ahora sí, sírvete una cerveza bien fría y busca en el siguiente listado a tu artista preferido. Igual no estás del todo de acuerdo con nuestra apreciaciones. Es lógico. Porque lo que puede parecer sublime a los oídos de unos, puede resultar menos bueno en el de otros. La diferencia es que mientras nosotros tenemos este púlpito, vosotros tenéis el de las redes sociales donde podéis ejercer, como de echo hacéis, vuestro derecho a réplica. Siempre os leemos, aunque no compartamos.Y siempre lamentamos no poder cubrir absolutamente todos los conciertos de este tipo de eventos. Por ello pedimos perdón de antemano a los ausentes. Seguro que nos los encontraremos más adelante. Al igual que seguro que nos encontraremos en la edición de 2024 del Cruïlla. Ya estamos afilando nuestros AirPods. Don Disturbios

Bomba Estéreo

Jueves 6 de julio de 2023

Bomba Estéreo

El horario era el perfecto, o sea cuando las ganas de fiesta estaban en su mejor momento. Así que todo cuadraba para que los colombianos triunfaran. Salió Li Saumet con un espectacular vestido bien colorido y purificando con sándalo el espacio donde iba a tener lugar el ritual. Sonó “Pájaros” y aquello se convirtió en una fiesta que no tuvo un momento de respiro. “Venimos a conectar, a sentir y a bailar, porque esto no se va a repetir nunca más”, dijo Li y encadenaron “ Sintiendo”, “Algo está cambiando” y “Somos dos”, con la que se bajó al foso para deleite de los más fans del grupo. Su mezcla de reggae, tropipop y sobre todo champeta (heredera del soukous africano), fue subiendo hasta “Me duele”, ese tema que hicieron junto a Manu Chao. Aunque la esperada explosión llegó con “Fuego”, convirtiendo en una disco todo el espacio frente al escenario Oxfam Intermón. Con “Soy yo” (el tema que encandiló a Obama) y “Ojitos lindos” (tema compartido con Bad Bunny), cerraron por todo lo alto esa jornada del jueves que el festival dedicó al baile. Miguel Amorós

Iseo & Dodosound 

Son habituales como pocos del Cruïlla, quizás porque son una certeza de buen haber. Esa bases de dub, dancehall, reggae que lanza Dodo con sus maquinas, en esta ocasión reforzadas por hasta seis metales, construyen un colchón donde la dulce voz de Iseo se mueve a placer. Juntos crean esa música que invita a balancearte. Para muchos/as fue una vitamina esencial para comenzar una jornada repleta de conciertos. No faltaron su versión humeante del “Chan Chan” u otro de sus éxitos “Vampire”. Se despidieron con “Arigato” que en su letra encierra un mensaje que seguro firma este festival: “cuántos acentos, da igual dónde sea, siéntete en casa, eres bienvenida, amor es música, amor es vida”. Miguel Amorós

Judit Neddermann

Abrió los conciertos del jueves y a pesar del horario, concentró un buen número de público que la conocía. “Los conciertos de Judit Neddermann son una caricia sonora, una punzada al corazón y un ejemplo de buen gusto” avanzaba la organización y lo confirmamos. A esa hora y cerca del mar, su concierto fue reconfortante. Acompañada de hasta siete músicos, dos voces incluidas, empezó con la festiva “La llave de la alegría”, tema que abre su último disco “Lar”, compuesto a medias con dos figuras imprescindibles del folclore nacional como son Eliseo Parra y Aleix Tobías. Con “Siento que vuela mi corazón” expresó perfectamente como se sentía Judit en ese mismo momento. Y, pandero cuadrado en mano, cerró con la también alegre “Luesia”, en honor a la localidad de origen de su madre. Miguel Amorós

Lal’Ba
No consiguieron llenar la Carpa Johnnie Walker en la jornada del jueves y a nadie se le escapa que posiblemente el sábado hubiera sido un día más adecuado a su pop electrónico dulzón cantado en catalán. Una propuesta que en directo anda una par de escalones por debajo de la de Ginestà, a los que inevitablemente recuerdan y que, pese a ser voluntariosa, le sobra azúcar y le falta cierta contundencia que ganarían incorporando más músicos a su directo . D.D.

Los Van Van

Hablar de Los Van Van es hablar de cultura popular cubana. Más de 50 años en los escenarios los respaldan y allí donde van se monta una fiesta. Y eso lo sabía bien el numeroso público que congregaron, no solo bailando en la pista enfrente de su escenario, sino también en las gradas, como si de una clase de baile de salsa y timba se tratara. Nada más empezar soltaron un “Visca Catalunya!” y ¡a bailar!. El que fue su director, Juan Formell, supo innovar en su momento incluyendo instrumentos como violín y flauta, además de los vientos y percusiones. En escena una gran orquesta con cuatro cantantes, entre ellos su hija Vanessa Formell y con otro de sus hijos, Samuel, a la batería y timbal dirigiendo la banda. Lamentablemente el pasado mes de mayo falleció casi en el escenario otro de los hijos, Juan Carlos, que se encargaba del bajo. Pero el show debe continuar y allí estuvieron dedicándole el concierto y demostrando que “aquí, el que baila, gana”. Miguel Amorós

Miss Bolivia
La argentina lo volvió a hacer. Al igual que el año pasado en el mismo escenario, reventó de nuevo el aforo de la Carpa dejando una larga cola de de gente en el exterior deseando disfrutar de su show. Y lo cierto es que fue una lástima que muchos se perdieran el dinamismo frenético que mostró sobre el escenario, acompañada por cuatro bailarinas urbanas que danzaron hasta la extenuación, canciones recientes como “Menos mierda” o “Soltera” que han elevado incluso más su listón artístico. Si repite el año que viene, y serían tres, merece un escenario de mayores dimensiones. D.D.

Nanpa Básico
El rapero de Medellín (Colombia) se encargó de caldear y subir la temperatura de la Carpa Johnnie Walker con su torso descubierto luciendo sus innumerables tatuajes y ataviado, como no, de su característico sombrero. Tiró de rap peleón mostrando su cara más dura y guerrera, dejando a un lado la vertiente más romántica mostrada en “99’9”, su último Ep en el que demuestra su faceta como vocalista solvente más allá de las rimas. Convenció, venció y sembró de cara a futuras visitas a nuestros escenarios. D.D.

Omara Portuondo
Nadie puede dudar de la importancia y calidad de esta gran cantante cubana, la diva del Buena Vista Social Club. Merece todos los respetos del mundo, pero el paso del tiempo es inexorable para todos. Lamentablemente para ella también. El concierto lo abrió su banda que empezó con el clásico “Mandinga”, para después recibir a la “novia del feeling”, que flojita de vitalidad sentaron en el escenario. Clásicos como “Quizás, quizás, quizás”, “Solamente una vez, “Lagrimas negras” o el “Bésame mucho” fue el repertorio de boleros y sones que con su poco hilo de voz entonó. La excelente banda se iba adaptando a ella. El público, como no podía ser de otra manera, la ovacionó, pero para ser sinceros, someterle a hacer una gira como la que está llevando a cabo, no sabemos si es beneficioso para su salud. Aunque es sabido que para muchos músicos, el escenario les da la vida.
 Miguel Amorós

Rodrigo Cuevas
Tenia muchas expectativas puestas en el asturiano y ya sabemos lo que en ocasiones sucede en estos casos, que el camino a la decepción suele ser corto. Y eso que Rodrigo empezó su show con sorpresa, al ubicarse en las gradas y entre el público para descender con el elegante parsimonia hasta el escenario. Una acción, la de mezclarse con el público, que realizó en un par de ocasiones más, dejándose querer, desplegando su amplia sonrisa de satisfacción y cariño. Sin embargo, algo pasó con el ensamblaje de temas nuevos como “Más Animal” o “Como Ye?” que no lograron hilvanar un set fluido y cuya falta de rodaje resintió el resultado final del concierto. Y eso que él se empeñó de forma algo innecesaria de presentarlos a todo como ‘hitazos’ cuando la realidad es que alguno provocó cierto gatillazo que seguro mejorará con el tiempo y los ensayos, sobre todo los ensayos. D.D.

Rubén Blades
Nueva lección musical del poeta de la salsa, que repetía actuación en el festival después del éxito del año anterior. Si bien la estructura del show fue la misma, el panameño tiene repertorio suficiente para no tener que repetir ni una sola canción. De nuevo tras él la Big Band de Roberto Delgado que lleva acompañándole más de diez años. Abrió con “Plástico”, toda una declaración de intenciones que muestra su espíritu latinoamericano: “oye latino, oye hermano, oye amigo, nunca vendas tu destino por el oro, ni la comodidad… se ven las caras orgullosas que trabajan por una Latinoamérica unida” y que acaba nombrando a todos los países de esa región.
Cantó también “Te están buscando”, de cuya letra Manu Chao extrajo parte del tema “Peligro” cuando andaba con Mano Negra, o “En esa casa” tema contra la violencia de género. No faltaron las míticas “María Lionza”, “El Cantante” o “Pedro navaja”, aunque sí que cerró, igual que el año pasado con la emotiva “Patria”. De nuevo dos horas y tres cuartos de salsa intelectual. Miguel Amorós

Tash Sultana
No había disfrutado todavía de la australiana en directo y su show vino confirmar el peor de mis temores. Y es que parece que la menuda multinstrumentista anda más deseosa de demostrar sus innegables habilidades y virtudes como músico que en realizar un concierto en el que desplegar sus canciones. Por eso empezó y finalizó ella sola en el escenario, dejando muy poco espacio para la banda que la arropó en el tramo medio de su actuación y que todavía deben estar preguntándose para qué demonios me han traído hasta aquí. Eso sí, tuvo a bien acabar con ‘Notion’ y ‘Jungle” para ostentar su pericia a las seis cuerdas y poco más. Le sobran ganas de impresionar y desde mi punto de vista le faltan canciones de esas que dejan huella. D.D.

Carolina Durante

Viernes 7 de julio de 2023 

Alt-J
Con el gran concierto que realizaron Alt-j en el Vida Festival del año pasado todavía en el recuerdo, surgió el tema de las comparaciones. Y la cita de Barcelona pierde por goleada a causa de un par de motivos que no acabo de comprender. El primero que la indiscutible magia que desprenden las envolventes notas del trío inglés, no acabó de aflorar en un sonido al que le faltó empaque y algo de fuerza. Y la segunda fue el incesante parloteo de muchos de los presentes, más empeñados en ponerse al día de sus cosas que en mostrar el merecido respeto que todos los artistas precisan. Ya sé que este segundo aspecto es un mal endémico, pero habría que empezar a pensar en trazar con una vaya una ‘silence zone’ como en el AVE. D.D.

Cala Vento
Otros de lo grande triunfadores del Cruïlla fueron sin ningún lugar a dudas el dúo catalán Cala Vento, pareja que no para de crecer gracias a discos tan solventes como ese “Casa Linda” estrenado este pasado abril. Si hace cuatro años tocaban en el escenario pequeño del festival ante dos mil entusiastas, esta vez lo hacían en un espacio mayor y ante más del doble de seguidores. Y todo gracias a unas canciones con ese toque emocional y próximo que enamoran y unas tremendas voces de dicción clara y fuerte a las que no se les rinde la justicia debida. Además temas como “23 semanas”, “Teletecho” o “Ferrari” han consolidado aún más un cancionero que provoca desenfreno y reflexión a partes iguales. ¿Qué puede pasar en los próximos cuatro años? Todo bueno seguro. D.D.

Carolina Durante

Tremendo tirón el que tienen en Barcelona estos “cuatro chavales” de Madrid. Quizás por eso concentraron no solo a una gran multitud de público, sino que además hicieron que todos bailaran como posesos. Un poco como Diego, su cantante, que como es normal, parece una peonza en el escenario. Son seis años ya y parece que aún no se cansan de disfrutar tocando, eso se nota y se agradece. En su setlist no faltó esa popular versión de Amaral, “Marta, Sebas, Guille y los demás”, el “Perdona (ahora sí que sí)” que hicieran con Amaia o “Necromántico”. En un intermedio Diego soltó algo que sorprendió porque parecía decirlo en serio: “tal y como están las cosas, es importante ir a votar”. Sus últimos temas fueron el inevitable “Cayetano”, “Famoso de tres calles”, con el que Diego saltó al público para surfear encima, y “Las canciones de Juanita” con el que consiguieron abrir un ruedo entre el público, para que explotaran chocando. No estamos del todo de acuerdo con lo que dicen, que “ser feliz es aburrido”, esa noche no lo fue. Miguel Amorós

Ciudad Jara

Con tres discos ya bajo el brazo, el último “La velada del lobo” editado el pasado febrero, Pablo Sánchez y los suyos tienen en sus manos un buen y variado número de canciones. Con ellas pueden trazar un directo potente o íntimo, si así se requiere. En este caso, el aspecto festivo del festival les hizo escoger un repertorio que puso a sus seguidores a bailar, pero sin que olvidaran que el mensaje es lo importante. “El último pasillo”, “Bostezo mundial”, “Si perdemos te pierdo”, “Ahora o nunca” y “La isla”, estos dos de ese último trabajo, se corearon a pulmón. Aunque cuando Pablo recordó los quince años que estuvo en su anterior grupo, La Raíz, y entonó “El tren huracán” se evidenció que ese público conocía su pasado. Con el emotivo “Bailé” y el nuevo “Trocito de Marte” se fue prometiendo volver pronto. Comentar que en una esquina del escenario hubo dos interpretes de lengua de signos y que se repartieron globos para que quien tuviera algún problema auditivo, pudiera colocárselos en la barriga para “escuchar” la música.
 Miguel Amorós

Franz Ferdinand
Para el que esto suscribe el de los escoceses fue uno de los mejores conciertos este año del Cruïlla. Desde el minuto uno salieron a por todas con un sonido nítido a la par que potente y un empaque que dejó en evidencia a los que no han hecho bien los deberes del incesante ensayo. Si a eso le sumamos el innegable despliegue de hits, tan coreables como prestos a ser bailados, tienes los ingredientes perfectos para una gran fiesta. Y así fue. No faltaron temas como “Do You Want To” con la que empezaron, para seguir con “Evil Eye” y no dejarse en el tintero “Take Me Out”, “The Dark Of The Matinée" o esa “This Fire” con la que finalizaron y cuyo estribillo resonó en nuestra cabeza hasta el inicio de The Offspring. D.D.

The Guapos
Está claro que la banda que ha tejido Leiva en México es un divertimento, pero ¡qué divertimento!. Suenan correosos y directos y cuando meten la pata en algún compás, se miran entre ellos y se parten de risa. Un buen rollo que saben contagiar a base de versiones de Tequila o Chuck Berry combinadas con temas propios como ese “Soy un guapo” que parece sacada del cancionero de The Kingsmen. No hay que buscar más ni teorizar sobre nada, esto es rock`n Roll y puro disfrute para no comerse la cabeza. D.D.

Menta
La joven banda afincada en Madrid abría el viernes las actuaciones en la carpa Johnnie Walker y presentaban el que es su primer disco “Un momento extraño”. Canciones furiosas de guitarras precisas y letras escritas desde la rabia, el dolor y el asco. La banda sonó súper conjuntada y la voz de Meji, empastando perfectamente. Pero esperábamos algo más de actitud encima de las tablas. Sobre todo cuando, por ejemplo, en el tema “Segunda parte” canta lo que podría ser un himno para las últimas manifestaciones en Francia: “quemaremos contenedores y robaremos en el Primark”. Algo más de rabia escénica no les vendría mal. De todas formas la juventud en este caso es un grado y tienen todo el futuro por delante. Miguel Amorós

The Offspring
No engañaremos a nadie si decimos que las actuaciones de The Offspring son una suerte de concierto de Fiesta Mayor del punk rock. Mientras otras formaciones de su generación prefieren controlarse y ser más respetadas, los de Dexter Holland hace tiempo que han preferido ser una banda simpática, punk para todos los públicos. ¿Y es eso malo? Quizás lo fuera años atrás, pero ha dejado de serlo desde que suenan mejor que nunca y no se ruborizan por mirar tanto atrás. Bromean –en ocasiones demasiado, aunque eso depende del punto de vista–, salpican su show con guiños a Black Sabbath, Iron Maiden o Guns N' Roses, cuelan un clásico de Ramones casi como si fuera propio ("Blitzkrieg Pop", con el número de la pancarta incluido), pero claro qué queja vamos a ponerle a un show en el que suenan "Come Out And Play" para abrir y no faltan "All I Want". "Gotta Get Away", "Pretty Fly (For A White Guy)", "You're Gonna Go Far, Kid" o, cerrando, "Self Esteem". A veces, lo que queremos es simple diversión, y otra cosa quizás no, pero The Offspring ofrecen diversión desprejuiciada y francamente disfrutable. Joan S. Luna

Peces Raros
A la misma hora que tocaban Menta, lo hacía el grupo argentino Peces Raros. La combinación de “grupo poco conocido”, en un gran escenario y con un rock electrónico que invita al baile sin reparo, no fue muy acertada para abrir el viernes a primera hora de la tarde. Seguro que en una sala reducida, ese rock de guitarras y sintetizadores será otra cosa. Miguel Amorós

Sexy Zebras
Cuando solo conoces un grupo de oídas, pero llega el día en que lo puedes ver en un recinto pequeño, a alta temperatura, mucho humo y donde el público suda, baila y canta igual que los tres elementos que hay encima del escenario, solo puedes que enamorarte inmediatamente de ellos. Esto pasó en la carpa del Cruïlla donde no cabía un alfiler. Con “Jaleo” la pusieron patas arriba. Con la arrolladora “Charlie García” montaron una piscina ficticia en medio del público. Y con “Nena” no había nadie que no estuviera botando. Cada tema era mejor que el anterior y no queremos decir nada de las explicitas “Canción de mierda” o “Quiero follar contigo”. Con “Tonterías” acabó la sauna en la carpa y después sonó el beatleliano “All you need is love”, que curiosamente también hizo sonar otra banda en este mismo festival al termino de su concierto. Miguel Amorós

Sidonie
Resultó imposible acceder a un buen lugar en el que disfrutar del siempre infalible show de los catalanes. El acceso al escenario más pequeño del festival ejerció de culo de botella y el gentío que se congregó excedía la capacidad de acogida del recinto. De hecho fue la única nota negativa que cabe achacarle a la organización del Cruïlla que imagino tomará nota de que un grupo cómo Sidonie merece un escenario más acorde con su categoría y poder de convocatoria. Si a todo esto le sumamos que el sonido, al menos desde mi incómoda posición, no hizo justicia, pues se generó la tormenta perfecta para no disfrutar como merecen canciones como “Fascinado”, “Por Ti”, “El pero grupo del mundo” o ese nuevo single titulado “Cedé” con el que parecen regresar a la época de “El Incendio” (09). Una verdadera lástima. D.D.

Sigur Rós
Gran expectación y mucho público sentado esperando con bastante antelación la actuación de los islandeses. Estaba por ver si una música que requiere de atención para poder disfrutarse en plenitud, lo hacía en el sitio adecuado. Además, según sus propios creadores, esas composiciones invitan a mirar hacia dentro y se disfrutan más individualmente que en multitud. Aunque acaban de editar disco, “Átta”, de los nueve temas que tocaron, el más nuevo tenía ya diez años y el más antiguo casi veinticinco. Escénicamente pocas concesiones, mucho humo, oscuridad y sin contacto con el público. Lo poco que se podía ver era a través de las pantallas, sobre todo cuando enfocaban las expresivas caras de Jónsi al cantar o la intensidad que le ponía al tocar la guitarra con el arco del violín. Si lo importante era la música, empezar por “Glósóli” fue una declaración de intenciones con ese épico final. La preciosista “Vaka” (del disco del paréntesis) fue otro punto álgido. También “E-Bow” de ese mismo disco, que empieza como una nana, pero con la batería presente y un asombroso final. “Festival” una habitual de sus conciertos, que va creciendo y creciendo también fue celebrada. Acabaron con “Popplagið” (otra más del disco del paréntesis) y su tormenta sonora final. Para el fan resultó un concierto memorable, evidentemente para el resto, división de opiniones
. Miguel Amorós

Viva Suecia
No hay mucho que objetar a ese buen número de bandas entre el indie y el mainstream que, con un buen trabajo detrás, están recibiendo la atención de un gran número de público, tanto en sus giras como en los festivales. De hecho este fue el caso de Viva Suecia en el Cruïlla. Tenían toda la explanada frente a su escenario a rebosar y cantando cada una de sus canciones. Ellos pletóricos de felicidad y con una gran solvencia encima del escenario. Con ese gran tema que invita a la reflexión “No hemos aprendido nada” abrieron su concierto. En “La voz del presidente” mostraron músculo musical que acentuaron con una lluvia de confeti. En “Hemos ganado tiempo” Rafa Val se bajó al foso y cantó entre el público. Y el final llegó tras un buen solo de saxo y con “El bien” y esa frase coreada y a tener en cuenta: “no te creas lo que dicen los cantantes”. Miguel Amorós

antonia-font-cruilla

Antónia Font

Sábado 8 de julio de 2023 

Amaia
Otra de las grandes triunfadoras del Cruïlla por méritos propios fue Amaia. Y esa es una frase que provocará de entrada el rechazo de mas de un listo de la clase, pero es algo innegable. La navarra tiene aplomo, clase y sabe darle a su pop de autor el toque picarón exacto bajo una ejecución inapelable y dinámica. Tiró de versiones en la primera mitad del show de gente tan diversa como Bad Gyal, Los Planetas e incluso David Bisbal, pero siempre llevando los temas a su terreno, el de un pop de autor que se adapta como un guante a su voz. El único punto negro que le pongo es la inclusión de un tema como “Así bailaba”, ese homenaje a los Payasos de la tele junto a Rigoberta Bandini que, personalmente, me parece indigno de compartir set con canciones memorables como “El encuentro” o ese “Sexo en la playa” con la que finalizó. D.D.

Antònia Font
Sabor agridulce el que me dejaron los mallorquines Antonia Font. Es obvio que disfruté de su colección de canciones entrañables como “Me sobren Paraules”, “Batiscafo Katiuscas”, “Clint Eastwood”, Wa Yeah!” o “Calgary 88”, Un cancionero imbatible que, sin embargo, no sonó del todo como debiera. No sé si es por falta de ensayos o por la consciencia de que el suyo es revivir un pasado que nunca volverá del todo. Pero lo cierto es que faltó cierta actitud de salir a comerse el mundo y eso acabó por pasar factura. D.D.

Dani Fernández
Ante un público ampliamente joven y femenino, quizás herencia de su pasado con la boyband Auryn, Dani presentó con contundencia esas canciones pop-rock de sus dos discos. Su voz desgarrada es parte de su originalidad y seguro que el éxito le va a sonreír, pero abusar de la temática amorosa puede sonar redundante. Cuando cantó su hit “Dile a los demás” aquello fue un autentico karaoke. Después afirmó que por encima de todo lo importante era que la gente se lo pasara bien, que lo disfrutara, para poder recordarlo. Seguro que una chica que llevaba un cartel que decía que si no subía al escenario, no se podría casar, se acordará, por que acabó al final del bolo subiéndose a cantar con él “Bailemos”.
 Miguel Amorós

Leiva
Es otro de los artistas habituales del Cruïlla y una apuesta certera a caballo ganador. A pesar de que lleva una temporada larga con el “Cuando te muerdes los labios tour”, su show lleva la etiqueta de “impecable” encima. Buena y amplia banda, vientos y coro incluido, gran show de luces y unos temas que ya forman parte de la música popular de este país. De nuevo triunfó con un público totalmente entregado que cantaba una a una sus canciones. Empezó con esos aires country western de “Sincericidio”. Poco después duelo de guitarras en “Lobos” o karaoke total con “Tremendamente cruel”. A mitad de bolo quiso mostrar su cariño y respeto al público por pagar la entrada y dio gracias al festival por haber apostado por él justo al final de la pandemia. Dentro de todo su repertorio, resultó curioso el tema “Flecha” con esos aires de funky disco. No faltaron sus homenajes a Pereza con “Como lo tienes tú”, que dedicó a su amigo Jay de la Cueva (The Guapos) por estar pasándolo mal, “Princesas” o la clásica “Lady Madrid” con la siempre cierra sus conciertos. Lo dicho, triunfó. Miguel Amorós

Mourn
A las jóvenes pero experimentadas Mourn les tocó abrir el viernes en la carpa con un calor sofocante, pero bien de público. Siguen manteniendo esa frescura y rabia guitarrera aunque llevan ya unos años. Píldoras cortas, pero intensas, defendidas por las tres chicas, al bajo y las guitarras, y un chico a la batería. Su corto show acabó con “Apathy”. Lo empezaron solo la bajista y el batería, mientras las dos guitarras dejaron los instrumentos y cantaban. La intensidad fue subiendo hasta que desgarraron su voz gritando: “what’s the next step?, where’s the next stab?”, al rato retomaron sus guitarras creando una explosión rítmica brutal. Verdaderamente lo dieron todo. Miguel Amorós

Parov Stelar
Era evidente que la brillante banda de austriaco Marcus Füreder estaba ahí para poner a bailar a todo el que se acercara a su escenario, que al final fue una enorme multitud. En directo su electro swing, con una estudiada puesta en escena, donde cada músico tiene su posición, es de una efectividad pasmosa. Además el atractivo juego de luces y el reguero de temas infalibles, donde el ritmo sube, baja y estalla inteligentemente, convierten sus conciertos en autenticas fiestas. Si no vamos equivocados lo hicieron en el Cruïlla de 2012, en el de 2017, en el de 2019 y lo han vuelto a repetir este año. Miguel Amorós

Placebo
Conscientes de su papel como cabezas de cartel de la última jornada del festival, Brian Molko y compañía salieron del envite a la altura de las circunstancias, con un show solvente y sólido que sonó todo lo rocoso que una banda donde la guitarra es la protagonista requiere. Un set que tuvo especial parada en su último disco “Never Let Me Go” aparecido en marzo del año pasado y que volvía a poner a la banda de actualidad, además de encauzarlos de nuevo en ese sonido tan característico que sin duda poseen. Sonaron, por tanto, temas como ‘Forever Chemicals’, ‘Hugz’ o “Try Better Next Time” aunque tampoco faltaron hits de su repertorio como “Song To Say Goodbye” o “Bittter End” para despedirse en el tramo final de su set con sendas versiones una de Tears for Fears (‘Shout’ sonó como propia) y otra de Kate Bush. D.D.

Stay Homas
Había curiosidad por ver como encajaban los temas de su nuevo disco, “Homas”, en su directo y aunque fueron bien acogidos, nada que ver con los “antiguos”, que fueron pura fiesta. Quizá por eso estructuraron un show donde los colocaron en la primera parte. La popera “Morir viviendo”, la rockera “Me da igual” o la reggaetonera “Dime”, funcionaron bien y son una muestra de que no hay un estilo único para Stay Homas. Lo que sí mantienen es ese buen gusto por las armonías vocales. A media parte se quedaron los tres solos para recordar cómo empezó todo e hicieron de manera acústica “Stay homa” o “Days of our lives”. A partir de ahí todo fue para arriba y lo acabaron con el “No vull baixar” o el “Volveré a empezar”, con el que pusieron a botar y cantar a todo el mundo. Nos confirmamos que no son “flor de un confinamiento”. ¡Ah! ellos también se fueron mientras sonaba el “All you need is love”.

 Miguel Amorós

Suu
La catalana consiguió un buen lleno a pesar del calor reinante el sábado. Sus agradables temas pop fueron un buen inicio de festival a esa hora de la tarde. Ella afronta con naturalidad el cantar tanto en castellano como en catalán y eso es siempre un punto a favor. “Mi casa”, “Barcelona Tropical” que cantó junto a Carlos Sadness, “Notas de voz” o “Karaoke” son canciones fáciles de cantar y aunque algunas hablen de momentos duros, invitan a celebrar. Y eso hizo todo su público. Miguel Amorós

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