Inoreneroni fueron los encargados de abrir el telón y dar por iniciada la fiesta. De hecho, fue el propio Okene, quien hizo las veces de anfitrión y se colocó delante ese enorme telón de negro “Lynchiano” que iba a marcar el final e inicio de cada una de las actuaciones. Mientras la banda dibujaba suavemente los acordes del primer tema detrás del mismo, nos presentó, con su sorna y magnetismo habitual, el menú de la fiesta: 9 bandas en total, 2 escenarios frente a frente con los que alternar las actuaciones y mantener la continuidad de la música, un primer plato con Inoreneroni, Nire, Anari, Sacco y Audience, un descanso de media hora y un segundo plato con Jupiter Jon, Joseba Irazoki, Mursego y Lisabö; 15 minutos aproximadamente para cada actuación en las que se incluían las versiones cruzadas que completan “Mirailak” y muchas sorpresas y colaboraciones “ad hoc”.
La referencia a David Lynch fue algo que de un modo u otro tuve presente durante toda la velada. La actuación de Inoreneroni, insinuante, apenas esbozada en unos rasgueos tenues de guitarra y un recitado grave y pausado, tuvo un tono crepuscular entre la realidad y el sueño, elegante, atractiva y ligeramente desasosegante. Puro Twin Peaks. Y nos dejó además una de las frases de la noche: “Asko gara ertzetan eta ertzetatik erantzungo dugu noizbait”/ “Somos muchos los que vivimos en los bordes y desde esos bordes responderemos algún día”, convirtiendo así toda la fiesta en una celebración de la condición de “freak”, en todos sus aspectos, dentro y fuera del escenario. David Lynch se hubiera sentido en su salsa.
Tras ese delicioso entrante se inició el desparrame de salsas, colores y sabores.
Nire con la colaboración a la voz de Mursego en su primer tema completaron una actuación sencilla , con un ligero punto naif , luminoso y delicioso. Después, Anari (foto superior), como banda, se mostraron especialmente enérgicos, con la ayuda de Joseba Ponce y versionando a Lisabö a lo Crazy Horse (Neil Young, otro “freak” cuya influencia sobrevoló toda la noche) de forma majestuosa.
Continuaron Sacco (foto inferior), descomunales pese a los problemas técnicos que supieron solventar con descaro y frescura, para deleitarnos con una auténtica gozada de punknoise cafre – en el mejor de los sentidos- y revitalizante. “Gora Bidehuts, kagüendios!”. Otra frase para el recuerdo.
Quizá nadie estuvo más fuera de lugar y de los esquemas preconcebidos que los propios Audience (foto inferior), con su desacomplejada apuesta por un rock de pura esencia 70’s americana. Totalmente desubicada, a priori, en el entorno del resto de bandas, y admitiendo que personalmente me pareció lo menos interesante a nivel musical, pero ejecutada con tanto entusiasmo y buen hacer que lo convierten en una muy disfrutable celebración tan o más freak que el resto.
Descanso y un segundo plato, que para quien suscribe aportó los instantes musicales más nutritivos de la noche. Jupiter Jon + Mursego (omnipresente y siempre sorprendente) nos regalaron unos minutos de post-punk dadaísta y selvático, entre Palais Schaumburg, Erase Errata y los Sun City Girls que me hizo desear que su colaboración vaya más allá de una sola noche y pueda llegar algún día a un estudio de grabación. Sonó de fábula.
Joseba Irazoki+Band (foto inferior) también remitieron a Crazy Horse, pero en su caso todo pasó por el tamiz aún más freak y yo casi diría que espacial, de un Joseba pletórico. Convirtió su versión de Jupiter Jon en una auténtica marcianada, una especie de torbellino de ruido guitarrero celestial, propulsada por un ritmo de aire motorik, en continua espiral, totalmente adictivo. Uno quisiera que no acabara nunca pero aún quedaba mucho que degustar..
Mursego y Aida Torres (Jupiter Jon) rompieron por completo la dinámica de las actuaciones anteriores para rebajar el voltaje del sonido y limitarse a sus voces, un teclado y una batería y jugar, con sus instrumentos, con su música y con todos nosotros, freaks también. Entre electroclash, cantos saharauis, beats funk y palmas constantes invitaron al baile y a un puro disfrutar, que aceptamos gustosos.
Y así llegó el remate. “Gracias por todo, por estar ahí y por apoyarnos durante estos 10 años... sois tan marcianos como nosotros”. La frase de la noche pertenece a Txap y resumió perfectamente el aire de comunión que tuvo toda la fiesta y en especial la actuación, siempre al límite siempre en el borde del abismo, siempre marciana, de Lisabö (foto encabezado). Máxime cuando todos los músicos participantes en el evento se fueron uniendo al último tema y desde ambos escenarios a la vez en una jam final, furiosa, liberadora, y muy freak, por supuesto.
Zorionak Bidehuts eta urte askotarako!!!
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