Brunch in the Park volvía a Madrid tras consolidarse en su pasada edición como el plan perfecto para dar la bienvenida al buen tiempo: música electrónica, cerveza, tinto de verano y mucho sol. Tras su paso por Barcelona como Brunch in the City, el año pasado llegaban a Madrid dando un golpe sobre la mesa gracias a un line up con artistas de la talla de Apollonia, John Talabot, Octave One, Moodymann o Tiga entre otros grandes de la escena internacional. El auditorio del parque Enrique Tierno Galván vibró con cada bombo y mezcla acogiendo a más de tres mil personas en cada evento que este año esperan volver a sentir que los domingos no son el día más triste de la semana con djs como Jeff Mills, Dj Koze, Agoria, The Martinez Brothers, Magda o Erol Alkan; demostrando una vez más que en la variedad está el gusto.
El día empezaba con F-on a los platos haciendo bailar a los más puntuales sobre la 13:00 del mediodía, y conocido por su dedicación en revitalizar el house en el territorio nacional, puso banda sonora a las primeras comidas y cañas en el evento. Con referencias como Moodymann, Patrice Scott y en general todo el sonido Hardwax, supo desempeñar ese papel tan necesario como a veces desagradecido de caldear el ambiente.
A las 16:00 le tocaba el turno al madrileño residente en Berlín, Pysk, quien últimamente nos acostumbra a verle como Versions junto a Tadeo, pero que esta vez pudimos disfrutar de él en solitario y así entender por qué se ha convertido en referencia del techno español por todo el mundo. Su set se desarrolló de manera precisa y elegante con temas de su proyecto más personal, el sello Non Series, que cuenta con artistas de la talla de Function, Savas Pascalidis, Silent Servant o Marcel Dettmann; a la par que pudimos escuchar producciones propias que sacó en su día por Mote Evolver, sello discográfico del consagrado Luke Slater. Aunque esperábamos más, entendemos que su horario no le dejaba plasmar el sonido contundente del que tanto se habla sobre él.
Cuando le tocó el turno a Dasha Rush sobre las 18:00 de la tarde, el auditorio estaba lo suficientemente caliente como para que saltasen las chispas con temas como “Breathe” de Answer Code Request. La rusa nunca defrauda, y con una técnica impecable, supo consagrarse con el mejor set de la tarde gracias a una mezcla entre pequeños efectos como el “scratch” y una selección musical con clásicos que suenan a hoy, ayer y mañana.
Finalmente entraba en acción el esperado Jeff Mills, quien supo jugar con su público nada más comenzar su set junto a su ya mítica TR-909, haciéndose con el auditorio desde el primer momento. Su alma alienígena se plasmó en su sesión en todo momento jugando con la 909 a la vez que bailábamos temas propios como “Captivater” o el clásico entre los clásicos, “The Bells”; como era de esperar. Aunque no fue la mejor actuación del de Detroit, la experiencia es un grado, y pese a que entre descuadres, correcciones y parones nos sacaba una y otra vez de su set, conseguía hacernos volver gracias a su selección musical consiguiendo remontar en la recta final con un cierre que nos dejó a todos con ganas de más. Se nos olvida que el “alienígena” también es humano. Sin embargo, ningún caso aislado va a conseguir ensombrecer al mito que ha sido pionero, influyente e inimitable.
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