El pasado 18 de abril, dentro del ciclo Elas Son Artistas -un festival metropolitano que ensalza la riqueza y calidad de las mujeres dentro de la industria musical- pudimos disfrutar del virtuosismo de Maika Makovski, una artista de talento indiscutible. Y es que, desde el primer acorde, su dominio en guitarra y piano cautivó al público.
Con una voz que es un verdadero tesoro, Makovski nos llevó por un viaje musical en donde se percibió su increíble gusto por el folk, especialmente el americano, fusionado de manera elegante con Rock n Roll. En un mundo saturado de conciertos con pistas pregrabadas, Maika se destacó al llevar todo en vivo, desde las melodías hasta la percusión, mostrando una autenticidad que resonó en el teatro a pesar de encontrarse sola sobre el escenario.
Este concierto no sólo fue una muestra de talento, sino también un tributo al poder y diversidad del talento femenino en la música. Como oyentes, atravesamos un sinfín de paisajes musicales a lo largo y ancho de la discografía de la mallorquina. Al final de su actuación, el público aclamaba con fervor, deseando más de Maika. Y ella, agradecida por el cariño recibido, regaló dos bises que fueron recibidos con júbilo y emoción, mientras señalaba que, si fuese por ella, seguiría tocando durante horas.
La actuación de Maika Makovski en Elas Son Artistas fue más que un concierto. Fue un recordatorio de la belleza de la música en vivo, donde cada nota, cada gesto de la cantante, resonó con una sinceridad que trascendió a cada uno de los asistentes, dejando claro por qué es una artista que sigue mereciendo toda nuestra atención y reconocimiento.
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