Tener un disco como “Sunshine” (Grabaciones en el Mar, 02) bajo el brazo es todo un regalo, un presente tanto para el público que esté deseoso de flotar entre melodías cristalinas, herederas de grandes castas, como para el cuarteto catalán que lo firma y que puede disfrutar con cada acorde, parcheo o coro de un disco del que deberían mostrarse muy orgullosos. No es para menos. ¿Quién puede resistirse ante el pop luminoso de “Sunshine” (la canción) o ante el encantador homenaje a los Beach Boys de “The Mashmallow Beach”? Aburridos que no sabrán apreciar el bonito y merecido recuerdo a Kevin Ayers en un tema como “Kevin” o que no alcanzarán a arquear una ceja cuando la arrebatadora “Cinema” se estrelle contra sus sentidos (aunque desentone en su repertorio más que un elefante en una cacharrería). Efectivamente, eres listo y lo has adivinado: para ver a los Carrots hay que ir a disfrutar, como niños el día de reyes, con la lluvia de chocolatinas que precede a “Spending Chocolate Coins”, pero, de paso y ya que vas, no olvides confirmar que sobre las tablas Vicente Macià y Roberto Castellanos mantienen el elevado nivel vocal del estudio (que no es fácil), arropados por la solidez de una base rítmica (un acierto Matías) sabiamente respaldada por los teclados de Freddy Forner, que visten y mucho. Han dejado atrás la vocación psicodélica británica de su primer trabajo, para abrazar un pop de altos vuelos al que tan sólo puliría alguna arista de evidencia. Con ello seguramente lograrían una mayor personalidad que en el futuro podría resultar definitiva. Tablas tienen.
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