Los Reyes conquistan el norte

El paso de Queens Of The Stone Age por A Coruña, como parte de la programación del O Gozo Festival, será recordado como si de un huracán que arrasó con todo lo que se encontró a su paso se tratase. Un concierto que apenas superó la hora y media, pero que, cundió lo suficiente como para dejar claro porqué los americanos son considerados los reyes del Stoner. El ambiente fue caldeado por Bala, con el dúo formado por Ánxela Baltar y Violeta Mosquera ofreciendo un recital de media hora que se hizo corto, pero suficiente para reafirmarse como una de las bandas más potentes del panorama nacional. Para redondear su actuación, las gallegas contaron con una colaboración inesperada, al subir al escenario a Bonnie Buitrago, la bajista de Nashville Pussy. Con ella interpretaron, por primera vez en directo, tres temas, en uno de los grandes momentos de la noche.

Queens Of The Stone Age salieron con diez minutos de retraso, circunstancia que no importó a un público completamente ansioso por ver a sus ídolos. Comenzaron con un ritmo relativamente tranquilo concretado en “Little Sister”. A partir de este momento, la banda liderada por Josh Homme supo jugar con una extensa y muy exitosa discografía, intercalando momentos de muchísima intensidad con otros de una intimidad más propia de recitales en espacios mucho más pequeños. Todo aderezado por un magnífico juego de luces, gracias al cual consiguieron generar una atmósfera específica. El público se fue entonando en base al cóctel, dispuesto a vivir un tramo final derivado en auténtica locura y que pasará a la historia del recinto coruñés.

El éxtasis final llegó con el esperado “No One Knows”, la que posiblemente sea la canción más icónica de la banda. Con los primeros acordes la locura terminó por desatarse en forma de pogos copando gran parte del foso. Incluso el público de la grada, mucho más tranquilo hasta ese momento, se levantó para vivir juntos la bestialidad. Fue el final de un concierto perfecto, de una noche a la cual los americanos llegaron con todo. Es verdad que empezaron sin hacer demasiado ruido, pero no es menos cierto es que terminaron plantando su bandera atronadora para dejar grabado su nombre a fuego. Sin duda, y visto lo visto, se convirtieron en esos reyes que el norte roquero necesitaba y a los que será difícil usurparles el trono.