Vida nueva más allá de Petty

El escaso bagaje de Benmont Tench como artista en solitario (hasta ahora “You Should Be So Lucky”, de 2014, es su única entrega discográfica) no impidió que los organizadores del badalonés Festival Blues & Ritmes se fijaran en él, en el que fue su debut en vivo en Europa. Es más, ni siquiera en los EEUU se le conoce en directo más que por unas pocas apariciones en pequeños clubs. Claro que, tras cuatro décadas sentado a las teclas de los Heatbreakers de Tom Petty, no es ningún desconocido. Pero aún así, hay que reconocer una virtud casi visionaria en anticipar que Tench, en principio sin más ayuda que un piano y su limitado registro vocal, podría ofrecer en un pequeño teatro una actuación magistral. Y así fue.

Tomó el escenario el de Florida con cierta timidez, esforzándose al articular sus primeras frases en castellano. Anunció que llevaba más de dos años sin tocar en vivo y, desde la platea, en la que se adivinaban bastantes camisetas de Petty, se aplaudieron unánimemente todas sus palabras. En contraste, el silencio guardado durante cada una de sus interpretaciones, fue casi sepulcral. Con la excelencia de Tench al piano dada por descontada, su capacidad como cantante sorprendió por su expresividad. Dicho de otro modo, al cantar desde el corazón, poco o nada importó que sus cuerdas vocales no sean aptas para virguerías.

En cuanto al repertorio, acompañó temas de su citado trabajo en solitario con el adelanto de otros pertenecientes a un nuevo disco en ciernes, que anunció disponible para el próximo invierno. Manteniendo siempre un tono sobrio, recurrió también a versiones de fuentes tan dispares como Joy Division (“Love Will Tear Us Apart”) y Chuck Berry (“Bye Bye Johnny”). Además, se adentró en el catálogo menos obvio de los Heartbreakers, vía “Change of Heart” y “Straight into Darkness”. O en el de Mudcrutch (el otro grupo que compartió con Petty), a través de “Welcome to Hell” y “This is a Good Street”. A todas ellas, supo darles vida nueva al llevarlas a un terreno más austero que el original, aunque igualmente válido y reivindicable. Cambiando de registro, se atrevió también en un par de piezas con la guitarra acústica, a pesar de que su destreza a las seis cuerdas no resista la comparación con su virtuosismo a las teclas.

Antes del primer bis, le dio la vuelta a la archiconocida “American Girl”, con una adaptación desgarradora, casi fúnebre, que arrancó de los presentes la mayor ovación hasta el momento. Pareció que el cénit de la actuación había llegado, pero entonces invitó a subir al escenario a su amigo Steve Nieve. Llegado expresamente desde París para la ocasión, el teclista de los Imposters y de los Attractions de Elvis Costello se sentó junto a Tench al piano. Juntos, a cuatro manos y dos voces, abordaron un tema del propio Costello, la genial “(What’s So Funny ‘Bout) Peace, Love and Understanding” y el “Blowin’ in the Wind” del omnipresente Dylan. Hubo tiempo para otro bis, de nuevo en solitario, con nada menos que un “Rock & Roll” de Lou Reed que también supo apropiarse, para beneficio de todos los presentes. Después, ya sólo quedó una sentida despedida, con la sensación de haber vivido una fecha histórica y con la promesa, por parte de un visiblemente agradecido Benmont Tench, de volver a visitarnos. Ojalá sea pronto.