Nostalgia y futuro

Nueva edición de un Atlantic Fest que volvió a llenar Vilagarcía de Arousa de música. Tres días con un cartel que contó con grandes nombres, tanto del panorama nacional como internacional, pero dejando espacio para la presencia de otros artistas con menos recorrido y no tan habituales. A destacar también, la presencia de mujeres sobre el escenario, siendo que varias de las suyas fueron de las actuaciones más destacadas del fin de semana.

La siempre difícil apertura de festival corrió a cargo de Gazella. El grupo catalán cumplió ofreciendo un directo cargado de tintes psicodélicos que podría haber sido más sorpresivo de ser en horario nocturno y acompañado de juego de luces. Tras ellos, llegó el turno para una de las actuaciones más divertidas e intensas, a cargo de Rocío Saiz. Acompañada de su banda, la intérprete se metió al público en el bolsillo haciendo suyo el recinto y dejando uno de los grandes momentos al interpretar sobre un contenedor el tema “¿Quién piensa en ti?”. La música siguió sonando con la revelación del año: los madrileños Alcalá Norte. Un concierto acompañado de un público completamente entregado, dejando claro que todo el ruido creado a su alrededor está acompañado de un directo muy bien trabajado.

Pero toda esta línea ascendente de buenos directos se vio cortada con la que puede ser la decepción de la edición. The Parrots salieron al escenario, pero no lograron enganchar a un público que, en su gran mayoría, parecía estar desconectado y esperando al plato fuerte del día. Y es que con Carlos Ares, quien cerró el primer día, el Atlantic Fest se vino abajo. Acompañado de músicos espectaculares, el gallego desplegó todo su poderío dejando muy buen sabor de boca. Mención para los también gallegos Grande Osso, que se encargaron de llenar el vacío musical entre actuación y actuación.

El Atlantic Fest continuó con la maratoniana jornada del sábado, cuya apertura corrió a cargo de Florent y Yo, con un directo correcto pero sin grandes alardes, aunque del todo suficiente para empezar a entonar a un público que iba llenando el recinto a pesar de la lluvia. A continuación, la acción se trasladó al escenario principal con Silvia Pérez Cruz. La catalana encandiló a grandes y pequeños, con una interpretación cargada de emoción con la que consiguió algo que resulta casi imposible en un festival: el silencio sepulcral del público. Ayudó, sin duda, una espectacular versión de “Negra Sombra”. Tras ella, Dani Dicostas subió una velocidad con un directo cargado de baile y ritmos pegadizos, preparando el terreno para uno de los platos fuertes del día. Derby Motoreta´s Burrito Kachimba tuvieron que recortar su repertorio por culpa de la lluvia, a pesar de lo cual lograron mostrar toda su intensidad desplegando su rock andaluz para disfrute de todos sus fans.

Menos intenso en ritmo, pero no en lo que a letras se refiere, fue el directo de Luis Fercán. Por primera con banda en un festival, el cantautor se metió al público en el bolsillo llenando de paz y emoción el recinto. El buen rollo del sábado corrió a cargo de Carlos Sadness y su siempre alegre y efectivo directo. Su aparición fue tan efectiva que no necesitó de grandes alardes para hacer bailar a un público que también agradeció la salida del sol. La música siguió con Cariño, quienes estaban de celebración al cumplir seis años como grupo. Gran acierto el de incorporar batería y teclados al directo, haciendo que, en directo, sus temas suben de nivel en base a potencia y libertad.

Para nivel, el de Los Planetas con su concierto 30 aniversario de “Super 8”. Jota, Florent y compañía desplegaron todo su poderío y los comentarios entre los fans más acérrimos al terminar era el de que habían visto uno de los mejores conciertos de su vida. Depedro dejó otro de esos directos que motivan que acudir a un festival pueda tener sentido. Fue una actuación que rozó la perfección –también la más larga– con gran despliegue vocal y musical al que se sumó la sorpresa de verle interpretando una emocionante “Déjalo ir” junto a Iván Ferreiro. El cierre corrió a cargo de Crystal Fighters (en la foto), quienes pusieron el broche perfecto al día con una actuación en la que el baile y los saltos fueron el denominador común, desterrando el frío de la noche gallega.

Para la última jornada quedaban más platos fuertes. Con Grande Osso y Rocío Saiz en formato DJ entre actuaciones, fueron Las Dianas las encargadas de abrir el día. El suyo fue un directo sólido, con dosis de reivindicación y momentos curiosos como el constante intercambio entre guitarra y el bajo. Tras ellas llegó el turno de Andrés Suárez, quien salió al escenario acompañado de su banda para llenar de emoción e intensidad la playa de la Concha. Por su parte, Sidonie consiguieron que el público se volviera completamente loco. Los barceloneses tenían varios regalos, como la aparición sobre el escenario de Las Dianas y de Shuarma, cantante de Elefantes.

Pasadas las diez de la noche llegó otro de los momentos para nostálgicos. Mika dejó claro que contar con él es acierto seguro, desplegando sus grandes éxitos y mostrando gran cercanía al hablar durante todo el directo en gallego y castellano, además de mezclarse entre el público. El complicado cierre, rozando la medianoche, corrió a cargo de los incombustibles Elefantes, quienes dejaron buenas sensaciones entre los presentes, al mismo tiempo tristes a sabiendas de que la música había llegado a su fin. Tres días en los que se pudo disfrutar de actuaciones de gran nivel, con sonido de calidad en prácticamente todas ellas, y con mezcla perfecta entre nostalgia y presente y el futuro de la música, con un atractivo latente para cualquier generación. El Atlantic Fest se coronó como festival a tener siempre en cuenta y de cara a futuras ediciones.