Galicia se despidió de Havalina en la sala INN Club de A Coruña, con un concierto que nos hizo saborear el poso de todas las alegrías que nos ha dado el grupo madrileño a lo largo de más de veinte años. Desde el momento en que pisaron el escenario, quedó claro que Javier Couceiro, Ignacio Celma y Manuel Cabezalí son mucho más que una banda de música: son unas de las bisagras que dejaron entrar el rock alternativo inspirado en las mejores formaciones anglosajonas en nuestro país. Una banda de culto, en definitiva, que la pasa noche fue tratada como tal.
El público se comportó de manera ejemplar mostrando un respeto absoluto por cada nota que tocaban los músicos. Un silencio devocional reinó en todo momento, solo interrumpido por los aplausos que seguían a cada canción, y que atronaban como si hubiese sido el último tema del recital. Incluso se podía ver a algunos asistentes con los ojos cerrados dejándose llevar por los paisajes transmitidos por esta maquinaria de sobriedad y contundencia. El setlist avanzaba aportando como mínimo un tema de cada álbum de su discografía, haciendo así paradas en algunos de sus máximos exponentes.
Pero la traca final vendría de la mano del tridente formado por “Maquinaria”, “Viaje al Sol” e “Incursiones”, entrelazados como si de un único tema de diez minutos se tratase. Y, cuando parecía que ya debíamos abandonar la sala, llegó un precioso epílogo con la canción “Por la Noche”, en forma de broche final para con todas las emociones vividas durante dos horas de concierto. Las luces y el sonido se desvanecieron mientras los integrantes de Havalina se fundían en un hermoso abrazo. “Las Hojas Secas” de esta frondosa banda se desprenden poco a poco en estos últimos conciertos que, sin embargo, dejan tras de sí un legado perenne.
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