La época de la neoverbena

Boyanka Kostova son ya un grupo de cierto recorrido. Han pasado más de seis años desde su irrupción en la escena con un )EP, "Vella Canción Galega" (La Melena, 18), que sentó las bases de algo nuevo. Trap rural, hip hop costumbrista en gallego. Tan frescos como necesarios en su momento. Pero son tiempos de tendencias efímeras y aceleradas. Lo que un día es innovador al siguiente está obsoleto. El dúo compostelano siempre ha lidiado con esta efervescencia reinventando su propuesta. Desde la inclusión de elementos de folclore hasta acercamientos al rap más canónico o colaboraciones inesperadas (Pili Pampín). Pero es quizá con "Foliada no Inferno" (Ernie, 24) y con su adaptación al directo donde han dado el último y definitivo giro a su música para sentar las bases de algo que bien podríamos dar a conocer como neoverbena.

Su estreno en directo en la Sala Capitol tuvo por ello un cariz de punto de inflexión en su trayectoria. Un escenario lleno de atrezzo, un importante séquito para las colaboraciones (High Paw, Jaguarone, Conjunto Amistá, Mundo Prestigio, JODT, Dios Ke Te Crew) y numerosos interludios que llevaron el espectáculo cerca de las dos horas ante una buena cantidad de público. Puede que el inicio discurriese por los derroteros habituales, con los temas más fieles a su sonido de "Foliada no Inferno" (“A resposta”, “Bo chaval”, “Comida, viño e cancións”) y de discos anteriores (“Artista”, “KVS” o “Restaurantes”); pero enseguida se pudieron ver cambios en el guion.

Canciones como “Orquesta” u “Ordoño” volaron libres de sus corsés de hip hop, reinterpretadas en clave electrónica. Por las vías de la nostalgia noventera y dosmilera, de las raves, el eurodance y el house avanza la nueva versión de unos Boyanka Kostova que también dejan espacio a aventuras latinas (“Todo me sabe a ti”, “Fóra da lei”). Un mejunje sonoro cuya puesta en escena sale airosa por la efectividad y lo inapelable de temas como “Muinheira de interior” o la nueva “Foliada do inferno”, que conviven en extraña y atractiva armonía con las versiones pisteras de “Colacao” o “Diego Tristán”. En este impás, nada resume mejor el nuevo viraje del dúo que el coreadísimo cierre con la discotequera “Italofeira”.