Dos clásicos del rock en Cantabria frente a frente para dar la bienvenida a junio. La Sala Picos de Liérganes acogía el estreno de “All These Words Will Die Before The Morning”, flamante primer largo de Aitor Ochoa.
Aitor es uno de los nombres fundamentales en esto del rock and roll en la tierruca. Más conocido por todos por su etapa en el power trío Soul Gestapo, entre otros muchos proyectos, presenta ahora una preciosa colección de canciones bajo su propia firma. Lo hace acompañado por Mad Mule, que lejos de ser una mula terca, es un corcel que se adapta a la perfección a las necesidades de las canciones de Ochoa. Fernando Chiquito a la batería, Luis Ibañez al bajo y David González “Fuzzio” aguantan el peso en la ascensión o aprietan los dientes y aligeran el paso cuando es necesario un sprint, convirtiéndose en una banda que va como anillo al dedo. Lo pasan bien y eso se traslada al otro lado.
Muy divertida la noche llena de guiños y bromas. Para presentar el nuevo cancionero Aitor siguió una línea bastante clásica siguiendo el guion prácticamente tema por tema del nuevo trabajo. Abrió fuego la luminosa “Me and You” que es un viaje en descapotable por la soleada California, algo que ocurre también con “How Your days begin”. Las canciones del nuevo disco de Ochoa hacen un gran repaso por la tradición del rock americano y australiano de las 4 últimas décadas, un precioso álbum de cromos de aquí y allá con referencias a los grandes tótems del género. “Evil”, “Redemption”, “Sleepwalkers” beben más de una tradición más blues. “Mule”, en cambio, es un viaje nocturno entre neones y arena del desierto Entre medias de los temas propios, alguno de esos guiños ajenos. Preciosa por ejemplo “Tailspin” de The Jayhawks, mucho más rockosa en boca de Aitor. Con “There is a light” se trató de despedir la velada con un cierre eléctrico por todo lo alto, pero claro, después de esa descarga el cuerpo pedía más y Ochoa y la mula mala nos ofrecieron dos temas más llenos de energía. Uno de ellos fue “Powderfinger” de Neil Young (la cosa estaba muy clara) y “Just One Day”, uno de los temas fetiche de su anterior banda, Soul Gestapo, un trío al que se echa en falta pero con conciertos tan bonitos como este, lo cierto es que un poquito
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