Cazadoras roídas

A priori no me parece muy buena idea eso de dejar lo mejor para el final, como tampoco resulta demasiado acertado basar tu show solo en tu último disco por muy satisfecho que hayas quedado de él y, de forma simbólica, represente un renacer tras unos años de travesía por el desierto.

Pues bien, exactamente eso es lo que sucedió en el show de Monster Magnet ayer noche en la sala Bikini de Barcelona. Una actuación totalmente anclada en un disco de retorno del que Dave Wyndorf (cantante y guitarra) y Philip Caivano (guitarra solista) parecen tan orgullosos, que lo desplegaron sin fisuras a lo largo de un set en el que, obviamente, destacaron las mejores canciones de su útimo trabajo. Es decir: la potente “Last Patrol” con un riff marca de la casa y el lucimiento de las guitarras doblándose sin ofrecer cuartelillo; “Three Kingsfishers” con ese toque psicodélico de aires orientales muy acertado; y la más vaquera “The Duke Of Supernature” que representó algo de aire freco ante tanto riff saturado y un micrófono con más eco que el Cañón del Colorado.

Por lo demás el show podemos calificarlo tan solo de correcto y aunque no llegara a ser tampoco de pasar el expediente, poco le faltó. Está claro que los Monster Magnet actuales distan mucho de ser la banda de hace dos décadas, y difícilmente van a volver a estar en el candelero. Máxime si dejan sus dos principales ases (“Dopes To Infinity” y “Space Lord”) para el final, como sino confiaran en más canciones de su repertorio para elaborar un set que podría ser infinitamente mejor y que, sin duda, ayudaría a tapar más las viejas costuras de unas cazadoras de cuero unas tallas más grandes y bastante roídas por el paso del tiempo.