¡Aleluya!
ConciertosPurple Weekend Estrella Galicia

¡Aleluya!

8 / 10
Javier Luque — 12-12-2023
Empresa — Centro León Gótico
Fecha — 08 diciembre, 2023
Sala — Palacio de Exposiciones de Leon, León
Fotografía — Francisco Alain

¡Aleluya! No se nos ocurre mejor expresión de júbilo al comprobar que un festival tan legendario sigue en tan buen estado de forma. Esta 34ª edición del Purple Weekend Estrella Galicia ha vuelto a demostrar que todavía se pueden montar saraos con grupos de guitarras y DJs con setlists llenos de temas atemporales y desconocidos. En esa eterna búsqueda de equilibrio para contentar a los fieles de toda la vida que acuden cada año a León y añadir sangre fresca al club de fans del festival, el Purple Weekend Estrella Galicia comenzó el jueves bajo el título "Revival 77 & New Punk", en el Palacio de Congresos y Exposiciones: bandas nacionales que abracen a un público más actual, pero cuyo germen e influencias evidencien un gusto por las raíces de su propio estilo. La misión de abrir esta edición corrió a cargo de Kokoshca, La Trinidad y Gente Muerta.

La jornada del viernes comenzó pronto, con los DJs amenizando el Palacio de Congresos y algunos locales míticos de León. Es en ese momento cuando uno se da cuenta de que la ciudad está totalmente conectada con el festival. La estética y la música de fondo maridan bien con los bares de tapas de la zona centro, pero además servían como excusa para hacer tiempo de cara a todo lo que quedaba de jornada. La sala Glam Theatre abría sus puertas para acoger los primeros conciertos del día: Calizo fue el encargado de abrir ese melón, con su contundencia rockera bien aliñada de raíces flamencas en la voz y composición de sus temas. Pero fueron The Liquorice Experiment quienes terminó de calentar al personal encendiendo una mecha que se mantuvo de principio a fin con su sonido beat, garage y el r&b más bailón en cada golpe de pandereta de su frontman. Los escoceses The Kundalini Genie abrieron la parrilla de conciertos del Palacio de Congresos con esa psicodelia progresiva y espacial que tanto les define. Un viaje que siempre se sostiene en un flote a veces decadente, confirmado en sus últimos minutos de actuación versionando a la Velvet Underground y su "Oh, Sweet Nuthin". A esas horas, el recinto iba cogiendo color, tanto en una mayor presencia de público como en los curiosos que comenzaban a hacer sus primeras compras de vinilos y ropa vintage. Sin duda, uno de los puntos fuertes de este festival es ese gusto por lo tangible, por lo genuino y lo clásico. Logan's Close reforzó ese ambiente con temas cuyo principal protagonista es el teclado, que a veces suena a The Zombies y otras a The Doors y, en definitiva, sabe a música para el buen paladar.

Parece obvio que el cabeza de cartel del viernes y del propio festival eran Kula Shaker (en la foto), pero tenían que demostrarlo en el escenario. Y vaya si lo hicieron. Con todo el público ya en el recinto, se presentó la banda de Crispian Mills con un setlist muy acertado, aunque para los que seguimos a la banda desde hace tanto tiempo, siempre nos faltarán temas. Una intro marca de la casa, de tintes indios y psicodélicos sirvieron de trampa para pillar desprevenidos a aquellos que esperaban un concierto triposo: "Hey Dude" fue el ciclón que abrió un concierto cargado de temas muy directos y llenos de guitarras. Y cuando parecía que no iban a cambiar el registro, con el público encendido, llegaron las notas de uno de sus temas emblema: "Tattva". Sin duda, el momento mágico de todo el festival. En pleno trance, Mills invitó al público a que le siguiera y coreara el "Hallelujah" de Happy Mondays. Acto seguido, cerraron la canción y huyeron del escenario, mientras todos nos mirábamos intentando asimilar lo que acabábamos de vivir. Sin tiempo a hacerlo, de pronto volvieron a los bises y lo hicieron con la mítica versión del "Hush" de Deep Purple, la canción que les dio a conocer en el mundo entero en 1997. Continuaron los bises y cerraron su espectacular actuación con "Govinda", para que el público no olvide que su valor añadido y distintivo de toda esa ola de grupos que surgieron del llamado "britpop" fue ese sonido de referencias indias y psicodélicas. La noche continuó con los allnighters y se pudo comprobar que, sin ellos, este festival no sería lo mismo. Las sonrisas y los bailes continuaron hasta la madrugada... y se notó.

Con el listón altísimo, la jornada del sábado continuó con los alldayers y los conciertos de la tarde en la sala Glam Theatre: Primero Germán Salto y luego Reme deleitaron a aquellos que tuvimos fuerzas para no perdernos nada del festival. Dos grandes conciertos que ayudaron a levantar el ánimo de los que repetíamos jornada completa. Ya en el Palacio de Congresos, comenzaban las madrileñas Tiburona, con su garage y punk directo y sin fisuras. Cautivaron con ese embrujo que tienen al ser descaradas y simpáticas sin querer serlo. Pura actitud y buen hacer. Con poco tiempo para hacer alguna que otra compra en el mercadillo de vinilos y ropa vintage, se presentaron en el escenario The Shadracks, apostando por una puesta en escena que haría sonreír desde su tumba al mismísimo Ian Curtis. Sus temas garage y punk oscuro recordaban a esos primeros Joy Division, tema tras tema. Y si alguien tenía alguna duda de sus referencias, versionaron para el deleite de muchos ese mítico "No Love Lost" a golpe de bajo y voces punk homenajeando al grupo de Manchester.

Se acercaba la hora del cabeza de cartel del sábado y también se empezó a llenar de verdad el Palacio de Congresos. Llegaba el turno de Temples. Los ingleses ofrecieron un concierto exquisito y delicado, dejando claro que cada vez se acercan más a la neo-psicodelia (que también abrazan actualmente bandas como, por ejemplo, Tame Impala) que a esos primeros discos de pop y rock psicodélico con los que se dieron a conocer. Tema tras tema, disfrutamos de su sonido limpio y cuidado, con esas voces que parecen sacadas de estudio. Impecables, pero si hay que poner alguna pega, su show se hizo corto. La jornada terminó de nuevo con los allnighters seleccinados y también con mis pies, pero al mismo tiempo con la sensación de satisfacción y de empezar a fantasear con una nueva edición del Purple Weekend Estrella Galicia irá creciendo cada día. En efecto, es un aleluya que un festival como este siga tan vivo.

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