En esencia
ConciertosBernard Butler

En esencia

8 / 10
Raúl Julián — 04-10-2024
Fecha — 02 octubre, 2024
Sala — La Lata de Bombillas
Fotografía — Jaime Oriz

Hubo una época en la que Bernard Butler fue el famoso guitarrista de Suede, además de co-compositor de las canciones del grupo junto a Brett Anderson. Tiempos de fama que duraron apenas dos discos, con Butler apostando por otras direcciones en cuanto terminó de grabar sus partes en “Dog Man Star” (Nude, 94). Desde entonces, han pasado tres décadas y el londinense ha estado implicado en mil proyectos, colaboraciones y asuntos varios, dando especial cabida a su faceta como productor. De hecho, ha tenido que pasar casi un cuarto de siglo para, técnicamente, recibir un nuevo disco con la firma en solitario del autor. “Good Grief” (355 Recordings, 24) rompe ese silencio y ha sido la excusa para que el músico enfilase una gira peninsular de varias fechas que, en la zaragozana Lata de Bombillas, se incluía como parte de la programación especial con la que la ya legendaria sala celebra sus 25 años de vida. Un escenario único que se presumía inmejorable cuando de maridar con la oferta vigente de Bernard Butler se trata.

El de Stamford Hill ha venido realizando el tour en solitario, acompañado únicamente de su mítica Gibson roja y una guitarra acústica. Dentro y fuera del escenario. Porque Butler apuesta, hoy por hoy, por extraer la más pura esencia de sus canciones y brindarla a un palmo de distancia. Sin producciones; sin adornos, sin grandilocuencia; sin artificialidad. Fue el presente impagable que recibió aquel público lo suficientemente hábil como para saber que, además de uno de los guitarristas más determinantes de su generación, el protagonista es un creador elegante, de gusto exquisito y oído excepcional. Ellos y ellas –fundidos en un respetuoso silencio cuando tocaba y empáticos para con un autor cómodo y dialogante en los interludios– quedaron fascinados por las especificidades del inglés, en un precioso y emocionante concierto en el que, tal y como se esperaba, lució un guitarrista excepcional y dotado con un estilo propio que potencia su valor. Pero, al mismo tiempo, se reveló como interesantísimo vocalista que tiende a ejercer a ojos cerrados, transmitiendo generosas dosis de intensidad y sentimiento. El concierto de Bernard Butler sobre el escenario de La Lata de Bombillas derivó en el triunfo del formato íntimo, en el que algunos pedales y puntuales loops fueron únicos compañeros de baile.

Un trazado desnudo salteado entre temas de su reciente álbum como “Camber Sands”, “Deep Emotions” o “Pretty D” y recuperaciones pasadas del tipo de “My Domain”, “Souvenir”, “Stay”, “Shallow The Water” (de su disco con Jessie Buckley), “People Move On”, “Although” (de su época junto al cantante David McAlmont), “Autograph” o una “Not Alone” que resultó el cierre perfecto con el que certificar esa velada concreta. Sin bises; sin espacio para el aplauso medido; sin aspavientos. Ese es Bernard Butler en la actualidad. Un músico desnudo, honesto y agradecido, que disfruta de su posición alejada de aquel foco principal que un día le cegó y que apartó sin dudarlo. Un viaje carente de cualquier compañía que no sea la que le espera en cada local al que acude para rehogar con su magia. Un lujo. Una delicia. Otra de esas noches inolvidables, en definitiva, ofrecida por la sala en cuestión. Como aconsejó el propio Butler antes de abandonar las tablas (y charlar amistosamente con cualquiera que tuvo a bien felicitarle o pedirle una foto y un autógrafo), haríamos muy bien en cuidar este tipo de lugares. Las salas. Tengan a buen seguro que, lo que sucede entre esas paredes, no acontece en ninguna otra parte.

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