Bring Me The Horizon, energía desbocada

Tras un año de conciertos por
medio mundo, desde la salida de su segundo álbum "Suicide Season",
Bring Me The Horizon se embarcan en la que será, presumiblemente, la última
gira antes de la preparación de su próximo disco. Nos fuimos hasta Birmingham,
tercera fecha del presente tour, para comprobar el buen estado de forma en el
que se encuentran. Además de los ingleses, la gira cuenta con dos invitados de
lujo, y digo invitados porque llamarles teloneros sería menospreciarlos, August
Burns Red y A Day To Remember. Ambos, con apenas media hora programada, optaron
por dar lo mejor de sí mismos sin tiempo para baladas ni descansos. Así pues,
los primeros hicieron gala de su gran técnica, con cambios de ritmo constantes
y unos poderosos breakdowns armonizados con la tremenda voz de Jake Luhrs.
Presentaron temas de su nuevo disco "Constellations" como
"Meddler" o "Thirty and Seven", pero fue con canciones de
su anterior trabajo "Messengers" cuando consiguieron despertar un
mayor entusiasmo en el público acabando con "Back Burner" y
"Composure". A estas alturas la sala ya estaba casi llena, y durante
la espera se podía notar la excitación por la siguiente actuación. A Day To
Remember, con un estilo más ecléctico que varía desde el metalcore al pop punk,
y líderados por Jeremy McKinnon con su asombrosa voz, capaz de pasar de tonos
agudos y melódicos a partes duras y guturales sin apenas despeinarse,
arrancaron con su hit "The Downfall of Us All", enormemente coreado
por todos desde el comienzo. Un inicio demoledor que continuaron sin bajar el
ritmo con "Fast Forward To 2012" y "The Danger In Starting A
Fire", el suelo no paraba de temblar. Resultaba curioso ver la
sincronización perfecta con la que se movían en el escenario, una gran puesta
en escena a la que se sumó un setlist corto pero intenso, solo se echaron en
falta algunos clásicos como "Since U Been Gone" o
"Monument". Acabaron por todo lo alto haciendo saltar a todo el
presente con "The Plot To Bomb The Panhandle", ponía los pelos de
punta. Seguidamente bajó el telón para aumentar la expectación con la que se
esperaba el concierto de Bring Me The Horizon, los ingleses son un fenómeno de
masas sobretodo entre la gente joven, la media de edad debía estar por debajo
de los 18 años. Después de varios minutos de incesantes gritos de fans
histéricas cayó por fin el telón y las siglas gigantes de BMTH que rodeaban al
bateria en un piso superior iluminaron la sala entera. Comenzaron con  “Chelsea Smile” y “Pray For Plagues”
enloqueciendo completamente al personal. Oliver Sykes es de éstos personajes
que por su forma de ser y sus pintas o te encantan o los odias, sin embargo hay
que reconocer que musicalmente y sobretodo en directo está a la altura de su
éxito. No paró en todo el concierto, lanzándose sobre el público al inicio o
tirándose al suelo y arrastrándose hasta arriba del escenario durante “Suicide
Season”. Cabría destacar también la perfecta integración del nuevo guitarra
Jona Weinhofen (ex-guitarrista de I Killed The Prom Queen y Bleeding Through)
en el grupo combinando perfectamente con los riffs de Lee Malia. Siguieron con
“Medusa”, que el público acompañó con un tremendo circle pit, “The Comedown” y
“The Sadness Will Never End”. Ya para los bises quedaron la pegadiza “Diamonds
Aren't Forever” y para terminar “Football Season Is Over” introducida por su
versión remezclada. La sorpresa vino aquí cuando Oli invitó a subir al
escenario a todo aquél que quisiera, mientras tanto el bajista Matt Nicholls y
el guitarra Jona Weinhofen se alzaron a lo alto del palco cada uno a un lado,
acabando de forma espectacular.