Dani Llamas volvió a casa con La Verdad, un reencuentro con sus raíces, un disco revelador. Su concierto en Jerez cerraba el ciclo Música Bajo La Luna y también cerraba el círculo. No podíamos faltar.
Dani Llamas nos sorprendió un buen día, igual incluso se sorprendió a sí mismo, con La Verdad (Wild punk, 2020), un álbum que es tan lo que su título indica, tan puro, tan despojado de artificios, que fue vomitado de principio a fin en menos de diez días. Un trabajo en el que no sólo canta en español por vez primera sino que, ahí es na, se refriega con el Flamenco. El Flamenco, palabras mayores. Sólo si se conoce, se respeta y se ama este palo magnificente de la Música se puede concebir un disco como La Verdad. Al margen de ortodoxias y peleítas tan propias del género humano, Dani Llamas se afronta a sí mismo y nos regala, en un alarde de desnudez y de sinceridad, un puñado de canciones paridas desde su verdad más honda.
Los que anoche fuimos a disfrutar de la decena de tracks de este singular trabajo nos volvimos a casa, además, con un nuevo ramillete de joyas del próximo disco del autor jerezano, A Fuego, que saldrá en pocos meses. Arropado por una banda sensacional, contundente y compacta en su base y elegante e ingeniosa en sus arreglos, Dani Llamas se nos derramó desde el escenario a pecho descubierto. Entre peteneras, fandangos, alegrías y soleás el quinteto nos fue inundando con oleadas coronadas por todas las espumas del universo Llamas, esto es, California, psicodelia, power pop, rock and roll.
Cuando hace menos de un año apareció La Verdad, Dani Llamas nos indicaba el recorrido hasta haber llegado a este disco: “Llevo un cuarto de siglo haciendo música, quizás de joven quise huir de lo que se escuchaba en casa, lo propio de la rebeldía, pero ahora que estoy en el camino de vuelta esto es lo que me sale de dentro”. Anoche pudimos observar que el camino de vuelta también es el de ida, pues contemplamos y disfrutamos a un nuevo Dani Llamas que no se agota en este álbum La Verdad sino que continúa indagando y llevando a sus territorios, con tremendo respeto y suma devoción, los senderos aflamencados que ha mamado.
“Hoy se cierra el círculo. Aquí (Jerez) es donde todas las palabras toman un sentido distinto”. Es imposible desligar a este artista de su compromiso político, no pocos temas de su repertorio comenzaron o terminaron con su puño en alto, no pocas de sus letras reivindican acontecimientos históricos en lugares concretos de su tierra, como retrata en El Pozo de la Víbora o en Caulina, la cual presentó diciendo “es muy especial hacer esta canción hoy, porque aquí no hay trampa ni cartón, todos vamos a saber de lo que estoy
hablando”. Ovación.
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