Nuevo llenazo en el Kafe Antzokia, esta vez para recibir a los catalanes Cala Vento, que llegaban para presentar su magnífico último trabajo "Casa Linda", el disco que les ha confirmado como una de las grandes bandas del pop y el rock estatal en la actualidad, tal y como evidencia la masiva asistencia de público a sus bolos, en unos tiempos en que la competencia es brutal, por la “sobreprogramación” (bendito problema, que diría aquel…) que estamos viviendo en todas partes, lo que en ocasiones, nos obliga a elegir entre varias buenas opciones.
Pero en este caso, lo teníamos clarísimo, ya que desde que sacaran "Casa Linda" - ya hace casi un año- llevábamos esperando que se pasaran por aquí. Somos muy fans de los de L’Empordà ¿qué vamos a hacer? Al llegar, nos llevamos una grata sorpresa, ya que, yo al menos, no tenía ni idea de que iba a haber una banda telonera de tanto nivel como Austin TV, combo mexicano formado por cinco encapuchados y encapuchadas, que, a través de un rock instrumental cercano al metal, crean unas atmósferas envolventes, con un puntito salvaje pero, a la vez, extremadamente reconfortante. Energía pura, en un bolo de unos 40 minutos, en el que sonaron temas como ‘Shiva’, ‘Marduk’, ‘De la orquídea y la avispa’ o ‘El hombre pánico’, entre otros.
La banda se mostró entregada y tremendamente comunicativa con el público, llegando incluso a chapurrear unas frases en euskera, lo que les honra muchísimo, y que en cierto momento de su mini actuación, tuvieron que pedir a la gente que disfrutara del bolo en vez de charlar tanto… alguien tenía que decirlo. Una extraordinaria sorpresa inicial que, aunque a priori, no tenía demasiado que ver con la propuesta de Cala Vento, encajó a la perfección en un público sin prejuicios que, sin embargo, ya se mostraba ansioso por la llegada de los catalanes.
Así que, tras una breve pausa para cambiar el escenario, y retirar toda la parafernalia de Austin TV, sonó un ‘Never gonna give you up’ de Rick Astley atronador… y es que todos somos muy rockeros, hasta que nos recuerdan que, en lo musical, para bien o para mal, somos hijos de los 80. El temazo del último gran icono del pop británico era, pues, la señal de que ya estaba todo preparado para recibir a los grandes protagonistas de la noche: Cala Vento, o lo que es lo mismo, Joan y Aleix…o Aleix y Joan, que lo mismo da. Dos músicazos capaces de hacer muchísimo con tan poco. Sin grandes artificios en el escenario, sin ni siquiera un telón o una bandera con el nombre del grupo al fondo, tan sólo con una guitarra, una batería, y dos voces perfectamente empastadas, son capaces de llevar al éxtasis colectivo a un público entregado a unas canciones redondas que, si ya son buenas en disco, estallan en un directo incendiario.
‘Más que satisfechos’ dio el pistoletazo inicial a un concierto que lo tuvo absolutamente todo, y donde Cala Vento hicieron un repaso completo de su último trabajo, aunque sin olvidarse de su otra gran obra maestra, ‘Balanceo’, dos discos que centraron el bolo del viernes, aunque también pusieron el foco en temas más antiguos e igualmente imprescindibles como ‘Isabella cantó’, ‘Isla desierta’ o ‘Sin apenas conocernos’, entre otras.
Cala Vento se mostraron segurísimos en todos los registros, pasando de temas tan rotundos y con un poso cercano al stoner como ‘Todo’ –donde destaca esa parte spoken rapeada - o ‘No hay manera’, al pop más calmado de la ya mencionada ‘Isabella cantó’, ‘Sin apenas conocernos’, o ‘Gente como tú’, un medio tiempo donde, curiosamente, se produjo el primer pogo de la noche, algo que sorprendió incluso a los propios músicos, y que se repitió en varios momentos del concierto.
Pero si algo destaca en esta banda es la capacidad que tienen para hacer funcionar a la perfección unas armonías vocales que, aunque ellos hagan parecer lo contrario, no son nada sencillas, y que destacan, especialmente, en los pasajes más acústicos, en los que Joan abandona la batería para cantar junto a Aleix en un formato casi desnudo temas como ‘La importancia de jugar al baloncesto’ o ‘Casa linda’, que supusieron el único tramo de tregua en un concierto apabullante, en el que demostraron que el refranero popular en ocasiones es muy sabio, como cuando se dice aquello de que “Menos es más”, algo que en el dúo catalán es evidente, y que les convierte en un valor seguro en directo.
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