Nunca se fueron. Ni siquiera en el primer verano de la pandemia, en el que, pese a todo, realizaron más de treinta actividades y conciertos cuando las restricciones y la incertidumbre eran máximas, siendo ejemplo y referente para otros muchos ciclos que vinieron después en todo el país. El pasado 2021 aumentaron la intensidad, aunque todavía los conciertos tenían que ser sentados y con mascarilla. Pero siguieron en la brecha. Pero lo de este año ha sido otra cosa. Cooltural Fest ha vivido durante cuatro días, del 18 al 21 de agosto, la gran fiesta de su quinta edición, la primera que vuelve a la normalidad desde 2019, y se notó en el ambiente festivo generalizado, con más de 60 bandas y artistas y más de 50 horas de música en directo. Todo ello organizado por el Área de Cultura y Educación del Ayuntamiento de Almería y Crash Music, en el marco de la Feria y Fiestas Patronales de la ciudad.
Prácticamente inabarcable para el común de los mortales, empezaremos esta retrospectiva dando algunas pinceladas de ‘los cabezas de cartel’. El viernes, con Rozalén, Nathy Peluso y Shinova. Rozalén, que destacó que Cooltural Fest, gracias a la Fundación Music For All, es el festival más inclusivo de Europa (más de 50 medidas específicas le contemplan) quizá descolocó a los asistentes empezando por la parte más circunspecta y crítica de su repertorio, aunque al final acabo conquistando con el bloque cantinero y despechado, además de los consabidos himnos del primer disco, a los que solo Girasoles o La Puerta Violeta pueden acercarse por el momento. Nathy Peluso ejercicio de diva con esa rareza que la hace tan diferente dentro del estrellato latino. Lejos de copiar clichés, su música, oscilante entre el funk, el soul, lo urbano y, también, lo surrealista fue un punto diferencial poderoso, aunque la dicción parezca quedar en un segundo plano. La terna se completa con Shinova. Una banda en completo estado de gracia, azuzada en velocidad y guitarras después de tocar también en tiempos pandémicos.
Entre los principales del sábado, chocó en la dinámica de un festival toparse con Guitarricadelafuente. Valentía de la organización sumada a la del artista, que supo ‘hacer callar’ a todo un recinto de miles de personas con su propuesta más minimalista y disfrutable en cada pliegue melismático de su voz. Se vieron lágrimas entre el público en más de una canción. No hay mejor manera de definir que consiguió su propósito. Izal no tuvo su mejor noche. La sensación agridulce que siempre tiene una gira de despedida se vio potenciada por un repertorio con muchos varios bajones de tempo y quizá poco engarzado en las partes más dinámicas. Pese a todo, el carisma es innegable y solo habrá que esperar para saber si Mikel conseguirá ese paso hacia la individualidad que dieron en su día nombres como Bunbury, Iván Ferreiro, Mikel Erentxun o Roberto Iniesta.
El tridente de ‘cabezas de cartel’ del sábado se completó con otra artista en señal de retirada: Rigoberta Bandini, que arrasó con todo lo que tiene, tanto ella como su corista, Belén Barenys, y el cuerpo de baile. Aunque es cierto que el repertorio no está entero al mismo nivel, los ya himnos fueron auténticos aquelarres festivos.
Exceptuando los elegantes cierres de Delaporte e Innmir, en la segunda línea del escenario principal del festival encontramos mucho guitarreo tanto el viernes como el sábado (otra apuesta valiente de Cooltural, dentro de la amplia panoplia). Veintiuno se auto-sorprendió de su capacidad de convocatoria, La La Love You cumplió con su power pop apunkado, mientras que DMBK ofreció una actuación algo fría pero finalmente apabullante gracias a la esencia ‘kinkidélica’ tan deudora de los tótems del rock andaluz, con permiso de King Gizzard & The Lizard Wizard. De distorsión no andan mal tampoco Arde Bogotá, quizá los grandes triunfadores de esta sección con un directo arrollador. Y eso que Tu Otra Bonita le había dejado el listón alto por la vía de la rumba entre Muchachito y Kiko Veneno. Sexy Zebras puso el lado brutote y deslenguado desde Hortaleza.
El segundo escenario del recinto principal destaco por la voluntaria falta de homogeneidad. Como quien hace una ensalada poke con lo que encuentra por el frigorífico. El viernes el lado bandarra y de corte punk lo pusieron los locales Anastazia Spencer, con un siempre furioso Manolo Alcalá (Arny Division) y Niña Polaca. El lado indie más canónico lo puso Astropålido y Los Flamingos, que suman y siguen al alza en la búsqueda de una mayor personalidad y reconocimiento. Mención especial para las muy personales propuestas de Suu, que sigue siendo hipnótica, y Zetak, con un reciclado Reparaz después de dejar el ska de vendetta para hacer su electrónica de pequeñas influencias folk.
En el caso del sábado, este espacio contaría con los chilenos El Último Viaje, quinta propuesta del país latinoamericano si tenemos en cuenta que el viernes por la mañana hubo, junto a la playa, un escenario Chilemúsica con las arriesgadas canciones de I.O., Diego Lorenzini y Juani Mustard, además de la sesión de Fernanda Arrau. Rock emocional que tuvo su vuelta de tuerca hacia la ironía con Confeti De Odio. Gran sorpresa la de Judeline, entre el bedroom pop, el funk, el soul, la música urbana y guiños electrónicos pausados, demostrando con argumentos por qué está en el radar de Rosalía. Habla De Mi En Presente y su rumba multi-aristas completó las rarezas antes de que Karavana sonara con furia. El cierre a este escenario lo puso Rocío Saiz, tan combativa como siempre, que acabó descamisada y con la bandera arco iris entre el público.
Si todo esto no fuera suficiente, vayamos a las propuestas de entrada libre y de las que se beneficia toda la ciudad. El escenario playa en la Faluca tuvo dos jornadas, sábado y domingo. La primera, más light, contó como platos fuertes a Maren, que sigue mostrando credenciales para llegar más pronto que tarde a la primera línea, y, sobre todo, el rock garagero de Mujeres. Lucieron los hermanos gemelos de Morochos y el rock suntuoso de Jack Bisonte. El primer día se completó a primera hora con el anti-artista Marcelo Criminal y con la canción folclórica y de fuerte compromiso social de la guatemalteca Sara Curruchich, sobresaliente. El segundo día (ya con el recinto principal clausurado la madrugada anterior) fue de auténtico lujo con la apertura de la deliciosa Ede, la maestría curtida de Rubén Pozo, respetuoso y respetado, y Alís, ese genio en la sombra. Del lado más acelerado, el blues añejo e híper rítmico de Guadalupe Plata y la fiesta coral de Siloé. En las ‘salidas de guión’, brillo Samuraï con su emo vitalista y como puro kitsch la frikada de Romano Aspas, ‘el crooner del reggaetón’ que llegó a esnifar agua de mar en público.
En la fiesta de bienvenida, además del siempre delicatesen Arco, esta vez con banda y cerca de publicar disco en este 2022 y la rave-cañí de Ladilla Rusa, tan excesivos como siempre, merece mención y pestaña de seguimiento activada Alison Darwin. Los barceloneses regalaron versatilidad a partir de unos patrones punk, pero sin miedo a perderse en le melodía y hasta en algún tempo latino. El cartel de la jornada inicial también tuvo el directo de Pol 3.14, que acaba convenciendo siempre en su pose de estrella del rock de los ochenta, y Comandante Twin, cuya actuación pareció quedar algo plana, aunque con momento de lucidez como Peregrinación o su homenaje a Supersubmarina.
Como pincelada final, el sábado y domingo el centro de la ciudad, en plena Feria de Mediodía se adornó con una Ruta Gastromusical, conciertos celebrados cerca de enclaves destacados para la hostelería local, como el Mercado Central o Puerta de Purchena con la rumbita ligera de Los Ruina, la canción de autor de Alejandro Fuentes, el pop gamberro de Meseta, el rap folclórico de Carmen Xía, el indie más identificable de Verona y la música mestiza de Cosmic Wacho. Hasta los pequeños tuvieron sus propios cuentacuentos con Cooltural Kids.
Y es que Cooltural Fest ha vuelto tras la pandemia con la misma filosofía extensiva de antaño. Un aluvión de alternativas, más variedad de cartel y unos números que hablan por sí solos: más de 40.000 personas en la suma de los cuatro días y un 40% de asistentes de fuera de su provincia. No es extraño que se hayan afanado ya en presentar a uno de los destacados de la edición de 2023: Lori Meyers.
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