Las camareras salen con bandejas repletas de nachos, platos con hamburguesas de tamaño considerable, se oye el tintineo de copas y cervezas. No es un Dinner, pero es lo más parecido que tenemos en Barcelona, ese trocito del clásico Estados Unidos, que está a punto de degustar en el escenario un plato de carne fresca preparada en una de estas Hard Rock Sessions.
Los mallorquines Beach Beach, con un vibrante disco bajo el brazo, vienen a tocar las canciones de su "Tasteless Peace" ante amigos y desconocidos, plato o copa en mano. El volumen y la intensidad suben considerablemente, pero sin que nadie llegue a atragantarse. Es más, la energía es contagiable, ya sea por su juventud o por temas como 'Worries' o 'Plants' y podemos ver turistas agitando la cabeza rítimicamente y preguntando el nombre al ajetreado barman. Tomeu reconoce que jamás 'habían tocado frente a una cafetera', pero se nota que es broma y lo dan todo hasta cuando suenan piezas más digestivas como la perfecta 'Monster'.
La joven banda parece estar dando pasos de gigante a cada concierto y ya son un ingrediente indispensable en el menú underground Barcelona. A degustar tras los postres ellos son algo así como el chupito de Orujo de hierbas. Un pelotazo de energía que te sacude estés donde estés. Sin duda, un gran arranque para esta nueva temporada del ciclo de conciertos del Hard Rock Café.
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