La sala La Nau es un espacio de ensayo y conciertos de lo más íntimo, pero esta vez la banda que íbamos a ver en concierto era Chef’Special y esa misma intimidad saltaría por los aires a la primeras de cambio. Originarios de los Países Bajos, el grupo ha ido cosechando un nombre a lo largo y ancho del mundo, llegando a tocar en 2016 como teloneros de los famosos Twenty One Pilots o incluso agitando las legendarias paredes del Madison Square Garden de Nueva York y del anfiteatro Red Rocks en Colorado.
Sobra decir que en su hogar natal Chef’Special son toda una sensación, llenando grandes recintos como el Ziggo Dome de Ámsterdam con aforo para 16.000 personas. Así que su gira española debe entenderse como un nuevo inicio en un país como el nuestro que todavía tiene que descubrirles del todo. Su colaboración con La Pegatina y esta breve gira suponen un primer paso de los que restan por venir.
No llegué muy tarde, apenas abrían las puertas y ya se podía observar una considerable cola de espera para entrar. La mayoría eran fanáticos de los Países Bajos que, por fortuna y decurso de la vida se encontraban en la ciudad; una constante que marcó parte de la actuación, aunque sin desmerecer o perjudicarla. Unos minutillos más tarde de lo previsto las guitarras empezaron a sonar. Allí fui consciente del porqué del nombre de la banda; como buenos cocineros musicales mezclaron y entreveraron varios géneros hasta dar con una receta particular que golpea el linde entre el hip-hop, el rock y el reggae.
Se lo pasaban bien. Siguiendo el más puro estilo de las bandas estadounidenses, interiorizado tras tanta gira por el otro lado del charco, interactuaban con el público transformándolo en centro gravitatorio de la actuación. Un gran show que bailaba con cada percusión de la batería, rasgueo de la guitarra, saltos y palmas de los fanáticos y, como gran sorpresa de la noche, melismas de trombones y trompetas. A diferencia de muchos otros artistas no se dejaron influir por las pequeñas dimensiones de la sala o por la escasez de asistentes autóctonos; por algún lugar se empieza y ellos lo tienen claro. En virtud de eso, desarrollaron en el curso de la cita un espectáculo que nada tenia que envidiar a los que puedan haber realizado en grandes salas o estadios.
Por lo demás, subrayando el repertorio de la noche, descolló la capacidad de síntesis de lo que ha sido la trayectoria de Chef’Special; un viaje por toda su geografía musical de forma amena y escogida de forma muy inteligente. Intercalando subidones de puro éxtasis (que el público pudo disfrutar con canciones como “Amigos”) y bajadas a profundidades exasperantes (con “Afraid Of The Dark o “In Your Arms”), la banda supo timonear a los espectadores y moverlos como y cuando querían. ¿Alguna pega? Las limitaciones propias de la sala y sus horarios coartaron lo que podía haber llegado a ser un concierto legendario. Es evidente que es solo cuestión de tiempo que se forjen un nombre también en estas latitudes.
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