La noche en que Coldplay frenaron la lluvia
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La noche en que Coldplay frenaron la lluvia

8 / 10
Alejandro Caballero Serrano — 26-05-2023
Empresa — Live Nation España S.A.U.
Fecha — 25 mayo, 2023
Sala — Estadi Olímpic Lluís Companys, Barcelona
Fotografía — Carla Cidón

No se auguraba un buen pronóstico en la segunda noche de Coldplay en Barcelona. La lluvia –esa que tanta falta nos hace– amenazó durante todo el día el show de la banda británica, pero, como si fuera un truco más de su macro-espectáculo, a partir de las nueve de la noche el cielo del Estadi Olímpic se despejó para dar paso a uno de los conciertos más esperados del año.

Antes de iniciar el show, eso sí, nos recordaron lo sostenible que es su nueva gira a través de un vídeo. Algo que, aunque pueda parecer en algunos momentos un tanto pesado y/o molesto, es francamente necesario en los tiempos que corren y es de agradecer el gesto de una de las bandas con mayor poder de convocatoria –si no la que más– de la actualidad.

Con puntualidad británica, a las 21:30h las luces se apagaron para dar paso a Chris Martin y los suyos al escenario. A partir de ahí nos íbamos a sumergir en la segunda de las fechas barcelonesas de presentación de “Music Of The Spheres” (Parlophone, 21). De ahí que dividiesen el concierto en cuatro secciones espaciales –Planets, Moons, Stars y Home– en las que los visuales y los efectos especiales tienen mucha importancia a la hora de reflejar la temática galáctica y alienígena de su noveno álbum. No importa que el disco no esté entre sus mejores obras, porque Coldplay son una gran banda de directo, y esta vez no iba a ser diferente. Eso, sumado a lo cuidado que está su show en todo momento –desde los confetis del inicio a esas pulseras luminosas que convierten al público en parte del show–, logran que la experiencia de verles en concierto sea sobradamente satisfactoria.

Coldplay 1 Carla Cidón

La primera hora de concierto supone todo un subidón, alineando sus hits más coreables. Tras hacernos saltar con “Higher Power”, “Adventure Of A Lifetime” y “Paradise”, Chris Martin invitaba a los espectadores a cantar muy bajito junto a él el estribillo de esta última como si volviésemos a estar viéndoles en la Sala Apolo. Nos motivó hablando en un castellano torpe, pero simpático, que deja entrever la humildad de un tipo al que cada mes escuchan más de sesenta y siete millones de personas. Así llegó la preciosa “The Scientist”, para poner un poco de calma de antes de dar el salto definitivo. Porque, tras una breve pausa, los británicos se trasladaron a la pasarela central con sus instrumentos para dar paso a su mayor hit, ese “Viva la vida” que corearon hasta dejarse la garganta las cincuenta mil almas presentes en el Estadi Lluis Companys. Una pena que llegase tan pronto. Supieron mantener el ritmo con “Hymn For The Weekend”, para bajar poco a poco las pulsaciones con varios temas, incluyendo por segunda noche consecutiva un homenaje a la recién fallecida Tina Turner, hasta llegar a la mítica “Yellow”. Con ella llegó uno de los momentos más especiales de la velada, con todo el estadio iluminado por los millares de pulseras en amarillo antes siquiera de que sonara el primer acorde de la canción. Ahí se generó una energía distinta, de esa que nace cuando sabes que estás a punto de vivir un momento único. Y Coldplay volvieron a demostrar por qué motivos son capaces de agotar cuatro Estadis Olímpics, porque, en el fondo y aunque cambien las formas, nunca han dejado de ser la banda que eran en sus primeros discos.

A continuación quizás llegó el momento menos inspirado del show. Ataviados con máscaras de alienígenas primero o acompañados por una muñeca que simulaba las voces agudas y femeninas de un par de canciones, nos sacaron del show por algunos momentos. Una extravagancia que podrían ahorrarse. Pese a ello, lograron remontarlo rápidamente con ese momento tan instagrameable, tan único y especial que crean en “A Sky Full Of Stars”. Chris animó a todos a dejar el móvil y disfrutar del espectáculo de luces, sonido e incluso fuegos artificiales que tenían preparado para la canción.

Tras ello se despidieron del gran escenario para trasladarse detrás de todo, a un pequeño escenario en el que tuvo lugar uno de los momentos más extraños de la noche. Gipsy Kings volvieron a unirse a Coldplay para interpretar juntos “Bamboleo” y “Volare”, una mezcla rara pero que convirtió durante unos minutos al Estadi en una fiesta flamenca. Pero los británicos todavía tenían algo más que decir, volvieron a la tarima principal para, ahora sí, interpretar sus tres últimas canciones. Lo cierto es que para un final de concierto todo el mundo espera las mejores, aquellas que siempre sueñas oír en directo, pero no fue el caso. Salvando la brillante y emotiva “Fix You”, acabaron con dos de las canciones de su último trabajo, “Humankid” y “Biutyful”, dejando un sabor algo amargo al que se suponía tenia que ser uno de los finales más espectaculares dada la relevancia del evento.

Fueron, en definitiva, dos horas de concierto que, aunque incluyen muchos de sus mejores temas, se quedan algo por debajo de lo esperado debido al excesivo protagonismo de “Music Of The Spheres”. Pero lo que es innegable es que la calidad de su directo y lo medido que está su show justifican el éxito de la gira y sobre todo generan una experiencia que hay que vivir al menos una vez en la vida.

Coldplay 2 Carla Cidón

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