Una y mil más

Un valor seguro. Así son Arizona Baby en el hábitat del directo y al imbatible amparo de una acogedora sala con excelente acústica, tras dos décadas cabalgando incasables sobre escenarios peninsulares. No podría asegurar cuántas veces han visitado Zamora los vecinos vallisoletanos, pero poco importa siendo que el público continúa respondiendo a la llamada, hasta el punto de agotar todas las entradas puestas a la venta por La Cueva del Jazz. Un reencuentro motivado por “SALVATION” (Subterfuge, 23), último álbum del trío que supura la más pura esencia de Arizona Baby por los cuatro costados, contando de paso con un generoso número de piezas que se presumían de lo más apropiado al contacto con las tablas.

Inmejorables expectativas, por tanto, satisfechas a posteriori y en la práctica con un entretenidísimo concierto de hora y media en la que Javier Vielba, Rubén “Sr. Marrón” y Guille Aragón dieron un repaso –de ejecución intachable e intensidad y ritmos inalterables– por todos esos territorios estilísticos que confluyen en el catálogo de los castellanos. Del country-folk y la escena hippie de Laurel Canyon y la Costa Oeste al blues, pasando por parajes de rock desértico y sonoridades cinematográficas de spaghetti western, sin descuidar unos estribillos pop con lo que converger sin dificultad.

Una mezcla entreverada de texturas que, bajo la veterana batuta del empático maestro de ceremonias Vielba (y su reconocible y convincente voz), propicia uno de esos conciertos ante los que solo cabe levantar la cerveza por encima de la cabeza y disfrutar, por mucho que el grueso del guion resulte ya conocido a partir de múltiples encuentros previos. Sucede gracias a la mencionada pericia interpretativa de los artífices: de esos punteos imposibles del Sr. Marrón en innegociable primer plano al metrónomo Aragón a cargo de las percusiones, todo bajo el bien medido manejo del espectáculo por parte del divertido Vielba.

Unos parámetros obvios en piezas recientes tan funcionales como “Ride On”, “IOU Nothing”, “Lonely Road”, “Boldly Goin’ Nowhere” o “Street Of Babylon” y “Nightmare In Suburbia” (estas dos ya en los bises), acompañadas de clásicos del tipo de “Dirge”, “Erase All The Lines”, “Wooden Nickles” y, claro, “Shiralee”, así como el “On A Plain” de Nirvana en su versión “MTV Unplugged” (Geffen, 94) certificando que manejan ese arte consistente en hacer propios temas ajenos. Arizona Baby son una de esas bandas a la que siempre apetece volver a ver, sobre todo si es en distancias cortas. Una y mil veces. Y todas y cada una de ellas parecerá haber superado a la anterior sellándose con un triunfo. Del grupo, del público y de la sólida simbiosis surgida entre unos y otros.