Bien de Terbutalina para el pechote. No se me ocurre mejor nombre que un broncodilatador para un grupo como este, que lleva al límite tus pulmones y tus piernas en un pogo continuo e inevitable. A 200 por hora van estos cinco gallegos. Tampoco se me ocurre mejor estrategia de marketing que la que perpetran estos chavales: repartir bien de licor café al comenzar y licor de hierbas para para terminar en la recta final. Con esos digestivos la cosa no deja de subir ni un solo minuto hasta terminar sin oxígeno. También hay que decir que la sucesión de pildorazos de rock and roll hiperacelerados que rara vez pasan de apenas minuto y medio lo pone muchísimo más fácil. Los gallegos son viejos conocidos y en Santander se encuentran medio en casa. Esta vez presentando Al otomano se le va la mano (2015) volvieron a hacer lo que están especializados: poner patas arriba allá donde van y que no vuelva a crecer la hierba allá donde pisan. Sudar sangre y quemar suela en una horita en la que perfectamente caben ¿30 canciones? llenas de teclados locos y ritmos sin tregua. Con tonadas como Compostela, Pa papaou mama, o Dame Mambo se quedan con todo el mundo. Probablemente sean el grupo más divertido y caradura de cuantos campan por la piel de toro. Galicia calidade.
Antes, Lupers habían dejado la Sala Niágara bien caliente en un concierto con muchas novedades: muchísimos temas nuevos y cambios en la formación. Ahora casi son la mitad, aunque Kiko y Miguela siguen presentes en forma de caretas en los pies de micro. Álex Pis ha entrado al bajo y Vanessa lleva la voz cantante. Con todo esto da la sensación de que el caos habitual de sus conciertos ahora está mucho más controlado y que las canciones centran mucho más el foco. Eso sí, siguen con la misma capacidad de derribo y macarrismo. Eso viene de serie. Urgencia, sorna y mala baba. También va en su ADN su afán frenético de composición y publicación. Las nuevas canciones que pudimos oír (Liberal, Wombat...) y que presentarán grabadas en breve siguen por los mismos derroteros de siempre: Dead kennedys, Las Grecas, Las Vulpess y los Minor Threat todo junto y revuelto. Más anchos que largos. Da gusto tener que decir que se dejaron tantas canciones en el tintero y poder decir que aun así fue un concierto divertidísimo como siempre.
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