Hay muchos anuncios y eslóganes que se empeñan en hablar de la Barcelona multicultural; de los sabores que confluyen en una misma esquina, a veces como agua y aceite. Otras, en cambio, se mezclan de manera más difuminada. El pasado sábado disfrutamos de una nueva edición del festival Bona Nit Barcelona en el lugar en que no hace mucho se alzaba el antiguo Mercat dels Encants. En las esquinas de la renovada plaza de Glorias aún se puede ver gente transportando muebles hechos a trizas, un grupo de chavales jugando al ping-pong, familias, jubilados y alguna alma errante. Y todos ellos pudieron escuchar a Disaster In The Universe; pop de ensueño a primera hora de la tarde. Y es que tras las actividades de día, los noruegos fueron los encargados de dar el pistoletazo a los conciertos nocturnos, presentando su debut, “Coconut Message”. Tras ellos, Ramón Mirabet tomó el escenario para recordarnos que esta vez “estaba a tope”, a diferencia de su última visita en Apolo. Llenó el ambiente de un folk digerible, pop colorista y guiños al sonido dixieland con una sección de viento que nos trasladó al otro lado del Mississipi, o en este caso, del Besós. Hubo tiempo para dedicarle a los chicos la versión de “These boots are made for walkin’” de Nancy Sinatra. Última oportunidad de verle antes de que presente el que será su nuevo disco en otoño.
Caía la noche y fue el turno de Jack Savoretti, quien apareció sobre el escenario entre comentarios quasi soft-porn de algunas jóvenes. El cantante abrió con “Written in scars”, de su homónimo y segundo disco. No son casuales las comparaciones con Jake Bugg -con quien comparte productor y una desgarrada voz. Balbuceando palabras en castellano, brindando por “esos viejos amigos” y guitarra en mano, repasó temas como “Not worthy” o “Knock knock”. Canciones cortadas bajo el mismo patrón del rock más añejo, del folk y pop made in UK. La vitalista “Come shine a light” fue la escogida para despedirse del público catalán. Momento de reponer fuerzas en alguno de los apetecibles puestos de comida del festival. ¡Se acabó la tiranía de las patatas fritas rancias y las pizzas en cono!
Aunque llegar al concierto de Kakkmaddafakka con la barriga llena debe tener el mismo efecto que nadar en la piscina justo después de darse un atracón. Los de Bergen son lo más parecido a sufrir una descarga de adrenalina bajo la pestaña. Un electroshock capaz de hacerte bailar te sepas todas o ninguna de sus canciones. No fue el caso de los asistentes en las primeras filas, quienes recitaban cada canción con la fervorosidad de un creyente. Aparecieron envueltos en la suave melodía de la Suite nº1 de Peer Gynt y ofrecieron una primera parte centrada en los temas de su reciente disco, “Six Months Is A Long Time”. Además, presentaron casi en exclusiva dos temas nuevos que conformarán su tercer disco. La segunda mitad se centró en un largo y extenso subidón que consistió en los hits quemapistas de su debut “Hest”. Cuando creíamos que “Your Girl”, “Restless” y soplar las velas del cumpleaños de Pål eran toda la guinda al Bona Nit Barcelona, los noruegos nos sorprendieron con una versión é-pi-ca del “Bailando” de Astrud que dejó la noche del sábado muy arriba, tanto, como la nube de polvo que levantamos entre bailes de gimnasia de EGB.
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