Volvieron Estrogenuinas a su casa, Salamanca. En esta ocasión el motivo era celebrar la treintena de las gemelas Ángela y Carolina Álvarez, almas de la banda, organizando un concierto que prometía temas nuevos y alguna sorpresa. Esa declaración de intenciones provocó el lleno de la sala, con público muy variopinto en edad y gustos musicales. Todo un reto para una banda que conoce al dedillo a su gente, solventado a base de una colección de temas de siempre con una dosis extra de contundencia.
Ese ritmo y solidez, conseguidos en parte por el hecho de ser desde hace un tiempo un cuarteto y por toda la experiencia adquirida a lo largo de los años, hizo que, casi sin darnos cuenta, llegaran los temas nuevos que presentaban en esta celebración de cumpleaños: “Salou (o los ciento ceinte cías de modorra)” y “Los vieja escuela”. Letras y sonido 100% estrogenuino. Lo que nadie esperaba, poco después, fue la aparición en el escenario de la líder de Juanita y los Feos para cantar “Autolesionarse” con la banda. Una grata sorpresa que parecía la guinda a un pastel de un cumpleaños que estaba siendo muy dinámico, a pesar de que gran parte del público no se enterase de lo que acababa de ocurrir.
Pero había tiempo para más: los bises fueron el fin de fiesta perfecto a un concierto muy sólido y redondo de la banda salmantina. Tocaron temas como el siempre divertido “Nietzsche es mi fetiche”, “Charra bomb” –magnífica relectura del “Cherry Bomb” de The Runnaways– y terminaron el show con “Fiesta de fin de curso”. Gran guiño al concierto firmado por “la eterna banda emergente” (Ángela Álvarez dixit) en una noche que fue una mezcla de recuerdos de sus temas de siempre y otros nuevos, que suenan más a futuro que al pasado.
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