Cowboy Junkies, larga espera
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Cowboy Junkies, larga espera

8 / 10
Toni Castarnado — 13-11-2011
Sala — Apolo, Barcelona
Fotografía — Fernando Navarro

Hay bandas que, por la razón que sea, están por aquí cada dos por tres, y a
otras en cambio les cuesta todo un mundo dar señales de vida. En este caso nada más y nada menos que sus veinticinco años de carrera es lo que han tardado Cowboy Junkies en visitar Barcelona. Pero se da por buena esa espera una vez visto lo visto, además
de lo oído y degustado en tan emocionante velada. Con un decorado que ya desde el inicio te
ponía en antecedentes, con un ramo de flores protagonizando el centro de gravedad y la
ubicación de los músicos como si estuviesen en el local de ensayo o en la iglesia dónde a veces les apetece grabar, más una
naturalidad que impresiona sumdo a una profesionalidad a prueba
de bombas y unas tablas que no puede discutir nadie, ellos te van
introduciendo poco a poco en su música, terapéutica y con un sonido que
amansa a las fieras. Elegantes a más no poder y con una Margo Timmins que te
embruja con su encanto, su saber estar y una manera de interpretar distinta
a la de cualquier cantante de su generación, el concierto está dividido en dos partes, con
descanso incluido a la mitad. En la primera de ellas vimos a una banda más
eléctrica y experimental, esa que va a proyectar ahora ese ambicioso "The
Nomad Series"
que les va a mantener ocupados durante los dos próximos años. Y
en el segundo acto, atacan su lado más clásico, con la insuperable revisión
de ese "Sweet Jane" que se hicieron suyo y una distinguida "Misguided Angel"
como representantes de aquel mágico "The Trinity Session", y "Powderfinger"
de Neil Young para cerrar el círculo -antes atacaron otra toma de su
compatriota-. Dos horas y media de ceremonia, un hermoso y sentido canto a
la vida. 

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