Un sueño de una noche de verano
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Un sueño de una noche de verano

8 / 10
Ines Calero — 15-09-2023
Fecha — 08 septiembre, 2023
Sala — Jardines de Miramar (Donostia)
Fotografía — Jokin Fernández

El Festival Boga Boga llegó a Donosti como un soplo de aire renovado tras la desaparición del Kutxa Kultur Festibala, encuentro musical que se celebraba en el parque de atracciones de Igeldo, también organizado por la misma promotora, GinMusica. De esas cenizas, casi como un sueño resurge una nueva cita musical en Donosti bajo el planteamiento de extenderse por toda la ciudad con sus sedes -Kutxa Kultur Kluba, Chillida Leku, playa de Ondarreta, jardines del Palacio de Miramar, Dabadaba, Doka y LeBukowski-, y de expandirse a gran variedad de estilos y propuestas musicales.

Como aperitivo de lo que vendría el fin de semana sirvieron los conciertos de Marcelo Criminal y Cabiria; y Nuria Graham y Marina Herlop en Kutxa Kultur Kluba durante el miércoles y el jueves. El viernes se presentaba la primera gran jornada, esta vez mirando al mar. A partir de las 18:30 h, los jardines de Miramar abrieron sus puertas al público donde Javi P3z a los platos recibía a los primeros visitantes y a los más ávidos de música en directo.

La tarde del viernes comenzaba a ritmo de kuduro. Pongo saltó al escenario vestida de rojo para embrujarnos con su fusión de electro, folk y dancehall. Sonó ‘Bruxos’ y ‘Uwa’ y empezamos con su voz melódica, Pongo nos compartía su universo jovial y lleno de saudade al mismo tiempo. El proyecto de la cantante angoleña representa las posibilidades del kuduro en nuestro tiempo y es toda la relectura de este género, capaz de colarse en clubes y festivales para hacernos vibrar y, por supuesto, fluir al son de su música. A mitad del bolo, Pongo hizo bailar hasta al más recatado cuando sonó ‘Wegue wegue’, canción que se convirtió hace años en un hit de la pista. La banda pidió a cinco personas que subieran al escenario para bailar con ella la coreografía que envuelve a la canción. Y así, Pongo ponía el listón muy alto con sus canciones hechas para volver las caderas, bailar twerk y llegar hasta el suelo. Sóno ‘Amaduro’ y un puñado de canciones más. Con su repertorio sorprendía a quienes que no la conocían y terminaba de encandilar a sus admiradoras. Nos rendimos ante su embrujo. La tarde empezaba hot y todavía quedaba mucho Boga Boga por delante.

Belako subió al escenario al caer el sol. Ese mismo día publicaban su quinto álbum, "Sigo Regando" (2023), tras haberlo presentado en primicia dos días antes en Londres, sobre el Tamesis. Su primer gran concierto. Más eléctricos, más maduros, más sensatos. El cuarteto realizó un directo impecable en el que tocaron grandes himnos ya de la banda con los temas que terminaban de estrenar. Sonó "Molly&Pete", "Maskenfreiheit", "Sinnerman". También "Orein orain", entre varias canciones de "Sigo Regando", donde recopilan aspectos del tercer y cuarto álbum, y supone una muestra de sus avances en composición.

La furia llegó con "Sangre Total", la canción más cercana al post-punk del nuevo disco y la única cantada en castellano. Una canción que reflexiona sobre cómo nos puede afectar la visión de las demás sobre la percepción de nosotras mismas y que aboga por los cuidados. Los de Mungia ya no se callan y están haciendo de sus canciones un discurso cada vez más reivindicativo, y con toda esa energía nos hicieron enfurecer a las que estebábamos abajo del escenario. ‘A mí no me cuida el policía, a mí me cuidan mis amigas’ fue el mantra que impregnó toda la noche después de que sonara "Sangre Total". Si Belako tienen miedo de no gustarse, pero prefieren no aburrirse, sobre el escenario lejos están de ser aburridas. Siguen regando y están muy lejos de marchitarse.

Cuando llegó la hora del set de Panda Bear & Sonic Boom, en el exterior del Palacio de Miramar ya estaba abarrotado. El sold out era real. En el escenario, Noah Lennox y Pete Kember nos invitaban a celebrar la vida a través de su set melódico y sus hipnóticas visuales. Desde hace años esta alianza artística confluyó en "Reset" (Domino, 2022), disco que interpretaron casi por completo. Su psicodelia pop gana con su puesta en escena: donde la electrónica minimalista y sus armonías vocales entran en juego con proyecciones que ponen movimiento a las texturas del disto. Su directo fue toda una carta de amor que sonaba a melodías vitales de los años 50 y 60 que a su vez miran al futuro con la calma y la esperanza de quien confía en él. Una hora de directo que nos elevó a las asistentes a un estado ligero y liviano.

De ése extasis melódico, continuamos con otro más ferviente. La Femme era banda esperada de la velada por gran parte de los asistentes. La banda nacida entre Biarritz y París, está presentando su última álbum Teatro Lúcido en salas y enseguida entendieron que quizás el contexto y la acústica no eran los más idóneos para interpretar los nuevos temas – ya que es un álbum mucho más hablado y explosivo donde exploran toda una serie de ritmos hasta ahora alejados de su ADN: como el pasodoble o el flamenco-. La femme lo sabía así que nos brindaron lo mejor de su repertorio synth pop tropical. "Antitaxi", "Oú va le monde", "Elle ne t’aime pas", "Cool Colorado", "Paradigme". La banda liderada por Sacha Got se iba coordinando canción a canción para dar un directo agitado, sin descanso y bastante memorable como cierre de toda una jornada de festival. Dejaron su mayor hit para el final. Poco después de la medianoche sonaba ‘Sur la planche’, la canción que los hizo sonar en todas las emisoras y pistas de baile indie. Con ella se despidieron y a nosotras nos dejaron suspendidas en un estado de trance tropical, cerrando así una la primera jornada de este nuevo festival de final de verano.

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