Amor por la música y el territorio
ConciertosCanari Festival

Amor por la música y el territorio

9 / 10
David Pérez — 22-11-2023
Fecha — 19 noviembre, 2023
Sala — Varios Escenarios
Fotografía — David Pérez

Volver a Lanzarote es siempre un regalo para los sentidos, pero si encima estrenamos festival, poco más se puede pedir. Además, si lo que nace es de la conexión de la marca Festivales para un Territorio y Sonidos Líquidos, el disfrute y el respeto por el entorno está asegurado. Con ese genuino ADN y cariño, ve la luz Canari, un festival con identidad propia, sin masificaciones y amoldándose al entorno, un evento para brindar por la música en lugares privilegiados, descubriendo el territorio de la mano de sus gentes y saboreando la gastronomía local y cada momento.

Tras esta primera exitosa edición que nos ha llevado a las playas salvajes y paisajes volcánicos sin igual de la tierra de las montañas de fuego, Lanzarote y La Graciosa, “Canari” entra por la puerta grande y se une como quinto miembro (“17 Grados Ribeira Sacra”, “Esférica Rioja Alavesa”, “Nómade Alcusses-Alforins” y “Tierra Bobal Fest”) de Festivales para un Territorio, entre Galicia, Euskadi, Valencia y ahora y en próximas ediciones, las Islas Afortunadas.

Viernes y el pistoletazo musical de salida de Canari 2023, lo dan Melenas y The Parrots en el hermosísimo patio interior de La Recova, lo que fue tiempo atrás el tradicional mercado de abastos de la capital conejera, pero antes, como comentaba, el espíritu del festival va más allá de los conciertos programados: la primera “experiencia” (parte esencial de Festivales para un Territorio, ofreciendo actividades para vincular al público con el patrimonio natural y cultural de una manera didáctica y sensorial), es una ruta guiada, histórica y patrimonial por Arrecife, en la que recorremos sus rincones más auténticos, con anécdotas locales y familiares incluidas.

melenas-canari

Melenas

Y ahora sí, salen a escena Oihana, Leire, María y Lauri, las pamplonesas Melenas, que, en pocos segundos, con una conexión total, se meten al público en el bolsillo a base de un adictivo cóctel de pop-punk, garage y envolvente psicodelia. Una luminosa y multicolor bruma sintetizada que no nos deja tocar el suelo, de inicio a fin. De la onírica “No puedo pensar (en nada más)”, que nos hurga la herida muy pronto y muy adentro, a la espacial y compañera de surcos “3 segundos”, pasando por la magnética lisergia de teclados de “Oso Polar” o la muy ganadora “Bang”, con la que alcanzamos uno de los clímax bailongos de la velada.

Si la temperatura estaba ya alta, The Parrots, tras meses sin tocar en directo, queman las naves desde que pisan las tablas, ya sea con su cara más romántica y sensual en “Lo dejaría todo”, con hipnótico saxo incluido, o en “No me gustas, te quiero” y ese “Fuego” coreado por el público, haciendo que la ausencia arda y esté más presente que nunca. Base rítmica muy marcada, distorsión, riffs al poder, punteos y siga el baile con “It’s too late to go to bed”, encadenando un momento álgido tras otro, como una pegadiza “Maldito” a tumba abierta, bajando del escenario y saltando entre el público, con Melenas dándolo todo en primera fila, desde el primer tema al último.

El sábado es día grande y lo exprimimos desde muy temprano, apuntándonos a la segunda experiencia mañanera (la primera es una interesante ruta BIC y escultórica por el municipio de San Bartolomé), visita guiada a las impresionantes Salinas del Janubio, con concierto en un entorno único y degustación de la cerveza artesanal “La Sal”. Sólo por la pasión con la que se nos cuenta la historia y funcionamiento de la salina ya merece la pena el viaje. Recorremos su trazado hidráulico, su arquitectura y subimos a sus molinos, descubriendo el proceso de elaboración de la sal marina, desde los cocederos, donde se realiza el proceso inicial de producción, hasta su extracción de forma artesanal y manual, como se hacía antiguamente. Un lujo de experiencia que concluye con cervezas heladas y concierto de Juanjo Figueroa que, con un marco único de fondo, nos deleita con blues y sentidas interpretaciones de clásicos como la lorquiana “Canción del Jinete” o “Llorona”. Tanto a esta experiencia como a todas las demás actividades y conciertos de Canari, acudimos con buses lanzaderas del festival, subrayando su compromiso medioambiental.

No puede faltar en un festival de espíritu hedonista y gourmet como el que nos ocupa, con Sonidos Líquidos y Festivales para un Territorio al frente, una buena cata de vinos como siguiente experiencia, esta vez con aromas de la Rioja Alavesa, Ribeira Sacra, Terres dels Alforins y Lanzarote, en otro emplazamiento único, el restaurante del Museo Internacional de Arte Contemporáneo (Castillo de San José) con vistas panorámicas del puerto de Arrecife. Y nada más salir, esquivando y ganándole la partida a esa frase borgiana de “Vino, enséñame el arte de ver mi propia historia como si esta ya fuera ceniza en la memoria”, la historia continúa y sigue la música en la explanada de entrada, con el majestuoso Castillo de San José de fondo y la brisa del mar en el ambiente. Encienden la mecha del cartel los lanzaroteños Ya no te quiero, desplegando puro amor pop y dejándose la piel en el escenario, con su líder Fernando Robayna al mando y bien flanqueado por Mame Hernández al bajo, José M. Pérez a la batería y Javier Santiago al teclado. Repasan su cancionero y conectan con un público que comienza a llenar la explanada del Castillo. La noche alcanza velocidad de crucero y Lanzarote “gira y gira dando vueltas” en la “Casa del amor”.

Llega la hora de los dos conciertos más esperados de esta edición Canari, primero es el turno de la gran Maika Makovski, demostrando una vez más un poderío y magnetismo escénico que nos lleva en volandas tema a tema, fundiéndose con unos músicos que, como ella, son puro fuego, en un continuo despliegue e intercambio instrumental al alcance de muy pocos. Zarpazos como “Reaching Out to You”, “Purpose”, la cegadora y adictiva versión del “This Town Ain’t Big Enough For Both Of Us” de Sparks o una “Nevermore” con la banda soltando chispas en combustión continua, parecen presagiar la última noche en la Tierra y dejan quemaduras y marca en todos los presentes. Bajan revoluciones, pero no maestría y sentimiento en la folk-country “Places Where We Used to Sit”, con Maika sola en escena a la guitarra, y la banda apareciendo y uniéndose poco a poco, para terminar por estrujarnos el corazón con una “Love You Til I Die” que nos deja tocado y hundidos de felicidad. La mala noticia de la noche nos llega con el anuncio de la marcha del grupo de Adrián Martínez, con el público coreando su nombre y pidiéndole que no se vaya… Y es que, Maika, Mariana Pérez, Sam Bredïkhin, Dani Fernández y Adrián Martínez, lo reconfirman hoy, una vez más, son una de las bandas a batir en directo, pocas formaciones más engrasadas, conectadas y abrasivas que ellos.

The Divine Comedy

Muchos habían acudido a esta velada de sábado para ver expresamente a The Divine Comedy en Lanzarote, y la banda no defrauda ni a los fans de siempre ni a los nuevos. El grupo originario de Irlanda del Norte, con el siempre irónico y elegante Neil Hannon a la cabeza (quizás más relajado de la cuenta en muchos momentos, sabedor de que tiene la partida ganada de antemano) nos deleitan con una veintena de clásicos incontestables de su amplia discografía. Del “Absent Friends” de inicio que marca el camino épico del show y a un Neil Hannon como crooner total, a una “At the Indie Disco” que hace que se contonee la luna lanzaroteña a su antojo. Puede que la guitarra eléctrica no suene a veces al volumen deseado, pero la banda es colosal, arropando a Neil con coros y esa maestría instrumental que caracteriza su sonido barroco-clásico y pop relampagueante. Especial mención a los omnipresentes teclados y un acordeón que vuela a sus anchas. Así, Hannon, copa de vino en mano, borda interpretaciones vocales de masterpieces como “Everybody Know (Except You)”, “Bad Ambassador”, la teatral “Bang Goes The Knighthood”, la siempre intensa “When The Lights Go Out All Over Europa” o una “Something For The Weekend” en la que no funden sus instrumentos de milagro, con Neil haciendo saltar chispas a las seis cuerdas de su acústica. De su último trabajo de estudio hasta la fecha, “Office Politics” (19), rescatan la deliciosa “Norman And Norma”, y en la recta final no faltan imprescindibles como “I Like” o una cabaretera “National Express” en la que nos montamos en marcha sin pensarlo, para terminar haciendo que vuele el Castillo de San José y todos los presentes con la magia y sentimiento de “Tonight We Fly”.

Tras la divina comedia sonora de Neil Hannon y los suyos, hay retirada general con una sonrisa de oreja a oreja, pero para los que aún quieren más, salen a por todas Romi Alter y Fran Sylver, el dúo canario Adora, montando la fiesta final sobre las tablas y haciendo bailar a todos los presentes con mucha actitud, latido pop-rock y una amplia paleta de sonidos que vienen y van. La verbena sigue a fuego y nosotros nos retiramos al ritmo de su “Killing Sensation” en el aire.

La Graciosa

Domingo por la mañana y ya estamos preparados para recorrer en la guagua del festival el norte de la isla, bajarnos en el bonito pueblo pesquero de Órzola y vivir la última e inolvidable experiencia, broche de oro a esta primera y sobresaliente edición Canari: dejar atrás Lanzarote y cruzar en barco las aguas, contemplando a nuestra izquierda el espectacular Risco y divisando cada vez más cerca La Graciosa… ¿Qué más se puede pedir? Vermut Petroni para todos y actuación de Maika Makovski, sola con su guitarra eléctrica, derrochando simpatía y cercanía, sentada y en pie al ritmo del vaivén de las olas. Versiones delicatessen e inolvidables, como una muy desnuda y blusera “I Live in a Boat”, la luminosa “Places Where We Used to Sit” o ese flamante sencillo cantado por todos y rebosante de lo único y verdaderamente importante, puro amor, “Si tú me quieres”.

 

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