El pasado lunes, The Darts ofrecieron un electrizante concierto en la Sala Mardi Gras de A Coruña, desafiando la dificultad añadida que conlleva el hecho de tocar un día entresemana. Aunque la sala no estuviera a rebosar, los asistentes lucíamos como unos privilegiados que se aventuraban a empezar la semana con un buen chute de garage-rock, concretado en el que ofrecían las estadounidenses dentro de una extensa gira peninsular con motivo de la presentación de su último disco, "Boomerang" (24).
El gran peso de su actuación, además de en su talento musical, parece recaer sobre la energética actitud que la banda despliega en cada canción. Nicole Laurenne, a cargo de voz y teclados, es una auténtica fuerza de la naturaleza. Su presencia en el escenario provoca terremotos de energía, catalizando un tsunami de personalidad y garra que contagia al resto de las integrantes. Los aplausos se quedaban cortos para mostrar el agradecimiento por la puesta en escena de estas amazonas de Arizona, ataviadas con una marcada vestimenta negra con la que, irónicamente, iluminaron (durante poco más de sesenta minutos) la oscuridad de la sala. Un emplazamiento en donde sus feligreses, en vez de hincar la rodilla, optaron por no parar de mover sus caderas.
Un setlist lleno de referencias a su nuevo disco, que no deja de incluir otros grandes aportes de entre su ya abultada discografía amasada en ocho años de trayectoria. “Hell Yeah” y “Liar” fueron los dos últimos fogonazos que nos dejaron empapados en sudor. Y es que, desde el primer acorde pudo sentirse una sensación intangible entre banda y público. Una sensación de admiración y adrenalina que nos hizo olvidar que había que madrugar e ir a trabajar al día siguiente. Sin duda, una noche cargada de momentos memorables.
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