Los Invaders se estrenaron en Zamora el 11 de marzo de 2022, en el que era primer concierto perpetrado por el Avalon Café después de la pandemia y ya sin restricciones. Es difícil localizar un perfil más apropiado para tal celebración de libertad que ese extremadamente hedonista que lucen sin tapujos Los Invaders y, en efecto, aquella primera visita del (por entonces) cuarteto a la ciudad, derivó en una de esas fiestas que a día de hoy sigue recordándose entre los asistentes.
No es de extrañar, por tanto, que cada vez que los valencianos deciden repetir escenario cuenten con respuesta positiva por parte del público, tras reaccionar éste al estímulo festivo que supone la presencia del combo en directo. Reconvertidos en trío con la presencia de Alfonso Luna (Tachenko, Josh Rouse, etc) tras la batería, Los Invaders volvieron a probar, ante todo y casi en exclusiva, que son una banda por y para el jaleo, alejados de cualquier trascendencia real y sin ningún tipo de vergüenza en sus artes. Esto incluye fusilar partes de canciones de Primal Scream, The Beatles o The Black Keys (además de versionar/homenajear a Nirvana en el treinta aniversario del fallecimiento de Kurt Cobain), mientras esparcen, al amparo de una sala casi llena, su electro-pop de efecto inmediato, el mismo que continúa donde los dejaron los extintos (y añorados) WAS –aka We Are Standard–.
Una fórmula que funciona en términos prácticos, arrastrando al público con bases pregrabadas y canciones verticales del tipo de “Wolfwoman”, “Wrong Is Right”, “Batman”, “Dinamita” o “Jekyll And Mr. Hyde”. Todo según lo esperado, apuntando de inicio a una efusividad que no pudo evitar evaporarse ligeramente con el paso de los minutos, pero retomada con la traca final para dejar, una vez más, buen sabor de boca. Un desarrollo limitado y de sobra conocido, desde luego, pero ya se sabe: un buen desparrame siempre es un buen desparrame.
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