Ser o no ser
ConciertosWarm Up

Ser o no ser

8 / 10
Víctor Martínez y Gerardo Sánchez — 11-05-2017
Empresa — Baltimore
Fecha — 05 mayo, 2017
Sala — Recinto Ferial La Fica
Fotografía — Javier Rosa / Arturo García

Ser o no ser esa era la cuestión que suscitaba esta primera edición del WAM Estrella de Levante. Ser esa cita que abre la temporada de grandes festivales, ser ese evento musical que interacciona con la ciudad de Murcia, ser ese activo dinamizador de la escena cultural murciana y por qué no, ser continuador de la singladura del SOS 4.8, su precedesor en tiempo y espacio.  Y así ha sido. Durante la semana del 2 al 7 de mayo, el festival se ha extendido a las salas de Murcia, ofreciendo una programación de conciertos singulares como los de Lidia Damunt y La Bienquerida en el Loft 113 o Ana Curra en la Rem. También ha vuelto a las calle con escenarios matutinos en el centro de la ciudad, entre ellos el que apadrinaba MondoSonoro en la Plaza de la Libertad. Por ahí han desafíado al sol bandas en el disparadero, tanto murcianas (Claim, Poolshake, Ayoho, Jump To The Moon) como venidas de fuera (Lígula, Meridian Response). Incluso formaciones como Nunatak, Crudo Pimento, Perlita, Los Marañones o Bosco adaptaron su repertorio a un formato lúdico con el que engatusar a los más pequeños en el escenario SomosFamilia. En resumen, una programación en algunos momentos rompepiernas, que por supuesto, tuvo en el recinto de La Fica su epicentro, donde más de vienticinco mil personas por noche celebraron, que por unos días, todos somos Murcia.

Ya allí, en el cemento, a Los Enemigos les tocó abrir la jornada del viernes. A la hora de la merienda y bajo unos 30º C. Ellos como si nada; todos de negro, bajo la sombra del Escenario Thunder Bitch, y con su legión de fieles abajo. Sin Chema "Animal" en esta ocasión, el repertorio tuvo de todo: “Cementerio de elefantes”, “Desde el jergón”, “John Wayne”, “La cuenta atrás”, “Complejo”, homenaje a Chuck Berry… Dadas las circunstancias, hubiera sido un error ponerse sesudo de más y no interpretar clásicos básicos. Aunque iban con una marcha menos de lo habitual. Los que sí sonaron poderosos, justo después, fueron Niños Mutantes. Su último disco, Diez (Ernie, 17), es de los mejores de su carrera. Presentaron canciones nuevas sin olvidarse de “Las noches de insomnio”, “Hermana mía” o “Náufragos”. Más compactos que nunca, gracias a su nuevo fichaje: Alonso Díaz (Napoleón Solo), a la guitarra, teclados y coros. Casi a la vez, Pablo Und Destruktion confirmaba en el Escenario Punta Este las buenas expectativas que había generado su directo. Bien flanqueado por miembros de Peralta y Schwarz, tocaba sacar a pasear su cuarto elepé, Predación (Sonido Muchacho, 17), más “Limónov, desde Asturias al infierno”, “Powder”, “Pierde los dientes España”… Justo antes, Kuve estrenaba el escenario con poco público aunque, al menos, incondicional. El Estrella de Levante lo inauguró Viva Suecia, que suplió la baja de Sidonie a última hora (confirmados automáticamente como primera confirmación del WAM 2018). Están en racha, se les nota. Otros principios fundamentales (Subterfuge, 17) los ha colocado en el podio de mejores grupos de pop en castellano del momento gracias a canciones como “El nudo y la esperanza”, “Hemos ganado tiempo” o “A dónde ir”. Y sin olvidarse de “Bien por ti”. Después, Future Islands; electrónica elegante con aires new romantic y un showman bárbaro llamado Samuel T. Herring. Todo bien, pero “Cave” suena a U2 (“New Year’s Day”) y “Seasons (Waiting On You)” no es el “Born Slippy” de Underworld, aunque en su arranque lo parezca.

Future Islands. Foto: Javier Rosa

A continuación, tocaba moverse y elegir dónde ir: Future Thieves y Belako comenzaron a la misma hora. Los de Nashville ofrecieron un set de rock americano clásico, con “Rosie” como canción más resultona, y los vizcaínos su habitual sonido atronador, entre el noise, el punk y el grunge. Canciones crudas y poco amables que, sin embargo, fueron muy bien recibidas. Con solo un par de discos, Hamen (Mushroom Pillow, 16) es el segundo, Belako ha conseguido ganarse un hueco en la programación de los festivales de media España. De vuelta al escenario principal, White Lies parecía uno de los grupos más apetecibles del festival, a priori. Luego estuvieron correctos, sin más. Tienen temas buenos como “Take It Out On Me”, “Morning In LA” o “Bigger Than Us” y mola el rollo oscuro que llevan. Pero eso también lo tiene Editors y las canciones son mejores: “Ocean Of Night”, “Smokers Outside The Hospital Doors”, “Papillon”entre ellas. Si le sumas además la personal voz y esa interpretación tan característica de Tom Smith, nos encontramos ante otro de los conciertos redondos de los de Birmingham. Cerraron el escenario Estrella de Levante, en cuanto a grupos se refiere, después de unos Fangoria cuya propuesta ya cansa. Cero espontaneidad, cero improvisación, cero en naturalidad. Como si pusieras un dvd en pantalla grande. Demasiado protagonismo del cuerpo de baile, constantes cambios de vestuario de Alaska y Nacho Canut… Y por canciones no será, porque las tienen. Y buenas. Pero si no pones alma, no hay nada que hacer; el vínculo no existe. Second, por ejemplo, sí lo consiguieron. Habituales de La Fica, volvieron a desplegar todo su arsenal de éxitos, para regocijo del público: “Rodamos”, “Muérdeme”, “Nivel inexperto” o el éxtasis final con “Rincón exquisito”. Pero las que se metieron al público en el bolsillo, contra todo pronóstico, fueron The Chillers. Las madrileñas sustituyeron a Joe Crepúsculo en el cartel y se ganaron el aplauso continuo a base de caspa cañí, medio en broma, medio en serio. Todo versiones: Chenoa, Mónica Naranjo, Ella Baila Sola, Mecano, Camela… También Astrud, todo hay que decirlo. Les faltó cantar el “Cómo no te voy a querer” y salir a hombros. Eso en el Punta Este, donde tuvimos que esperar a las dos y media para ver a una de las propuestas más destacadas de esta jornada: Alien Tango. Suenan a Frank Zappa, la Tamla Motown, T-Rex, Bee Gees, Animal Collective… y les sobra carisma. Actualmente están a punto de publicar su segundo EP, con “Sexy Time” como canción estelar; casi tan buena como “Dancing In The Void”. Sin duda, las dos mejores de la noche. Si no se les va de las manos, como la guerra de almohadas (con el consiguiente exceso de plumas sobre el escenario) del final, apuntan muy alto. Los que no apuntan alto pero seguro que les da igual, son Ojete Calor y su subnopop. Humor absurdo con canciones pegadizas como "Viejoven" o "Tonta Gilipó",  sonaron en el Thunder Bitch con una afluencia de público que muchos grupos quisieran. O los quieres o los odias, no hay término medio con ellos. La electrónica hizo su aparición para cerrar esta primera jornada en la Fica con las sesiones de Women Beat y The Magician.

Lori Meyers. Foto: Arturo García

Anni B Sweet y Clara Plath serían las primeras en aparecer el sábado. Ambas contemplando el lento goteo de gente en el recinto. Algo mejor lo tuvo L.A. en el escenario grande. Mallorquines con corazón americano, que acaban de publicar Kings Of Beast (Sony, 17); un disco que les aleja algo de su vertiente rock, para acercarles a nuevos sonidos. La prueba estuvo en “Where The Angels Go” o “Helsinki”. Tampoco faltaron temas más reconocibles como “Perfect Combination” o “Stop The Clocks”. Buen concierto para un grupo que aunque alcanzó su cima hace tiempo con Heavenly Hell (Universal, 09) empieza a buscar nuevos caminos para seguir escalando hacia nuevas cotas más altas.. A La Habitación Roja, en cambio, la plenitud creativa le vino mucho antes. Pero su éxito de masas es algo bastante reciente, aún sin hacer sus mejores canciones; esas no son “You Gotta Be Cool”, ”De cine”, “L'Albufera” o “Nuestro momento”. Cosas de la vida. También hubo sorpresas una vino del Escenario Thunder Bitch: Shura y su synth pop estiloso. Todo un descubrimiento. Puedes indagar un poco más buscando su único disco, Nothing’s Real (Polydor, 16), si te la perdiste fue por ver a Noise Box; otro de esos grupos murcianos, de la sección más ruidosa y atmosférica, que siempre cumplen. De hecho, llevan más de quince años cumpliendo, sin cansarse de hacer buenas melodías. Ahora con Every picture of you is when you were younger (Son Buenos, 16), se encuentran en un estado de forma brutal y lo demuestran cada vez que se suben al escenario con temas como "Magic","Big Boy" o el tremendo cierre con "Run". Uno de los mejores momentos del día hasta que llegó el escándalo: Lori Meyers. Pocos festivales les quedan por pisar y siguen siendo apuesta segura. Congregando a más gente que nadie, con los mejores visuales que hayan llevado nunca y su habitual e infalible set: “Luces de neón”, “Mi realidad”, “Emborracharme”, “Alta fidelidad”… Lo curioso, que sólo calaran de verdad “Cuando brille el sol” y “Pierdo el control”, entre las nuevas. Así, le dejaron el camino allanado a Varry Brava, con el público predispuesto a seguir la fiesta a ritmo de “No gires”, “Calor”, “Flow” y otros emblemas de la banda. Al tiempo apareció Sr. Chinarro en el Punta Este. Con la tranquilidad del que ya ha visto pasar carros y carretas, Antonio Luque repasó media vida de la banda (la más reciente, los últimos diez años) en menos de una hora y acompañado por músicos de Pájaro Jack: “El rayo verde”, “Del montón”, “Los ángeles”, “El progreso”, “La mujer”… Un show relajado, templado, que nada tendría que ver con el que ofrecieron Crudo Pimento justo después.

Crudo Pimento. Foto: Arturo García

Cada disco de Raúl Frutos e Inma Gómez es un compendio de locura, brillantez y desasosiego. Y eso lo trasladan de maravilla al directo, faltaría más. No bastó con presentar Teleiste Mouska (Everlasting, 17), sino que tuvieron a bien hacer lo propio con FHHx; el nuevo proyecto de Raúl con el rapero galés J. Higgz. Contundencia, experimentación, libertad... todo teñido de negro. No sería extraño que los Sith les encargaran su nuevo himno imperial. Ni siquiera Orbital sonando desde el escenario principal, con su espectacular show audiovisual, les hicieron sombra. Los hermanos Hartnoll se marcaron un greatest hits en toda regla, coronado por “Chime”, como era de esperar. Para fans nostálgicos de aquellos míticos conciertos de los 90 en Glastonbury o Benicàssim del dúo londinense. Y algo tan inglés como el pogo, tenía que aparecer. Tarde o temprano. Y lo hizo con Perro en el Punta Este. Sus canciones te las sabes de memoria y te siguen gustando. Imposible cansarse de “Ediciones Reptiliano”, “Catán”, “La reina de Inglaterra”, “Azul mayoría absoluta”o “Marlotina”. Trallazos capaces de resucitar a un muerto. Mientras tanto, lo de The Sounds en el principal apuntaba a mucho y se quedó en nada. Mucho continente y poco contenido; “Tony The Beat” y poco más. Sin embargo, con Trentemøller pasó casi lo contrario. El danés, que venía con banda, arrasó con las canciones de Fixion (In My Room, 16) y las que cayeron de trabajos anteriores. Delicadeza y fuerza en blanco y negro para una excelente demostración de electrónica visual y emocional. El cierre lo pondrían Perlita y Delorean, confirmando que son dos de las propuestas de vanguardia más interesantes del país. Los primeros, la última chifladura surgida en la bahía de Cádiz y los segundos siempre al pie del cañón, disco tras disco, dando clases de buen gusto y actitud.

El Wam Estrella Levante ya es una realidad y el público ha respondido a ese sentimiento de pertenencia a una ciudad, a una escena o a una cita anual para los amantes de la fiesta y la música. Atrás quedó la incertidumbre de hace unos meses, las prisas e incluso los aspectos a mejorar para el año que viene. Sólo cabe ir a mejor y tiene pinta de que así será.

 

 

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