La máquina de los sueños

La cuarta edición del festival Dreambeach Villaricos se postulaba como la de las cifras, y así fue, congregando a más de 160.000 dreamers en cuatro días de auténtica locura. Estando ya consolidado como uno de los mejores festivales del país, el reto de este 2016 suponía dar un salto de calidad extra.

Con un line up exquisito que reunía a la flor y nata del panorama mundial, una puesta en escena que superaba con creces a la vista en años anteriores –mención especial para el escenario principal, más que inspirado en el del pasado Ultra 2015–, mayor duración –con fiestas de presentación y despedida trasladadas al recinto del festival– y un nuevo recinto más cerca de la zona de acampada y del mar, quizá el mayor ‘pero’ lo encontramos en que el sonido de los escenarios, muy cercanos entre sí, se acoplaba en ciertos puntos. Quien no arriesga no gana, y la propuesta de Dreambeach era ambiciosa. Y su resultado, sobresaliente. Pero eso ya lo intuíamos antes de salir de casa.

Tras la fiesta de presentación Welcome Villaricos –que reunía a artistas como Pendulum Dj Set & Verse o un showcase de Pole Group con el rey del techno patrio Óscar Mulero a la cabeza–, Dreambeach Villaricos arrancaba oficialmente el viernes al grito de ‘Oh Yes! Oh Yes!’, pues el ya tradicional Special Opening Set corría este año a cargo de Carl Cox. Y el británico volvía a Almería con ganas de levantar polvo en la Dreams Tent –con vistas al Mediterráneo en su nueva ubicación– desde el primer momento. Le seguía la emotiva despedida del andaluz Javy Union, que colgaba los cascos definitivamente tras veinticinco años de carrera. Pese a la pérdida, la escena española demostró tener una salud de hierro y un futuro brillante. Para muestra, los sets de Cuartero y Edu Imbernon.

Sin duda, uno de los mayores reclamos de la primera jornada de un Dreambeach engalanado para la ocasión era la presencia de Monsieur Laurent Garnier, siendo ésta una de sus dos únicas fechas programadas en festivales patrios durante este año. El francés ha demostrado en sus más de treinta años de trayectoria ser uno de los mejores selectores musicales jamás vistos, ofreciendo en cada set una historia cuyo protagonista principal es la pista de baile. Y el de Villaricos fue un discurso musical, de menos a más, digno de contar a los nietos.

Si hablamos de Techno resulta impensable no mencionar a Jeff Mills, que tomaba las riendas del reducido pero abarrotado Bull Stage a escasos metros del enorme Dreams Tent dominado por Laurent. Dos leyendas en paralelo y una difícil decisión. Resistirse al embrujo de The Wizard parecía imposible, quién a golpe de técnica y bombo nos trasladó una vez más directos hasta Detroit. Qué decir del escalofrío que se siente al escuchar en manos del maestro “The Bells” –“Voltereta” para los amigos–. Nunca falla, nunca. Ovación del respetable mientras ya pedía su sitio Len Faki, a día de hoy uno de los mejores embajadores del sonido berlinés. Pero piernas sólo hay dos y éstas necesitaban un descanso.

Con su recién estrenado álbum “Encore” bajo el brazo llegaba Dj Snake al impresionante escenario principal de Dreambeach, y su set fue una presentación en toda regla, fundiendo los nuevos hits como “Middle” u “Ocho Cinco” con otros más que contrastados como “Turn Down For What”, “Lean On” o “Get Low”. El francés se vino arriba –literalmente, de la mesa– para calentar a base de ritmos rotos y frenéticos un amanecer frío, tanto por el viento de levante como por el descafeinado set previo de Feed Me, algo que a priori podía resultar impensable en el infierno almeriense. ¿Cuántos hicieron caso a sus madres y se llevaron una rebequita? Pocos, muy pocos.

Un último esfuerzo merecía deadmau5, flamante cabeza de cartel, que ofreció una gran actuación, pero que a su vez generó distintas sensaciones entre los dreamers. Una sesión buena, sin duda, pero quizás no en el momento y lugar más apropiados. Empezando con su “Beneath With Me” junto a Kaskade, melodías infinitas, muy suyas, de ensueño –que a alguno provocaron precisamente eso, sueño– tardaron en ir subiendo, pista tras pista, el ritmo que demandaba ese momento del festival. Eso sí, los valientes que aguardaron hasta el final obtuvieron su recompensa disfrutando de distintas IDs del próximo álbum y de un momento que todo amante del ratón debe atesorar en su memoria: un cierre, con el sol en lo alto, sonando esa obra de arte hecha melodía que es “Strobe”. Pura magia.

Atravesando un escenario principal aún repleto y temblando tras la única actuación en España del rapero americano 50 cent –bien respaldado por G-Unit–, me asaltaba una pregunta… ¿Qué nos deparará Richie Hawtin hoy? El canadiense, figura de culto y pieza clave en la evolución de la música electrónica, tiene distintas facetas. Si bien cuando se pierde en exceso entre sus sonidos más experimentales resulta difícil de seguir –y de bailar–, cuando se dedica a poner techno en su máxima esencia el rubio es infalible. Y por suerte en Dreambeach se centró más en esta última versión, poniendo patas arriba una carpa llena hasta la bandera con bajos contundentes y afilados. El fallo de quedarse fuera era que el sonido de los escenarios colindantes se fundían con el propio, y nadie quería perderse un solo beat del jefe de M-nus.

Únicos en su especie, Die Antwoord ofrecieron una de las mejores actuaciones del festival. Un auténtico ‘desmadre a la sudafricana’. Y es que la palabra que mejor puede definir al trío formado por Ninja, Yolandi Visser y Dj Hi Tek es locura. Esa que tan bien representan en el escenario y que tan bien saben contagiar a los entes que les disfrutan, despertando adicción y grima a partes iguales. Su curioso electro-rave-rap –al que le faltaba un punto de volumen– envolvió la playa de Villaricos en una atmósfera salvaje, donde unas grotescas visuales, lásers y distintos cambios de vestuario aliñaban un soberbio espectáculo. En él pudimos escuchar algún adelanto de su próximo álbum de estudio “Mount Ninji and Da Nice Time Kid”, interludios en base trap por Dj Hi Tek y todos sus éxitos, terminando en un apoteósico cierre con “Enter The Ninja” –toda una declaración tras la reciente acusación de plagio al director de Suicide Squad– y con el propio Ninja ganándose más aún si cabe al público, con el que ya había intimado en sus distintos stage dive, coreando ‘Oe, oe, oe, oe’. Si es que… hay que quererles.

Tras las actuaciones de tintes más comerciales de los número uno según el ránking de Dj Mag Dimitri Vegas & Like Mike –que terminaron con una traca de fuegos artificiales junto al remix de Ummet Ozcan para “Stay A While”– y la explosiva Juicy M, llegaba el turno de Cosmic Gate. El curtido dúo alemán supo sacar mucho partido al Brugal Stage ofreciendo una ración extra de energía en forma de Trance. ¿Cómo se vive un amanecer al son “Airwave”, “Man On The Run”, “Exploration Of Space” o “Fire Wire”? Pues simple, con la piel de gallina y una sonrisa en los labios.

Y como broche de oro a un festival sobresaliente, qué mejor que un back to back entre dos pesos pesados de la escena underground como Jamie Jones y el irreverente Seth Troxler. Con su particular visión del Techno y el House, juntando lo mejor de cada casa, no dejaron que el público dejase de bailar ni por un segundo hasta cerrar con el clásico “I’m Gonna Get You” de Bizarre Inc. Un público que se resistía a creer que, un año más, todo había terminado. Bueno, todo no… aún quedaba una guinda programada para el domingo con el confeti de elRow como principal protagonista.

No se puede cerrar esta crónica sin recordar la memoria de todas las suelas quemadas y piernas rotas a lo largo del fin de semana en el escenario Open Air San Miguel, convertido en el epicentro de un terremoto bass music por el que desfilaron, entre tantos otros, Dimension, Yellow Claw, Excision, Zomboy, Dirtyphonics o Wildstylez. No apto para todos los públicos.