Reyes del buen rollo

Lo que se vivió este pasado fin de semana en la Sala Capitol quedará grabado con letras de oro en los libros de historia musical gallega. Una doble fiesta de presentación del disco “La Máquina Del Buen Rollo” (Auto, 24) que, sin lugar a duda, marcará un antes y un después en la carrera de esos cuatro amigos que un día decidieron juntarse para hacer música. Y es que The Rapants demostraron que todas las expectativas del público, ahora conocido como ´Rapants Fans Juligans´, incluso se habían quedado cortas. Las sorpresas se sucedieron ya en la entrada al recinto, en donde cada asistente recibió una ficha que emulaba a las habituales de las atracciones de la verbena: habían cuidado hasta el más mínimo detalle.

La espera hasta que comenzase la acción fue magistralmente ambientada con la música de Brass Band Brassica Rapa que metió al público en ambiente festivo. A la hora prevista salieron Xakín, Xamma, Samu y Mati al escenario, para poner a funcionar la maquinaria. Lo hicieron con “Meu Cariño” como canción inicial, un tema con el que quedó patente la conexión que tienen con la gente y que dejó claro en pocos minutos que el disco es perfecto para el directo. A partir de ahí llegó el turno de otras 26 canciones más, en lo que fue un setlist en el cual convivieron de forma magistral las nueve canciones de este tercer disco, así como los himnos provenientes de sus anteriores trabajos. El éxtasis que provocaron fue similar al que se siente cuando uno monta en el saltamontes. Fueron tantas las subidas y bajadas provocadas con cada canción, que la hora y media que duró cada concierto fue como una sesión de cardio intensiva.

Tan importante fue la selección de canciones como la ejecución de las mismas, rozando una perfección sorprendente para tratarse de la primera vez con el nuevo repertorio. Es cierto que no interactuaron demasiado con el público, pero su carisma, presencia y buen hacer sobre el escenario son tan brutales que realmente no necesitan nada más que ejecutar cada canción para satisfacer a quien está en la sala ¿Para qué hablar pudiendo cantar? El final fue absolutamente apoteósico, con una intensidad tan brutal que era imposible no saltar, gritar, cantar o meterse en todos los pogos que se formaron. Con un combo de canciones ganador formado por “La Noche”, “Blaster”, “Rue Franklin”, “O Avión”, “La Favorita” y “A Vida” se podía presagiar el éxtasis que se iba a vivir. Sonrisas y mucha alegría entre el público; y lágrimas y muchísima emoción sobre el escenario. Ver a Samu tirarse de rodillas al suelo entre lágrimas, para ser rápidamente abrazado por sus compañeros fue un momento muy emotivo. O ver en la segunda noche como sus caras reflejaban la alegría por haber cumplido un sueño que nunca se hubiesen imaginado cumplir.

Es difícil predecir el futuro, pero si alguien se lo merece, son ellos. Han demostrado que son una verdadera máquina del buen rollo, capaces de transmitir los mejores sentimientos y de conseguir que los problemas desaparezcan mientras están sobre el escenario. Si la vida fuese justa, deberían seguir quemando etapas al ritmo al que lo están haciendo para llenar cada vez recintos mayores. No solo en Galicia, si no que The Rapants deberían estar derribando todas las puertas por toda la península para convertirse en el grupo favorito de cualquier amante a la música.