El festival emblema de la escena murciana ha alargado su nombre, de WAM, ha pasado a llamarse WARM UP Estrella Levante. Pero también ha ampliado su programación, que se ha hecho inabarcable en esta edición 2018, con conciertos gratuitos, de lunes a domingo, que han subido, definitivamente, la puntuación global del evento. Hablamos de nombres como The Parrots, Sierra, Disco Las Palmeras!, Maika Makovski, The Limboos, Ross, Los Malinches, Cala Vento, Rufus T. Firefly, El Último Vecino... Muchos de ellos, además, se han celebrado en plazas clave de la ciudad y con un público familiar. Nuestro escenario MondoSonoro a espaldas de la catedral de Murcia gozó de una localización excepcional, donde el gótico de la puerta sur del templo y el negro del público garagero que se decantó por este programa matinal crearon una de esas postales curiosas. Por otro lado, tras una primera edición de transición la maquinaria organizativa ya está calibrada y este año se han notado mejoras en todos los flecos que quedaron por rematar en su debut. Destacar el sonido excelente en todos los escenarios, la ampliación de las diferentes zonas de servicios y sobre todo, la ubicación de espacios que te permitían celebrar en un mismo recinto un festival a tu medida. Vamos con los hechos.
Como es habitual, el recinto de La Fica concentró las actuaciones principales, y de pago, en dos jornadas. Empezamos con el viernes; Modelo de Respuesta Polar asomaron la cabeza por el Escenario Thunderbitch, pasadas las seis de la tarde, cuando la gente aún llegaba, validaba su entrada, sacaba vales para comida o bebida… En fin, la peor papeleta de todo el fin de semana. Y los primeros murcianos fueron Lebowsky en el escenario más pequeño, el Dr. Franklin. Su show estuvo copado por los temas de su disco de 2015, Turntable, más un par de novedades: "Aliens" y "The Very Best". Luego, aparece Nunatak con las últimas claras del día. Cada vez más electrizantes en directo. Incluso Adrián cambió, en parte del repertorio, su guitarra habitual acústica por una eléctrica. Las Culpass rezaba en su camiseta, marca de moda murciana para una banda que cada vez suena más contemporánea. Un concierto que bien entrada la noche hubiera dado mucho más que hablar. Joana Serrat no estaba para innovaciones. ¿Para qué tocar algo que funciona tan bien? Menudo recital dio de americana. Ella y sus músicos: The Great Canyoners, una banda espectacular. Canciones como "The Blizzard", "Green Grass" o “Cloudy Heart” justifican su presencia en cualquier escenario del planeta. Bravo.
Menos arropado se encontró Carlos Sadness. Lo suyo quizá sea una propuesta más eficaz en salas, daba la sensación. Predisposición no le faltó. Que es un tipo optimista, es algo que se caza al vuelo, pero que sus canciones son todas muy parecidas, eso también es evidente. Los que no podían faltar, con el eterno idilio que les une al Levante español, eran Nada Surf. Y menos si están celebrando los quince años del álbum Let Go. “Blizzard of '77”, “The Way You Wear Your Head”, “Inside of Love”, “Hi-Speed Soul”, “Killian’s Red” con los coros de Holly Miranda… Nueve canciones escuchamos del disco. Más "Popular" y "Always Love". Sería injusto comparar este concierto con la gira que hicieron en su momento (en la vecina Sala Camelot, por ejemplo, como recordaba Daniel Lorca, tocando a las 4am) pero vamos, de los regresos más decentes que hemos visto últimamente. Todo lo contrario son Poolshake, una de las últimas promesas locales, tocando prácticamente a la vez. Se suben al carro de Temples, Mac DeMarco… sobre todo cuando la brisa te trae el olor a gofre de fresa de la zona de restauración. Tampoco olvidemos que se trataba de su concierto número ocho. Lo tienen todo por hacer. Y otro grupo nuevo en la Región es Amor Germanio, aunque con miembros más experimentados y curtidos en bandas como Neuman o The Leadings. En su reciente primer EP, titulado Mi Momento, apuntan directamente a bandas como Black Rebel Motorcycle Club o Cápsula. Rock oscuro y fibroso. De los pocos grupos que pasaron por el Escenario Compralaentrada, reservado sobre todo a DJ's.
De Valencia venían La Plata, con las expectativas del respetable por las nubes. Y no defraudaron, en absoluto. Su directo es siniestro, eléctrico y con buenos estribillos. Todo muy ochentas, de la parte buena. Como ese guiño a Aviador Dro, con la interpretación de "Nuclear sí". Además, canciones propias como “Un atasco”, “Esta ciudad” o “La luz”, se han colado ya en todas las casas. De lo mejor del panorama nacional y una banda que se encuentra en ascenso constante. Sidonie, en cambio, hace tiempo ya que tocaron el cielo. La cuestión es ver lo que aguantan ahí. Poco, si no innovan en directo. Todo el mundo se sabe sus conciertos de memoria. Y otra cosa: que temas como "Un día de mierda", "Carreteras infinitas" o "El peor grupo del mundo" sean los más coreados, da cosica. Con la cantidad de buenas composiciones que tienen. Pop de masas sí, ya lo sabemos. Pero que no pierdan el buen gusto, por favor. Antes, estuvo Iván Ferreiro en el escenario principal, el Estrella de Levante. Acompañado por Ricky Falkner y Pablo Novoa en la banda. Vimos que no ha bajado el vuelo desde que se editara su último trabajo, Casa. Un disco con mucho peso en su set, como era de esperar y con el que se siente muy cómodo. Aunque… ¿cómo olvidar hits de la talla de "Turnedo" o "Años 80"? El público se volcó con él. Algo que, seguro, agradeció. Por fin, turno para el gran cabeza de cartel del día: Kasabian. A la larga, han sido los mejor parados de aquello que se llamó Nuevo Indie Británico a principios de siglo; una especie de continuación del britpop y el sonido Madchester. Pero quedó claro que ya no es su momento, sonaron caducos. Aún así, el grupo de Tom Meighan, ataviado con bata blanca de laboratorio, y compañía ofreció un espectáculo divertido y solvente. Hace mucho tener en tu repertorio canciones como “L.S.F. (Lost Souls Forever)”, “Underdog”… y sobre todo “Club Foot”. De esas que levantan a un muerto. De eso, saben mucho The Bloody Beetroots, un seguro de vida a altas horas. Imagínate a Front 242, pero con una marcha más -y muchos db por encima, la organización le tuvo que bajar el master-. Inquietantes, bestias y enamorados de los sintetizadores. El italiano Sir Bob Cornelius Rifo volvió por estos lares para mostrar "The Great Electronic Swindle" y asustó de nuevo al sector más puritano, acostumbrado a una electrónica más digerible. Cambiando a otros escenarios, toca hablar de El Columpio Asesino. Una locomotora, como de costumbre, pero sin material nuevo desde 2014. Su potente y compacto sonido (entre el rock, el punk y el kraut) no tiene pega alguna. Pero se entiende poco su presencia. Y no, no faltó "Toro". Los navarros coincidían con The Octopus Project (Austin, Texas), una de las sorpresas del festival, con unas canciones muy coloristas y una puesta en escena que recordaba a maestros como Devo o los B-52's. Todo un descubrimiento. Y vamos llegando al final de la jornada. Hora de quemar zapatilla con los, siempre infalibles, !!! (CHK CHK CHK), o disfrutar con dos propuestas más actuales: los ritmos tropicales, bañados de autotune, de Esteban y Manuel (ideales para las fiestas de tu pueblo) y la oda al reguetón de Ms Nina. Pero llevado con la cabeza muy alta.
El sábado por la tarde, Jaime Buenaventura y Cooper fueron los más madrugadores. Al primero lo conocemos por el single “Cansado de escribirte” y tuvimos la oportunidad de escuchar alguna canción más, de las que darán forma a su primer larga duración. A los segundos, ya se les echaba de menos. La vuelta se llama Tiempo, temperatura, agitación. Y allí estaba su fiel legión de feligreses, lista para escuchar las novísimas “Ya llegó el verano”, “Islandia”, “Graciela”, “Infinito” y “El último tren”, mezcladas con las clásicas “Cerca del sol”, “Canción de viernes” o “Rabia”. Sin olvidar la herencia de Los Flechazos: “Atrapado en el tiempo”, “A toda velocidad” y “Luces Rojas”. Todo, en un directo impecable, que resiste a modas, cambios de formación… Es solo pop, pero de muchos quilates. Muy diferente fue la propuesta de Shinova, grupo que ha mutado hacia el indie más comercial tras su fichaje por Warner. Después de Cooper, resultó chocante oír canciones como “Qué casualidad” pero la banda consiguió calentar el magno escenario Estrella Levante con un público que le sigue y crece día a día. Llegó el momento Izal. El directo es la mejor Autoterapia de una banda que no olvidemos también tocó muchas veces para veinte personas. El éxito es tan difícil de digerir como el fracaso diría aquel y en Murcia se enfrentaban a la tarea de demostrar por qué es la banda que todos quieren en su cartel cueste lo que cueste. Nueva puesta en escena con una escenografía a lo Saul Bass y sobre el papel un repertorio largo como la figura de Mikel que miraba al horizonte y descubría a gente bailando a un kilómetro. De Copacabana a Murcia de nuevo con Neuman y Viva Suecia. Bandas intensas y taciturnas, sí. Pero que saben situarse en el punto justo para no resultar un tostón, con canciones sobradas de gancho. Paco Román lo demostró en “Boystar” o las más añejas “Bye Fear/Hi Love" o “Hell”. Y a lo de Viva Suecia, pocos adjetivos hay que ponerle a estas alturas. Están destrozando récords con apenas un disco. Solo diremos que pocas veces se había visto una comunión tan perfecta con el público a este lado del Segura.
Vamos a seguir con representación murciana y con indie, del de verdad. Ahí se encuentran, por méritos propios, The Yellow Melodies. Los vimos presumir de Life, su último álbum, invitar a Ross al escenario, disfrutar con “The Championship Cup”… Un grupo que está viviendo una segunda juventud. Como la de su líder, Rafa Skam, a quien vimos también en las filas de Murciano Total, justo a continuación. Con Jose Lozano y Elena al frente, el grupo demostró que sigue siendo una de las referencias patrias del synth pop más elegante, gracias a su singular cancionero; antiguo pero moderno. Justo lo que ocurre con Melange, aunque jugando en otra liga. Cinco melenudos que actualizan el sonido de los años setenta (el de Smash, Triana, Camarón, Os Mutantes...) y que van sobrados de clase y fundamentos sobre flamenco, rock progresivo, experimentación o bossa nova. Si su primer disco ya era bueno, este Viento Bravo que presentaron en Murcia, por fin, resultó ser una auténtica joya. Dorian cumplió, sin más, casi solapándose con los madrileños. Con disco nuevo, Justicia Universal, y clásicos como “A cualquier otra parte” o “La tormenta de arena”. Correctos. Y entonces, otro de los gordos a escena: Alt-J. Los de Leeds hicieron un show espectacular, haciendo un repaso a su carrera (desde 2009 hasta hoy). Con un magnetismo y carisma arrolladores. Y un show a la altura de muy pocos. Con un estilo que puede parecer poco amable a priori, pero se torna en fascinante cuando te metes en su bucle, entre el rock de vanguardia, el dark pop y electrónica más arty. "3WW", "Deadcrush" y “In Cold Blood” fueron los momentos estelares. Menos fino estuvo Vitalic, presentando ODC, su nuevo directo. Tanto, que parecía que la cosa no iba con él. Para disimular su aburrimiento, le dio incluso por fumar y beber durante el set. Algo que solo hizo gracia a sus fans de las primeras filas, con perfil de buscar pareja en los programas de Mediaset. Los demás, huimos decepcionados. Menos mal que nos quedaba Biznaga, justo al otro lado. Y volvió la emoción a base de balas y rabia punk. “Una ciudad cualquiera”, “Mediocridad y confort” o “Las brigadas enfadadas” son canciones de las que uno siempre se siente orgulloso de cantar con el puño en alto. Un chute de adrenalina más que necesario para dar paso a la electrónica canalla y machacona de Joe Crepúsculo, acompañado en esta ocasión por Carlos Ballesteros (Hidrogenesse). Nadie puso pegas a “Te voy a pinchar”, “Mi fabrica de baile”, “Pisciburguer”, “Música para adultos” o “Suena brillante”. Como para hacerlo. Y aún quedaba el show petardo de Mueveloreina, la nueva sensación del trap, para cerrar este rebautizado WARM UP Estrella Levante, que sí, ha calentado y de que manera esta primavera de nubes y claros.
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