Bloc Party
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Bloc Party

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Redacción — 15-05-2007
Fotografía — Archivo

Es curioso. Bloc Party son (junto a Klaxons) el grupo más intelectualoide surgido de la reciente hornada de grupos británicos, y eso no ha sido un handicap a la hora de hacerse con una numerosa legión de fans que corean sus canciones al dedillo. Es más, mucho del público presente en el Razz esa noche también reparte sus filias en propuestas como Franz Ferdinand, Kaiser Chiefs o Arctic Monkeys, grupos muy alejados, tanto en lo musical como en la ideología, del combo liderado por Kele Okereke. Entonces, ¿cuál es su secreto? Fácil, las canciones, que las tienen y enormes. En “Silent Alarm” habían unas cuantas, y en el reciente “A Weekend In The City”, las sigue habiendo, pero menos. Este aspecto se traduce en directo de una forma clarísima. Cuando atacan su lado más nervioso, rítmico, tenso y vibrante, en canciones redondas como “Hunting For Witches”, “Helicopter”, “I Still Remember”, “This Modern Love”, “The Prayer” o “Like Eating Glass”, los ingleses vuelan alto y son toda una garantía. Ahora bien, cuando atacan su parte del repertorio menos inspirada (“Song For Clay (Disappear Here)”, “Waiting For The 7.18“…), y juegan a ser un grupo de rock de estadios (con todos los ticks negativos asociados a ese término que quieran imaginar), la cosa patina al intentar meterse en un terreno que se les escapa de las manos. Bloc Party funcionan mejor cuando más directos y epidérmicos son, de ahí que debieran plantearse, de momento, jugar en esa liga y no en otra. TV On The Radio y Radiohead aún quedan lejos.

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