Una noche de celebración
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Una noche de celebración

8 / 10
Sergio Iglesias — 28-12-2021
Empresa — Kafe Antzokia
Fecha — 25 diciembre, 2021
Sala — Kafe Antzokia, Bilbao
Fotografía — Dena Flows

¿Hay mejor manera de pasar la resaca de la orgía de comida y bebida de nochebuena y navidad que ver un buen concierto? ¿Hay mejor manera de librarse, por un rato, de las informaciones malintencionadas, del pesimismo, y de la paranoia colectiva que nos rodea en el día a día, que ir a ver a Capsula? Pues yo pienso que no, la verdad.

Así que, sin pensarlo ni un segundo, nos acercamos al Kafe Antzokia para celebrar una liturgia mucho más importante que la que, habitualmente, celebramos en estas fechas: la presentación de “Phantasmaville” en Bilbao, hecho que, con todos los respetos, considero mucho más destacable que el nacimiento de un niño imaginario en Belén, hace más de 2.000 años.

Creencias aparte, la cosa empezó muy bien, incluso antes del concierto de Capsula, ya que, para la ocasión, se habían traído unos teloneros que dieron la talla desde el primer momento: unos sorprendentes Feline que, sobrados de actitud, se presentaron en el Antzoki con una más que interesante propuesta, que se movía entre el glam, el postpunk, el garage, e incluso a ratos, el punk ramoniano con letras en inglés y en euskera. Un acierto absoluto y una banda que, a buen seguro, dará mucho que hablar en un futuro no muy lejano.

Tras la descarga de Feline, salieron al escenario los grandes protagonistas de la noche: Coni al bajo y la voz, Martín a la guitarra y la voz y Álvaro a la batería, a quien me gustaría hacer una mención especial, porque en cada concierto va a más, y aportando un plus al, ya de por sí, nivelazo de Capsula.

Como ya hemos comentado, la presentación del último trabajo de la banda, el “Phantasmaville”, que los últimos días hemos visto en varias de las listas que los medios hacemos con los mejores discos del año, era la excusa para que Capsula volvieran a su casa en un día tan señalado como este 25 de diciembre que, los que tuvimos la suerte de vivirlo, recordaremos por mucho tiempo. Desde hace unas semanas, sabíamos que el bolo estaba concebido como una celebración en toda regla y, como en toda celebración que se precie, no podían faltar los amigos y amigas que, como siempre, acudieron raudos a la llamada del que, si hubiera una lista de ello, sería el grupo más querido de Bilbao… y más allá. Y ese mérito no se da porque sí, sino que se consigue a fuerza de hacer las cosas muy bien a lo largo de muchos años, como ellos llevan haciendo, desde que Coni y Martín decidieron dejar su tierra y convertirse en dos bilbaínos más. Así que, hasta allí se acercaron Francis de Doctor Deseo, Izas de Free the Wheel, David de Sonic Trash, Esteban y Mich de Mi Buenaventura y el grandísimo Gonzalo Portugal, para disfrutar y ser parte de la fiesta.

Los festejos empezaron, como es habitual en sus últimos bolos, con un clásico de la banda, como es “Sun Shaking”, un tema ideal para ir entrando en ambiente antes del akelarre en el que se convierte cada concierto de Capsula. La primera que sonó del último disco fue “You won´t believe it”, demostrando que ha sido un acierto dejar madurar el disco antes de tocar en Bilbao, porque, de esa manera, el público ya lo tenía más que asimilado y pudo sentirse partícipe del concierto, coreando, gritando y disfrutando cada canción.

Inmediatamente, llegó el turno de Izas, para quien parece que se hubiera escrito “The mobius strip”, uno de esos temas “rarunos” del ya mencionado “Phantasmaville”. A partir de ahí, la cosa no decayó hasta el final, y tras repasar temas imprescindibles como “Red Moon Falls”, de su anterior “Bestiarium” o “What´s in the mirror” y “Candle candle”, donde Coni se adueña absolutamente del escenario, llegaba el turno de los invitados.

La primera versión de la noche llegó de la mano de Francis, quien se subió a las tablas para interpretar de una manera magistral el “Mejor no hablar de ciertas cosas”, de los argentinos SUMO, una canción que encajaba a las mil maravillas con el canallismo habitual del cantante de Doctor Deseo, quien inmediatamente dio paso a otro de los invitados de la noche: un David Hono que, por cierto, celebraba su cumpleaños y tampoco creo que encontrara mejor manera de hacerlo que junto a sus amigos de Capsula. El guitarrista y cantante de Sonic Trash, otros que también se encuentran a un nivel extraordinario, es de esos músicos que se adapta a la perfección a lo que toque en cada momento: desde los ritmos oscuros y fronterizos de “Away from heaven” al psychobilly de “El infierno”.

No había ni un minuto de descanso y, tras los agradecimientos y las presentaciones de rigor, subieron al escenario Esteban y Mich, de Mi Buenaventura, para interpretar un par de temas maravillosos que se han colado en el último trabajo de Capsula con ese aire surf, y que hacen de “Phantasmaville” un disco muy especial: “El camino de la plata” y “All my friends”. La cosa iba avanzando, como siempre, con esa seguridad y esa fuerza que Capsula imprimen a cada show, sin dejarse un gramo de energía en el camerino, y se muestran como una banda perfectamente engrasada, en la que todo funciona como un reloj suizo. Así fueron cayendo temas como el fabuloso “No contestás”, una demostración más de lo bien que encajan las dos voces, y “Caballos de mar”, donde Martín se luce a las seis cuerdas, demostrando, como a lo largo de todo el concierto, un dominio absoluto del escenario… una bestia del directo.

En esta parte tampoco se olvidaron de a lo que habían venido, que era a presentar las canciones de su último disco, y enlazaron tres de las mejores: “Behind the trees”, con aires a lo Black Sabbath, la oportuna “(Don´t be afraid and play) Rock and roll” y “Ciudad fantasma”, que tanto nos recuerda a su paisano Moris. Pero como todo lo bueno, el concierto también se iba acabando, y qué mejor manera de hacerlo que recurriendo a otra versión que bordan, como el “Russian Roulette” de los grandísimos Lords of the New Church, con el que daban por finalizada esta primera parte del show.

Pero como todos y todas sabíamos, Capsula todavía tenían mucho que decir y que tocar y recurrieron a un bloque muy especial en el que, junto a Gonzalo Portugal dando lecciones magistrales de guitarra, repasaron varios clásicos de su queridísimo e idolatrado David Bowie: “Starman”, “Moonage Daydream” y “Sufragette city”, donde Izas volvió con su saxo para unirse a la fiesta. Ahora sí, el concierto tocaba a su fin, pero Capsula todavía tenía dos últimas balas en la recámara, que dispararon después de acordarse de todo el mundo en la sección de agradecimientos: la psicodelia de “Esferas” y “You cannot blame”, con aires stoner y con la que acostumbran a cerrar los conciertos.

Así se acababa una gran noche en la que de nuevo se volvió a confirmar que, cuando desde las élites nos intentan apartar o dejarnos acojonados, sentaditos y sentaditas en casa, y cuando parece que no queda nada, siempre nos quedará el rock and roll, la verdadera salvación en estos tiempos oscuros. Y, si además, nos lo traen Capsula ¿qué más se puede pedir?

 

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