Entre barro y altavoces
ConciertosBilbao Bbk Live

Entre barro y altavoces

8 / 10
Telmo Casal Tello & I.Bárbara — 18-07-2024
Empresa — Last Tour
Fecha — 12 julio, 2024
Sala — Kobetamendi, Bilbao
Fotografía — Eider Iturriaga

Kobetamendi ha acogido alrededor de 110.000 personas en el Bilbao BBK Live de este año, acercándose mucho a la asistencia del año pasado. Una edición marcada por las inclemencias meteorológicas, que aparecieron sin piedad al final de la primera jornada y que llenaron de barro y charcos el recinto. Todo ello complicó el movimiento de los asistentes por el terreno (junto con la poca luz existente en muchos espacios), dibujando una colorida estampa marrón en el calzado y pantalones de la mayoría de los asistentes. Por suerte, la lluvia no pasó del vienes al mediodía y el terreno del recinto recuperó en gran medida su solidez para el sábado.

Pero vamos a lo que nos interesa, la música. La electrónica y los sonidos noventeros han predominado en los escenarios principales con las potentes actuaciones de Massive Attack, The Prodigy, Underworld, Air... junto a otras propuestas más rockeras como Arcade Fire, Los Planetas, Slowdive... o el groove R&B-Soul-Funk de Jungle. El escenario Txiki se ha vestido en parte de jazz, ya que hemos tenido tres grupos que nos han hecho ver que es un género que puede tener cabida en cualquier festival de este tipo: es el caso de Ezra Collective, haciendo ver que el jazz más maduro y complejo se puede bailar y festejar; Noname con el aderezo de Hip Hop con matices neo-soul; o Mulatu Astatke y su longevo paso por la música regalándonos un directo elegante a sus ochenta años de edad. Pero para hablar de edades y directos grandiosos tenemos a Grace Jones, un icono vivo aún dando guerra sobre el escenario, cambiando de outfit y escenografías en cada canción. Hay artistas, grupos, colectivos, DJ sets y demás que nos pueden gustar más o menos, pero esta edición en Kobetamendi, sin lugar a duda, nos ha traído momentos maravillosos para recordar, con bandas de una alta calidad musical.

A destacar varias novedades en esta edición: por un lado en lo musical, con la presentación sobre un ring de boxeo de una nueva canción conjunta entre Barry B y Diego Ibáñez (Carolina Durante); y en cuanto al recinto, los cambios de ubicación de las barras en los dos escenarios principales, que han permitido al público tener más campo de visión desde la parte de atrás, y el sistema ecológico energético que se instaló en el escenario Txiki gracias a la colaboración de Repsol: mediante 130 paneles solares flexibles y modulares y dos aerogeneradores de energía eólica se esperaba cubrir el 10% de las necesidades energéticas de dicho escenario, y el restante con combustible renovable (a través de Grupos Electrógenos). Un sistema que se pretende extender en los próximos años a todo el festival para reducir al máximo la huella de carbono. Mencionar que echamos de menos un poco de volumen adicional en el escenario 2 (San Miguel) durante varias actuaciones de las dos primeras jornadas (durante Air y Parcels principalmente), al igual que en Basoa, en este último caso, tal vez ajustado conscientemente para la mejor convivencia con los vecinos de los barrios cercanos.

Estos han sido los más de 30 conciertos que hemos podido disfrutar durante los tres días y que os contamos resumidamente en orden alfabético:

Aiko el Grupo
Aiko es una banda que se ha abierto paso desde los garitos más pequeños de Madrid hasta los grandes escenarios de los festivales veraniegos. El cuarteto, autodefinido como Riot Punk, nos ofreció un directo compacto y enérgico en el pequeño escenario de Firestone junto a la entrada del festival, a menudo un jugoso aperitivo para entrar en calor al instante. Como no, su versión de “Toro” de El Columpio Asesino dejó a la gente con ganas de más para la última jornada, y dieron el cien por cien a través de las canciones de su última publicación “No te has enterado”.

AIR
El dúo francés conquistó a millones de personas en el 98 con su disco debut, "Moon Safari", convirtiéndose en la perfecta banda sonora para un domingo a la mañana con su delicado pop electrónico (o comercialmente machacado como chill out). Nos lo presentaban en directo en su totalidad, con una escenografía retro y elegante, con motivo del 25 aniversario de su publicación, en un contexto que tal vez no era el más adecuado para disfrutarlo al 100%. Fue especial escuchar canciones como "La Femme D'Argent", "Sexy Boy", "Kelly Watch The Stars" o "All I Need", aunque nos dejó a medio gas entre la falta de volumen y la relajación que requería el momento.

Airu
Airu una vez más defiende su directo de una manera natural y sin tapujos. Diferentes personalidades encima del escenario creando un ambiente agradable y bonito para sus espectadores. No fue una sorpresa que los asistentes del concierto se supieran más de la mitad de sus canciones. El grupo bilbaíno destacó por su su naturalidad en el espacio San Miguel.

Albert Pla
Sin duda una de las incorporaciones más interesantes a la par de bizarras del festival. El gran Albert Pla nos presentó “Rumbagenarios”, un directo plagado de sorpresas extravagantes y eróticas con sus visuales. Una actuación brillante y creativa acompañada de bailarinas y la virtuosa The Surprise Band. Un directo que dejó a los asistentes de la carpa boquiabiertos con la montaña rusa de emociones y estímulos visuales del espectáculo. Lo que trajo el ingenioso catalán más que un concierto fue una mezcla de obra de teatro satírica acompañada de música. Momentazo la versión que hizo de "Soy rebelde", mucho más animada que la que hizo para la película "Airbag", para poner toda la carpa patas arriba.

Alcalá Norte
El concierto de la banda madrileña era para muchos uno de los más esperados entre las nuevas bandas emergentes. Nada más salir los integrantes al escenario principal escuchamos la voz casi afónica del batería, con una camiseta de RIP y una bota de vino seguido de un berrido, “Somos Alcalá Norte, hemos venido al norte, y eso siempre hay que celebrarlo. Lo vamos a celebrar con una bota de vino y hay que compartir”, para después tirar la bota de vino al publico cumpliendo su promesa. El grupo nos llevó a una época del rock alternativo del panorama nacional de los dosmiles, pero con una vuelta de tuerca ingeniosa e irónica. Desde el cantante proclamándose Dios encima del escenario con su cabeza rodeada con una corona de laurel cantando la canción “La Calle Elfo” (una de Tolkien y otras historias), la disonancia estética de cada integrante del grupo con "Westminster" y el toque hooligan con “La Vida Cañón”, su hit hasta el momento en su corta carrera. Porque se puede decir que acaban de llegar, tan solo tienen un disco, pero ya están dando mucho que hablar.

Arcade fire
La banda canadiense fue el plato fuerte no solo de la tercera jornada, sino de todo el festival, gracias a su magnífico concierto. Era su tercera vez en Bilbao, tras su concierto de aforo reducido en el Museo Guggenheim en 2011 y su anterior participación en el festival en 2016. Con una preciosa escenificación, la banda nos fue dejando la mayoría de las canciones de su disco debut, "Funeral", del que se cumplen veinte años de su lanzamiento. Precisamente una de ellas, la coral "Wake Up", sirvió para despedirse dejando una gran sonrisa en el público. Entre la casi veintena de canciones que nos dejaron no faltaron joyas de otros discos como "Age Of Anxiety II (Rabbit Hole)", "The Suburbs", "Reflektor" o "Afterlife", sin que faltará la excursión entre el público de su frontman Win Butler. Una notoria actuación en la que no faltó con distintos detalles el homenaje a David Bowie.

Death From Above 1979
Un dúo dinámico multidisciplinar que reventó los conos de los altavoces en el escenario Txiki. Death From Above 1979 ofreció un show divertido y frenético para los valientes que dieron la espalda al concierto de Massive Attack. Con su enérgica presencia y su música contagiosa, lograron mantener a la audiencia en pie y bailando sin descanso. Presentando sus últimos sencillos como “Romantic Rights XX”, repasaron una pequeña parte de su discografía, demostrando que son los mismos de siempre desde la época de “Heads Up”, regalando momentos de nostalgia dosmilera con su canción más conocida de sus inicios, “Dead Womb”.

Dharmacide
La banda madrileña de shoegaze/dreampop/post-punk, con miembros de bandas como Depresión Sonora, Luz Futuro, San Marino o VVV [Trippin´you], era una de las perlas de esas complicadas primeras horas del festival, con temas amargos y melancólicos como su single “Horses/Divorces”. Un par de fallos desde la cabina de sonido durante sus canciones “Breezing” y “Depressed”, no impidieron a Salvi retumbar la cabeza de la gente con su bajo y a su frontman posar con aires de cowboy. Llegados al punto más álgido del concierto, el público se soltó y comenzó a bailar al ritmo de “Dreams”, una de sus canciones más aclamadas.

El Columpio Asesino
Conscientes de lo importante de la cita, había algo de nervios por parte de los miembros de El Columpio Asesino a la hora de encarar su actuación en el escenario principal del festival. Lógico si tenemos en cuenta que se encuentran de despedida de los escenarios y que, en cierta medida, jugaban casi en casa. Sin embargo, todo se disipó rápido y pronto encararon con contundencia, tablas y saber estar una actuación corta, pero intensa. Set en el que no faltaron indispensables de su discografía como “Ballena Muertas en San Sebastián”, “Perlas”, “Preparada” y esa indispensable “Toro” final que puso al respetable a botar como si no hubiera un mañana. Los vamos echar mucho de menos.

EZEZEZ
Entrada divertida y performántica de Unai (cantante y creador del grupo) con una camiseta que se leía claramente el copy “eskerrikasko etortzeaz” (gracias por venir), que no reveló hasta terminar la primera canción destapándola con una tela verde que le cubría el torso entero, jugando con la falta de presencia de público al ser el grupo que abrió el espacio de San Miguel y un guiño que nos comunicaba “Estamos aquí a pesar de todo. EZEZEZ nos puede recordar al sonido del último disco de Vulk ("Vulk Ez Da") y una mezcla de Betunizer (con esa carismática manera de aporrear la guitarra). En su conciertos pudimos presenciar la presentación de su disco “Katuzaldia”, abriendo su setlist con la canción que da nombre al disco y “Dutxita”. Una banda especial que se ha convertido en poco tiempo en una de las pequeñas joyas de la escena local gracias a la originalidad de su propuesta.

Ezra Collective
La propuesta de los londinenses nos hicieron ver que el jazz no sólo es para los oídos mas elitistas. Una música que se puede bailar y festejar es lo destacable de su directo. Una banda creada por los hermanos Koleoso que mezcla de forma creativa el jazz con estilos como el afrobeat, calypso, reggae y hip hop. Podría decirse que el escenario Txiki se les quedó pequeño (valga la redundancia), al congregar una masa de gente destacable, siendo así el concierto más concurrido de todas las jornadas en el espacio de la entrada del BBK Live. Su infalible canción “Ajala” puso a bailar hasta los pies más cansados del festival.

Grace Jones
Las divas se hacen esperar. Mucha gente se preguntó si fueron problemas técnicos o decisión de la mocatriz salir tres cuartos de hora tarde al escenario. Fue la actuación más esperada de la noche, y ciertamente la que se llevó la joya de la corona. Vimos a una Grace Jones activa y joven, a pesar de sus setenta y seis años de edad. Ella, tan misteriosa y divina, iba vestida con una capa negra y enmascarada con una calavera dorada. Pero no fue su outfit predeterminado, ya que a medida que avanzaba el concierto no paraba de salir su estilista para cambiarle la ropa en cada una de las canciones. El uso de su cuerpo como herramienta expresiva junto a sus canciones“Pull Up To The Bumper” y “Libertango”, nos hicieron vivir momentos que recordaremos durante mucho tiempo, como por ejemplo el momento de la despedida, con la jamaicana haciendo girar un Hula hop al rededor de su cadera mientras salía del escenario. Cabe destacar que durante el concierto Jones usó recursos poco convencionales para interactuar con su banda, tocando platos de batería desde su zona jugando con los ritmos que le ofrecía su percusionista.

Jimena Amarillo
La escena madrileña ha estado muy presente en esta edición. Jimena Amarillo (valenciana de origen) consiguió llenar el escenario de Beefeater con su romanticismo queer y hacerlo cantar y bailar con pasión. Fue sorprendente como toda la carpa iba al unísono en “Ni se nota” (canción con la que su nombre empezó a sonar fuerte) y poco a poco se iba acalorando el ambiente hasta llegar al clímax con “Cafeliko” (tema estrella de la autora) terminando el concierto con un pogo que expulsaba a la gente que se encontraba a los bordes de la carpa.

Jungle
Había ganas de ver en directo la propuesta del colectivo británico encabezado por Tom McFarland y Joshua Lloyd-Watson. La banda, formada por seis músicos acompañados de guitarras, bajo, batería, percusión y teclados, nos trasladó varías décadas atrás para disfrutar de sus cálidos, elegantes y bailables sonidos funk, soul y new disco. Era inevitable acordarse de grupos de la época como Bee Gees (y sus inconfundibles falsetes) hasta otros más actuales como Daft Punk o The Avalanches. Cayeron joyitas de su último disco como "I’ve Been In Love"  o "Back On 74" y otras de sus dos anteriores discos como "Heavy, California", "Beat 54 (All Good Now)", "All Of The Time"o "Casio". Una propuesta exquisita que entró como un guante antes de Arcade Fire.

Khruangbin
El grupo tejano bajó el ritmo de la velada con su sonido psicodélico/funk, marcando un pequeño “check point” para que el publico guardase la calma antes de la tralla final y poder descansar sus pies embarrados con un directo enfocado en una disco jam extensa. Sus visuales en doble exposición y su propuesta directamente lanzada a temas monocromáticos en ciertos aspectos, capturó una imagen del publico siguiendo sus ritmos y sus pasos de baile con “Texas Sun” (recordando de donde vienen) y “May Ninth”, siendo una canción nostálgica y momento memorable del concierto.

Los Planetas
Con su gira de aniversario del disco “Super 8”, Los Planetas llenó hasta los topes el escenario San Miguel, donde se quedó corto el volumen en la parte trasera (algo que ocurrió en las dos primeras jornada con varas actuaciones, casi imponiéndose las conversaciones del público sobre la música). Con más de tres décadas en la escena musical, este grupo ha demostrado una duradera relevancia y una capacidad inigualable para evolucionar con los tiempos, manteniéndose siempre a la vanguardia. Sus visuales con las ilustraciones geométricas ya muy vistas a lo largo del tiempo, incitaban a cantar incluso a los menos fans del grupo, proyectando sus letras de cada canción en la pantalla principal estilo karaoke. Calentaron los motores con “Brigitte”, animando al público a acercarse al escenario para poder continuar tocando sus canciones mas llamativas y anuladas por el público. En el momento de su tema más reconocido dentro del disco, “De viaje”, vivimos un momento de hooliganeo con todos los asistentes gritando y coreando el estribillo “Que es estar juntos tu y yo”.

María José Llergo
Eran las 19:25 cuando nos encontramos con la sublime “Ultrabelleza” de María José Llergo, quien, al terminar su primera canción, expresó su entusiasmo por pisar el escenario de Kobetamendi. Los piropos entonados principalmente por seguidoras, como "¡Reina!" fueron respondidos por la artista con un sincero "¡Reina tú!, y eso que no soy monárquica". Este gesto creó una complicidad con el público que sin duda elevó la experiencia vivida en el BBK Live. El concierto comenzó con una energía que llenó el escenario desde el primer acorde. María José Llergo demostró una vez más que no solo sus canciones son un puro embrujo neo-flamenco, sino que también construye toda una atmósfera llena de significado en sus directos. Sonaron canciones como "Superpoder", "Ultrabelleza" y "Juramento", mientras que con “Malahe” se sinceraba para explicarnos su significado y como utilizaban contra ella, cada vez que ella quería ser libre. Un "Malahe" que ha adoptado para redefinir el concepto, dotándolo de superpoder y eliminando su connotación negativa. Los cuarenta y cinco minutos de embrujo parecieron cortos y el concierto concluyó con "Rueda Rueda". Llergo se despidió así de un público escaso debido al horario y la meteorología, pero totalmente entregado a su maravillosa voz.

Massive Attack
Uno de los grandes triunfadores de la jornada, Massive Attack, sentó cátedra con su grandioso directo. Los considerados padres del trip hop nos dieron una lección de cómo tiene que ser un directo de electrónica. El público vibró con clásicos como “Inertia Creeps”, “Angel“, "Safe From Harm", "Karmakoma", “Unfinished Sympathy” o "Teardrop”, sorprendiéndonos con unas visuales políticas en tono protesta sobre la masacre de Palestina y la guerra de Ucrania, acompañadas por textos en euskera. La fuerza y el impacto de su puesta en escena, combinando música y mensaje, resonaron profundamente entre el público, creando una atmósfera intensa y reflexiva. Además, su habilidad para fusionar lo sonoro con lo visual hizo de su actuación una experiencia multisensorial inolvidable, reafirmando su estatus como una banda pionera y relevante. Un gran momento para los que disfrutaron de la banda británica por primera vez y para los que han disfrutado de su directo en múltiples ocasiones desde los años 90, cuando impactaron con sus discos míticos.

Melenas
Las navarras se adueñaron del escenario principal con una propuesta que ha terminado de dar el gran salto gracias a su último disco “Ahora”. Su pop guitarrero tiene ahora muchos más matices, gracias a los sintetizadores, cajas de ritmos, secuenciadores.. La energía y la química del grupo en el escenario fueron palpables en canciones como “Bang”, “K2” o “3 segundos”.

Mulatu Astatke
A sus ochenta años de edad, Mulatu Astatke, considerado el padre del ethio-jazz, ha sido uno de los artistas que ha vestido de jazz el escenario Txiki, con un sonido madurado con el tiempo y la seriedad y dedicación que implica ser un artista multitarea de jazz. Pudimos ver como saltaba entre diferentes instrumentos con pasmosa facilidad y simpleza. Una actuación que bajo el tono y el ritmo frenético del festival invitando a los asistentes a sentarse y hacer una escucha activa de sus canciones.

Noname
La anteúltima actuación de la última jornada del escenario Txiki, junto a Ezra Collective y Mulatu Astatke, llegó desde Estados Unidos, con una propuesta diferente al jazz convencional, al ritmo del hip hop puramente urbano fusionado con una corista con un registro vocal sorprendente y una banda de lo más profesional y dedicada a su directo. Fue notable en muchos espectadores la falta de comprensión de la jerga de la cantante estadounidense cuando grito “Where MY people at?” (¿Dónde esta MI gente?), con todos los asistentes respondiendo y levantando la mano, para después ella darse cuenta que no la habían entendido y prosiguiendo con un cortante “Where my African American people at?.

Oki Moki
Directamente desde Getaria (Gipuzkoa), Oki Moki abrió el escenario Beefeter en la última jornada del BBK Live con su peculiar propuesta de Russian Indie. Una bonita integración para la velada que nos esperaba por delante, un aire fresco con sonidos poco habituales en Kobetamendi. Aritz, cantante y guitarrista del grupo, estaba en su estado más natural, saludando a sus conocidos entre canción y canción. Pudimos escuchar canciones reconocidas de la banda sacadas del disco “Working Class Pop” como “Lucifer Rising” y “Efímero.

Parcels
Los australianos consiguieron mover a casi todos los asistentes de Kobetamendi al escenario de San Miguel. No había más que caminar unos metros hacia la parcela principal, zonas de descanso y demás, para darse cuenta de que el recinto se había vaciado casi al completo para asistir al concierto de Parcels, demostrando la gran expectación que se había creado por la banda. Tocaron temas de su discografía como “Overnight” y “Tideuprightnow”, haciendo bailar a todos los asistentes. Sus ritmos funk y frescos nos llevaron de cierta manera a recordar al dúo francés de máscaras espaciales (unos Daft Punk con instrumentos). Algo que destaca de su directo es la interacción que tienen en el escenario los miembros de la banda, demostrando que las propias visuales del concierto son ellos mismos, algo que el público disfrutó mucho. Al final del concierto nos regalaron “Ascend”, un tema que ayudó al grupo a hacer una especie de outro para dar paso a los siguientes conciertos.

Ralphie Choo
Ralphie Choo es uno de los nuevos descubrimientos del ámbito urbano madrileño. A falta de una buena prueba de sonido y fallos técnicos, el artista multidisciplinar supo llevar su directo adelante con su carismática personalidad y temas pegadizos. Se queda corto describir a Ralphie como artista urbano emergente, más que eso es un músico de diccionario, haciendo uso de sus conocimientos en cualquier momento del concierto. Junto a su DJ Drummie, que también actuó en los espacios de Berezia en los conciertos durante el día en la ciudad, nos demostraron como se las gastan por ahí abajo. Un chelo, un guitarrista de otro mundo y la dupla se coronaron encima del escenario, creando pogos frenéticos y acabando por todo lo alto con su tema “Valentino”. El público que tuvo la oportunidad de ver por primera vez a Ralphie en directo, proyectó caras de asombro cuando el mismo artista se puso al piano con su “Talk Box”, versionando la canción sampleada de Frank Ocean (a su vez siendo una canción de Stevie Wonder) “Close To You”.

Sen Senra
El gallego Sen Senra bañó con su pop el escenario principal. Sus hits “Uno de esos gatos” y “Ya no te hago falta” animaron al público y los activaron para el resto de la noche, atrayendo a los recién llegados a Kobetas, quienes rápidamente se sumaron a sus ritmos cálidos. Su actuación fue compacta e interactiva con el público, bajando a cantar al foso, dando la mano a sus fans con miradas seductoras. Además, su carisma y energía en el escenario logró conectar con los espectadores, creando una atmósfera vibrante y llena de emoción que dejó a todos con ganas de más. Uno de los momentos fue, como no, su single junto a Aitana “Hermosa casualidad.

Shinova
La banda vizcaína se encuentra presentando su séptimo disco, “El presente”, con una meritoria trayectoria a sus espaldas que ha ido creciendo disco a disco, picando piedra sin descanso, hasta convertirse en lo que es hoy: una imponente banda de pop-rock sobre el escenario, con una pasmosa facilidad para crear melodías que atrapan a sus seguidores, y con su gran frontman Gabriel de la Rosa como gran maestro de ceremonias. Sin duda, es todo un espectáculo verse mover al músico tinerfeño, con poses que recuerdan a artistas como Bunbury o Loquillo. “Alas”, “Gloria” o “Te debo una canción” fueron algunas de las canciones que pudimos disfrutar.

Silitia
El dúo bilbaíno abre la carpa de Beefeater con su directo tan peculiar y único, incitando a su publico a bailar y divertirse a su ritmo. Es de los pocos grupos que se salió de la norma, recordándonos que lo queer existe y tiene espacio en cualquier tipo de ambiente, regalándonos momentos divertidos y extravagantes a pesar de ser un escenario pequeño. Sus outfits dieron de que hablar, coloridos y vibrantes, acompañados de su característica presencia fiestera y entretenida con canciones como “Txumin Lova” y “Azkeneguna”. Presentaron un nuevo single en primicia reservado para el momento, spoiler: nos encantó a todos y a todas.

Slowdive
Los padres del shoegaze y el dream pop cumplieron las expectativas. Arrancaron con “Shanty”, primera canción de su último álbum “Everything Is Alive” (tras seis años de silencio), del que tan solo tocaron un par más. Así mismo, repasaron con otros tres temas su anterior disco homónimo ("Slomo", "Star Roving" y "Sugar For The Pill") y nos dejaron varias joyas de los 90 como "Crazy For You", "Allison"o "When The Sun Hits", con la que cerraron. Su concierto también atrajo a los artistas de las diferentes jornadas, los cuales salieron de su cómoda zona del camerino para presenciar el magnífico directo de la banda británica.

Standstill
Había mucha expectación por ver de nuevo a Standstill sobre el escenario, tras anunciar el año pasado, ocho años después de su gira de despedida, que volvían para recordar viejos tiempos. Han sido varias las generaciones que a principios del siglo pasado les estalló la cabeza, primero con sus inicios hardcore, segundo con su conversión al castellano y a un post-hardcore-.... etcétera muy rico en matices, y tercero, su deriva gradual hacia una propuesta conceptual con mayor complejidad instrumental y lírica. La banda catalana emocionó a sus seguidores repasando algunos de esos grandes himnos que contenían tres de los principales discos de esas dos últimas etapas (“Standstill”, “Vivalaguerra” y “Adelante Bonaparte”). Todo un regalo que puso la piel de gallina a más de uno con canciones como “Feliz en tu día”, “Poema nº3”, “¿Por qué me llamas a estas horas?” o “Adelante Bonaparte”. Pero no fue fácil. La banda tuvo que dedicar hasta el último segundo antes de empezar el concierto para sacar el mejor sonido posible del complicado escenario Beefeater.

Stivijoes
Un artista que se ha abierto paso desde las calles de Madrid, se ha hecho escuchar en la escena masiva del underground nacional. El gallego abrió la jornada del escenario principal con la menor asistencia de todo el día. A pesar de la carencia de público y comentarios del estilo “este escenario se le va a quedar grande”, Stivi nos demostró su presencia escénica, comiéndose cada centímetro de la tarima junto a su banda, con un directo muy diferente a sus últimos lanzamientos de estudio. Para cerrar, nos presentó una canción nueva que verá la luz esta misma semana (“mi nuevo tema favorito”) y su canción más conocida y que define muy bien su sonido y sensibilidad, “Terapia”.

The Prodigy
Para la mayoría del público era la primera vez que veía a The Prodigy sin su integrante más icónico, Keith Flint, tras dejarnos trágicamente en 2019. Esa era la mayor incógnita, ver si la propuesta se resentía mucho o si continuaría fascinando. Y así fue, a pesar de esa gran falta y lógicamente no ser lo mismo, su potencia atronadora no decae y pone al público a saltar como loco con los clásicos de esa gran joya que fue "The Fat Of The Land". Para arrancar ni más ni menos que "Breath", y a partir de ese momento, fue un no parar con "Omen", "Firestarter", "Voodoo People", "Poison" o "Smack My Bitch Up". Sin faltar sus primeros clásicos (más "raveros") como "Out Of Space" o pelotazos de su última etapa como "Invaders Must Die". Fiesta asegurada.

Underworld
El dúo británico convirtió el escenario principal en un gran pista de baile, y el público respondió. No faltaron sus clásicos de hace más de dos décadas como “Rez/Cowgirl” o ”King Snake”, así como lanzamientos más actuales (que se identificaban claramente por sus sonidos de club actuales), como “And The Colour Red”. Y por supuesto, el gran momento llegó con “Born Slippy”, todo un himno para el que no pasa el tiempo.

Zea Mays
El sol se colaba por un lateral del escenario, iluminando con una luz especial y cálida la actuación de Zea Mays. Aiora, sonriente desde el primer minuto, estuvo arropada por un público fiel y devoto que se agrupaba en el escenario San Miguel. “Adore” abrió el repertorio de la banda, seguido de temas como “Haizearen jainko beltza” y “Kuraia”. La energía y el buen rollo que se transmitía desde el escenario tuvo una repercusión directa en el público, que no dejó de bailar y saltar, especialmente en las primeras filas. La poderosa voz de Aiora tiene la capacidad de emocionar a los asistentes, que corearon cada una de las canciones de Zea Mays. Sonó “Negua joan da ta”, himno de la banda mientras el sol seguía colándose por el lateral del escenario, creando una escena mágica acorde con la letra de la canción. Nos regalaron la versión de “Corazón de tango” de Doctor Deseo, que el público celebró cantando como si de un gran karaoke se tratara. Con "Kukutza" terminó una actuación magnífica de la banda bilbaína.

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