Barcelona se plegó de nuevo a una Beth Orton felizmente recuperada para la música (y todo lo demás) tras la crisis existencial y de salud que siguió al enorme “Central Reservation”. El aroma algo más ampuloso de “Daybreaker” se vio reflejado sobre el escenario con unos arreglos más recargados pese a tratarse de su banda de siempre, en la que destaca el contundente bajo de Ali Friend (de Red Snapper, respect!), que dan una sensación de artista en (lenta) progresión hacia un stadium folk dirigido a un público moderno, elegante y poco exigente. Pese a esa sensación agridulce, la inglesa tiene un repertorio superlativo, conoce bien sus registros y sabe meterse al público en el bolsillo con su actitud espontánea y desprejuiciada que la lleva abrir con la fantástica “She Cries Your Name” y a olvidarse la letra de “This One´s Gonna Bruise” en el segundo y quizás innecesario bis.
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