El irlandés Glen Hansard desembarcó en Santiago bajo el aura de una historia que es un historión, la de la aventura que protagonizó junto a unos amigos con los que navegó en un bote para hacer el Camino De Santiago. Para presentar su nuevo disco, “All That Was East Is West Of Me Now” (23), y también un documental sobre aquella peripecia que él mismo definió como la experiencia más intensa de su vida en una reciente conversación con un periodista, Hansard volvió a plantarse en la capital gallega, esa cuyo clima la asemeja tanto a su Irlanda natal.
El concierto comenzó temprano, con una sala Capitol llena de fans del cantautor, que salió arropadísimo por una banda de cinco artistas multinstrumentistas. Piano, teclados y contrabajo acompañaron a las múltiples guitarras, la batería y el bajo. Mención especial para el violinista, protagonista en prácticamente todas las canciones, tanto en las de álbumes previos como en las del último, más potente y roquero que los anteriores. Solo hacia el final del recital hubo espacio para algún atisbo de melodía folk.
Arrancó con “Don’t Settle” de “This Wild Willing” (19), con reminiscencias de Nick Cave, y siguió con “Sure As The Rain”, tema extraído de su nuevo disco, igual de oscuro, pero con clara evocación a Leonard Cohen a través de unos melodiosos coros y parte de la letra en francés. El aspecto y la voz de Glen han madurado (van ya casi veinte años de la película “Once” con la que ganó un Oscar) y su cabellera y barba canosas le confieren una presencia que, cuando entona sus versos más graves, hacen pensar en un personaje bíblico.
La travesía atormentada de este músico con innegables dotes actorales prosiguió con “The Feast of St. John”, habilidades que le llevaron a protagonizar el film que derivaría en la alfombra roja junto a Marketa Irglova en 2008. “Falling Slowly”, tema premiado con la estatuilla de la Academia, sonó en Capitol en la recta final del concierto, antes de los bises, con toda su carga emotiva. No obstante, la nostalgia ya se había apoderado de la sala con anterioridad, con “When Your Mind’s Made Up”, incluida en la misma banda sonora y que Hansard entonó hacia la mitad del repertorio impulsado por un delicado piano.
En casi dos horas y media hubo también espacio para temas más roqueros como “Down on Our Knees” y el intimismo propio de sus primeras composiciones, de la mano, por ejemplo, de la actual “There’s No Mountain”. Poco creíble, aunque resultona, se hizo ver la colaboración de un presunto espontáneo, que aseguró que acababa de llegar como peregrino hasta la Catedral santiaguesa. Todo vale. Aunque “Dublin is not Ireland” y “Spain is not Madrid”, como él mismo dijo, en un alegato a favor de los paisajes y las gentes del norte de la Península.
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.