“Evasión o Victoria”, debió ser la frase que se le pasó a más de uno al ver que el trío de Móstoles tocaba en Salamanca en pleno carnaval. La ciudad universitaria siempre experimenta un profundo éxodo durante los periodos festivos, y esta vez no iba a ser diferente. Los que eligieron quedarse y ver a VVV [Trippin'you] en la sala Potemkim, sin duda, deben sentirse satisfechos. Comenzó Adrián, el cantante de la banda madrileña, saludando al público (poco más de la mitad del aforo posible de la sala) con ironía: “hola gente charra”, a sabiendas de que la ciudad, sin los estudiantes, no es capaz de sostener la cultura underground y se queda en un lugar frío y desolador.
Lo cierto es que entre esos valientes que decidieron apostar por quedarse y acudir a la fiesta había una mayoría de gente que estaba en los “veintitantos”, en una predominancia aderezada por veteranos como el que escribe estas líneas. Porque VVV [Trippin'you] es un grupo que escribe para una generación actual, pero abraza en su sonido a generaciones anteriores que crecimos y vivimos la escena post-punk y también la electrónica noventera. La actuación tuvo una progresión sonora que fue evolucionando a una subida de bpms importante, si bien se echó en falta un poco de músculo en el sonido. La voz contaba con mucho más protagonismo que esas bases que pasan por el bakalao, dubstep y hasta el hardcore. Esa mezcolanza de estilos que caracteriza a la banda quizás pecó de estar demasiado de fondo en los primeros temas. Para la mayoría del público esto no fue un problema, coreando los himnos de la banda: “Invierno Nuclear” provocó una explosión de voces y de sudor en todo el público (y en la propia banda, sufriendo las peculiaridades de la mítica sala salmantina).
A partir de ahí comenzó la rave, con los temas de su último trabajo “Vaciador” (Helsinkipro, 23). Las diferentes generaciones que estuvimos allí bailamos “Hikutsu” o “KLF” como si todos nos transportáramos a las discotecas de esos años noventa y primeros dosmiles. Es inevitable mirar con nostalgia épocas pasadas, pero a la vez reconforta que existan bandas que reinventen sonidos que actualmente podrían parecer que han envejecido regular. En definitiva, fue una actuación muy directa de la banda, sin alargar mucho la fiesta. Llegaron, vieron y convencieron a los que no quisimos perder la oportunidad de ver a una banda que suena a muchas cosas pero que a la vez la hace única y con personalidad.
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